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PP y PSOE agitan el fantasma de la repetición electoral en Andalucía en el inicio de las negociaciones

Teodoro García Egea, Pablo Casado y Juanma Moreno en una reunión del Comité Ejecutivo del PP

Iñigo Aduriz / Irene Castro / Daniel Cela / Lucrecia Hevia

La partida del Gobierno en Andalucía ya ha comenzado. Prácticamente desde el momento en el que se conocieron los resultados que anunciaban una mano difícil de jugar. Y como en toda negociación compleja y múltiple, los jugadores han arrancado con un órdago: o yo o el caos. O yo, o repetición de elecciones. Esa es la bandera que han agitado tanto PP como PSOE a algo más de 24 horas del final del 2D. Y como en toda negociación, habrá que ver poco a poco, semana a semana, si el órdago queda en envite o en un puñado mayor de amarrecos para cada partido.

El PP andaluz juega la mano del acuerdo de las derechas: PP, Ciudadanos y la fuerza de extrema derecha Vox. Y así ha formulado su punto de partida este martes: “O Moreno es investido presidente del Gobierno andaluz o repetición de elecciones”. Esa es la oferta dos días después de las elecciones. Y no está solo. Como se barruntaba ya en campaña, las mesas de negociación decisivas están en Madrid. No en vano, Génova ha redoblado la presión sobre Ciudadanos en las últimas horas ante el riesgo de que los de Albert Rivera desechen la vía del acuerdo a tres con Vox que permitiría hacer a Juanma Moreno presidente, pero que acercaría a los naranjas a la fuerza de extrema derecha. La dirección nacional del PP no se fía del partido que, insisten, ya hizo a Susana Díaz presidenta una vez tras decir insistentemente durante la campaña que no lo haría. “Está todo abierto y no descartamos ningún escenario”, apunta el equipo de Casado.

Ciudadanos también ha planteado su oferta: un acuerdo con Marín de presidente con el apoyo de PP y PSOE para evitar dar margen a Vox, el modelo Borgen (como el título de la serie danesa). Otro órdago que trae, entre otras cosas, no descartar a Marín como actor principal y el deseo de evitar lo que implicaría para el partido naranja explicar en Catalunya, su bastión electoral y su punta de lanza política, que se alían con la extrema derecha; por costarles, les costaría explicárselo hasta a sus socios europeos). Las conversaciones ya han comenzado entre ambas fuerzas y los de Casado tientan a Ciudadanos con fórmulas creativas para dar salida a sus dudas: acuerdos puntuales con Vox y gobierno a medias.

El tercer órdago llega de la mano de Susana Díaz y el PSOE andaluz. Díaz, en calidad de ganadora de las elecciones con 33 diputados, intentará la investidura (el lunes, pasase lo que pasase; este martes, si suma apoyos). Para ello llama a un Gobierno de concentración o a la suma de los apoyos de PP y Ciudadanos, y apela al freno a la extrema derecha como argumento, y plantea ahora la inconveniencia de “un pacto de perdedores”, un concepto con el que dispara el PP a Pedro Sánchez. Aunque a Ciudadanos le constaría justificar el respaldo a un gobierno socialista por segunda vez. Por eso los más allegados a Susana Díaz ya han mencionado el concepto “segundas elecciones”. Desde Ferraz, que vigilan con atención los pasos de la presidenta en funciones de Andalucía, el espíritu es el mismo: entre que gobierne la derecha o elecciones, apuestan por una “segunda oportunidad”. Tampoco ven sensato en Madrid dejar que gobierne ciudadanos. No obstante, dentro del socialismo andaluz sí hay voces que barajan la posibilidad (aún remota) de ceder espacio al partido naranja.

Mientras, los otros dos actores que tienen cartas en esta partida mantienen posiciones distintas. En el caso de Vox, se está dejando querer y ya han manifestado que ellos van a favorecer el cambio en Andalucía (es decir, un gobierno con el PP). Lo que no aclaran es cuál es el precio posible para su respaldo. ¿Consejerías? (Casado ya ha declarado que estarían dispuestos) ¿Acuerdos puntuales?

Adelante Andalucía, de momento, se ha situado en la oposición y parece esperar a posicionarse a que le inviten a la mesa de juego. El único que los ha mencionado, mentando a Podemos y no a la confluencia con IU, ha sido Pablo Casado que admitía combinaciones de acuerdo distintas en estas otras tres opciones: “Que Ciudadanos vuelva a apoyar al PSOE, pero necesitando la abstención de Podemos, que Podemos apoye al PSOE con la abstención de Ciudadanos o que Ciudadanos sea apoyado por el PSOE con la abstención de Podemos”. Aunque resultan posibilidades complejas para el partido de Rivera y Marín, que ha llegado a situar a Teresa Rodríguez en la extrema izquierda del tablero político. Desde luego, esta fórmula daría argumentos a los populares para acusar de “traición” a Cs. Tampoco sería una situación cómoda para Adelante Andalucía, cuando el no al “susanismo” ha sido uno de sus principales lemas de campaña, y se han autodenominado un “freno a las derechas” entre las que están incluidos los de Marín. Sin contar con la falta de sintonía que han demostrado tener Rodríguez y la líder socialista.

Así, PP y PSOE especialmente extreman sus posiciones dejando caer la sombra de la repetición electoral en este arranque de la negociación. Una variable que no se va a despejar hasta el primer examen que será el próximo 27 de diciembre, cuando se constituya la mesa del Parlamento y se vea, de verdad, cómo de fructíferas han sido las negociaciones entre los cinco actores de esta partida endiablada que ninguno de los cinco se esperaba jugar con estas cartas.

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