Mientras la crisis humanitaria y de derechos humanos causada por el conflicto armado interno de Siria no parece disminuir, dos importantes anuncios realizados esta semana ayudan a comprender la enormidad del sufrimiento de quienes huyen de los combates y qué se puede hacer para ayudar.
En un lapso de 24 horas, la ONU anunció que el número de refugiados sirios había superado oficialmente los dos millonessuperado oficialmente los dos millones y la Junta de Migración sueca declaró que concedería la residencia permanente a las personas procedentes de Siria que solicitaran asilo en territorio suecoresidencia permanente. Esto es sin duda un alivio para los miles de sirios que han huido a Suecia, cansados de la guerra desencadenada tras las protestas de principios de 2011 y que arrasa su país desde entonces.
El país escandinavo ya había concedido la residencia permanente a cerca de la mitad de los solicitantes de asilo procedentes de Siria en territorio sueco. La otra mitad tenía permisos de residencia temporales de tres años. El 30 de enero de 2012 la Junta de Migración sueca había paralizado oficialmente todas las deportaciones a Siria. Ahora que todos los solicitantes de asilo serán residentes permanentes en Suecia, sus familiares podrán también pedir la reunificación familiar.
Amnistía Internacional, al mismo tiempo que acoge con agrado la iniciativa de Suecia de proteger a los refugiados sirios, recuerda que otros países de la Unión Europea y de otras regiones del mundo pueden y deben hacer mucho más.
Hace tiempo que la organización presiona a los Estados de la UE para que adopten medidas destinadas a asistir al ingente número de personas que ha huido de Siria, cuya inmensa mayoría está actualmente en los países vecinos de Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto.
En cambio, los 27 países de la Unión Europea, con una población total de más de 500 millones de personas, ofrecieron protección en 2012 a un total de 18.700 refugiados procedentes de Siria. Más del 70 por ciento de estas personas estaban en sólo dos países: Alemania y Suecia.
Es esencial que la comunidad internacional actúe con determinación para compartir la responsabilidad respecto de los refugiados sirios. Debe aumentar significativamente el apoyo a los países vecinos, que reciben a la mayor parte de los refugiados, y estos países vecinos deben mantener sus fronteras abiertas a todas las personas que huyen del conflicto.
Al mismo tiempo, deben ser más los países que sigan el ejemplo de Suecia para garantizar que las personas que huyen de Siria reciben protección y que se les ofrecen vías para comenzar una nueva vida en un entorno sin riesgos.
Tras al anuncio de Suecia, el primer ministro británico David Cameron declaró que su país “lideraría al mundo” en el esfuerzo para socorrer a Siria. Alemania ya ha acordado aceptar a otras 5.000 personas procedentes de Siria a través de un programa de admisión humanitaria.
Estas iniciativas son parte crucial de lo que va a hacer falta para poner coto al sufrimiento de la población civil atrapada en el conflicto sirio. Sin embargo, dos años y medio después de que comenzara la crisis, cuando casi un tercio de la población del país está desplazada internamente o en otros países, estos ofrecimientos de asistencia deben cumplirse y generalizarse sin demora.
Amnistía Internacional seguirá pidiendo a todos los Estados que estén en condiciones de ayudar a los refugiados sirios que hagan todo lo que esté en su mano en una de las peores crisis de desplazamiento de la historia reciente.
Sobre este blog
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