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VÍDEO: La crisis impulsa el intercambio de libros de texto de segunda mano

Alejandro Navarro Bustamante / Laura Olías

“¿Tienes de segundo de Bachiller? Yo vendo de primero”. “¿Alguien cambia de tercero de ESO?”. Es el rumor que fluye estos días en las calles Libreros y Flor Alta, que dan a la Gran Vía madrileña. Pero en voz baja, al menos mientras está presente la policía, uniformada y de paisano, que trabaja para evitar que se vendan ejemplares en la vía pública, una práctica tradicional a principios de curso en esta zona “pero ilegal”, advierte un agente.

Dos largas filas salen de dos librerías. En la puerta, se informa de la compraventa de libros usados y también de la posibilidad de adquirirlos nuevos. La primera opción es la razón de las largas colas, en las que esperan adolescentes principalmente, pero también algunos padres. Los presentes coinciden: “Cada año viene más gente”.

Intentan recuperar algo de lo invertido en los libros de texto de años anteriores. Y, si hay suerte y la autoridad está despistada, muchos tratan de venderlos a otros interesados. “Aquí (en la tienda) te los compran por unos seis euros y no te compran todos, solo los que les hacen falta”, cuenta Juan Luis Barajas, padre de tres hijos que acude a la cita con una bolsa repleta de libros. En cambio, en la calle los venden algo más caros. “Intentan recuperar algo más, porque los libros nuevos cuestan unos 30 o 40 euros”, apunta. “Puedes ahorrarte un 50%”, calcula.

Reyes Gómez, que no quiere aparecer en cámara, es la primera vez que viene, asesorada por una amiga. Madre de dos hijos, uno en Secundaria y otro en Bachillerato, sigue la fila con la intención de vender tres libros usados. La razón: “Cada año el sueldo da para menos”. En paro, los 250 euros que cuestan los libros de cada uno de sus hijos suponen un esfuerzo para su hogar. “Eso sin contar cuadernos y el resto del material escolar, la ropa, etc.”, cuenta.

El gasto de las familias en enseñanza desde que comenzó la crisis se ha disparado un 22% desde 2008. Un dato que contrasta con la bajada general del gasto de los hogares que recoge la última Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadístia (INE). Se gasta menos, pero no en la educación de los hijos, donde los bolsillos cada vez se resienten más. Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las familias gastarán de media 1.874 euros por hijo en este curso escolar.

Una de las razones que explican este aumento es la reducción de ayudas a las familias. Reyes Gómez no recuerda la última vez que sus hijos recibieron una ayuda para comprar libros de texto. Juan Luis Barajas sí recibía beca de libros y de comedor, “unos 150 euros por hijo, pero ya nada, ni siendo familia numerosa”, lamenta. En concreto, las ayudas para comprar libros de texto se han reducido a la mínima expresión. Este último año, el Gobierno redujo un 37,5% el presupuesto que reparte entre las Comunidades Autónomas en este concepto.

Dos mujeres hablan de una fila a otra y, finalmente, se van juntas calle abajo. Parece que sus intereses coinciden. Los demás, muchos con sus listas de libros en la mano, continúan la cola con la esperanza de hacer un buen trato, dentro o fuera de la tienda.

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