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Ciudadanos escenifica la ruptura con Susana Díaz para facilitar el adelanto electoral en Andalucía

Juan Marín junto a Albert Rivera, en Sevilla, en una imagen de archivo.

Daniel Cela

Ciudadanos ha escenificado este martes la ruptura de su acuerdo político con el PSOE de Susana Díaz, un vínculo que ha dado estabilidad a la legislatura y permitido sacar adelante tres presupuestos autonómicos consecutivos. El pacto se quiebra en el cuarto año y último semestre de legislatura, cuando la dirección nacional de Ciudadanos ha dado muestras inequívocas de querer una convocatoria urgente de las elecciones andaluzas, previstas legalmente para marzo de 2019.

A los de Albert Rivera les preocupa que el nuevo PP de Pablo Casado recupere el espacio perdido del voto conservador. Rivera y su homóloga en Cataluña, Inés Arrimadas, se han involucrado personalmente en los últimos días en una escalada de presión a Susana Díaz, acusándola de incumplir su pacto con Cs y empujándola a adelantar los comicios. El PSOE andaluz, lejos de demostrar preocupación, puede servirse ahora de la escenificación del divorcio que han montado sus socios para armar el relato del adelanto electoral a finales de noviembre.

Este martes, el líder andaluz de Ciudadanos, Juan Marín, ha convocado a la prensa por la tarde en el Parlamento andaluz, tras asistir a la reunión de seguimiento del acuerdo con el PSOE, para denunciar inmediatamente después que los socialistas no tienen intención de seguir cumpliendo con las medidas pendientes de dicho acuerdo. “A todo lo que queda por hacer nos han dicho: No es no”, dice Marín, parafraseando la famosa frase que Pedro Sánchez usó en el pasado contra el ex presidente Mariano Rajoy.

Rivera, en Málaga

El portavoz del grupo naranja ha confirmado que su grupo “se siente liberado de sus obligaciones como parte de ese acuerdo con el PSOE”, y no se sentará a negociar los próximos Presupuestos autonómicos de 2019. La comparecencia de Marín -tutelada por el personal de prensa de Rivera, que apremiaba a interrumpir las preguntas cuanto antes- ha sido un relámpago, pero no un trueno. El sonido real de la ruptura de Ciudadanos con Susana Díaz se escuchará, previsiblemente, el próximo viernes, cuando el líder nacional comparezca tras la reunión del Comité Ejecutivo Nacional convocada en Málaga. Marín presentará a la dirección del partido un informe con el grado de cumplimiento del acuerdo con el PSOE y, acto seguido, hará “una propuesta”.

¿Qué propuesta? La comisión de seguimiento del pacto de legislatura entre PSOE y Ciudadanos ha venido reuniéndose regularmente desde que arrancó el mandato. La última vez que Marín compareció para hacer balance fue hace tres meses, y entonces aseguró estar “razonablemente satisfecho”, porque “casi el 70% de las medidas comprometidas se han ejecutado o están en vías de tramitación parlamentaria”. Esa satisfacción se ha esfumado en tres meses, en los que el protagonismo nacional de Albert Rivera ha sido abruptamente desplazado por una inédita moción de censura contra Mariano Rajoy, que ha noqueado al PP y a Ciudadanos, y convertido en presidente del Gobierno a Pedro Sánchez.

¿Qué propuesta presentará Marín ante la dirección nacional de su partido, reunida de forma extraordinaria en Málaga? El portavoz del grupo no ha querido anticipar el mensaje que, probablemente, corresponda al propio Rivera. Pero sí ha aclarado que la ruptura de Ciudadanos con el PSOE no va a ser proactiva: el grupo naranja, que tiene nueve diputados en el Parlamento, no buscará apoyos para presentar una moción de censura contra Susana Díaz. “No hemos planteado en ningún momento una moción de censura contra la presidenta”, advierte Marín. 

Sin Presupuestos para 2019

La consecuencia más tangible de su divorcio es el rechazo de Ciudadanos a sentarse a negociar los últimos Presupuestos del mandato, que deben iniciar a final de mes su andadura hasta el Parlamento. Esto, previsiblemente, obligará al PSOE andaluz a prorrogar las cuentas de este año, algo que no preocupa excesivamente a los socialistas. “Son nuestros presupuestos y nos gustan”, dijo el número dos del partido, Juan Cornejo. La Junta ya ha adelantado que no buscará en Podemos un sustituto de Ciudadanos para negociar las cuentas de 2019.

Aunque la formación morada se haya convertido en socio preferente de Pedro Sánchez en Madrid -incluso en materia de estabilidad presupuestaria-, Susana Díaz no ve en Teresa Rodríguez una aliada de fiar. “Se han pasado tres años diciendo que con el PSOE ni muertos. Su oferta para negociar ahora con nosotros tiene credibilidad cero”, dice el portavoz de la Junta, Juan Carlos Blanco. Con este escenario, es poco probable que el Gobierno andaluz ni siquiera apruebe el anteproyecto de ley de Presupuestos por su cuenta y luego trate de negociarlo con la oposición en el Parlamento, aunque hoy Blanco no lo ha descartado del todo.

El ultimátum: acabar con los aforamientos

Ciudadanos ha articulado su discurso de ruptura en torno a una medida concreta que aparece en el acuerdo de investidura con el PSOE: la eliminación de los aforamientos, una figura jurídica que protege a los diputados en las causas judiciales. Es la misma exigencia que el partido naranja le planteó al Gobierno del PP en Murcia en abril del año pasado, pero aquí en Andalucía no se le dio esa prioridad, porque entonces el grupo naranja defendía “un acuerdo nacional sobre la eliminación de los aforamientos para evitar asimetrías”. Pese a lo dicho, en abril de 2017 la dirección nacional de Ciudadanos impulso esta medida como “condición innegociable” para apoyar la investidura del popular Fernando López Miras, que finalmente elegido presidente autonómico tras la dimisión forzosa de Pedro Antonio Sánchez por su imputación en el caso Auditorio.

Para llevarlo a cabo, ha sido necesario reformar dos artículos del Estatuto de Autonomía de Murcia que son calcados del Estatuto andaluz y, en realidad, del resto de comunidades. En Andalucía, la supresión de los aforamientos obligaría a tocar el Estatuto, lo cual requiere la convocatoria previa de un referéndum -con un coste estimado de 20 millones de euros, según el PSOE-; el acuerdo de tres quintas partes del Parlamento y finalmente ser ratificado por el Congreso de los Diputados. Aunque la proposición de ley se registrase ahora, como exige Cs a Susana Díaz, la medida no estaría aprobada en esta legislatura ni con el plazo de tramitación más optimista (seis meses, según fuentes parlamentarias) ni apurando al máximo la legislatura.

De las 69 medidas incluidas en el pacto PSOE-Cs, ésta forma parte del apartado de regeneración democrática, del que Rivera ha hecho bandera desde el principio (su primera condición para apoyar la investidura de Díaz fue la dimisión de los ex presidentes andaluces, Manuel Chaves y José Antonio Griñán). Marín acusa ahora a la presidenta de no ceder la supresión de los aforamientos, porque “no quiere que sus diputados se enfrenten a un tribunal ordinario de justicia”, y recuerda causas abiertas que salpican a la Junta: el fraude de los ERE y de formación, o el uso de una tarjeta de crédito asociada a la extinta fundación pública de empleo Faffe en un prostíbulo de Sevilla. Este último asunto, que investiga un juzgado de Sevilla, motivará también una comisión de investigación en el Parlamento, propuesta por PP y Cs, y que respaldan todos los grupos excepto el PSOE.

Tanto PP como Podemos e IU no se han creído la espantada de Ciudadanos ni la preocupación del PSOE, y acusan a los dos ex socios de Gobierno de haber pactado esta “ruptura de paripé” para justificar unas elecciones a finales de noviembre.

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