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Susana Díaz ejercerá como secretaria general de los socialistas andaluces en la conferencia política del PSOE

José Antonio Griñán abraza a Susana Díaz en su último comité director como secretario general.

Olga Granado

La despedida este lunes de José Antonio Griñán como secretario general del PSOE-A en el comité director -máximo órgano entre congresos- del PSOE-A supone el inicio de su última etapa en la primera división de la política y la secuencia lógica de una serie de capítulos que se iban a suceder más pronto que tarde, pese a que él se empeñara en negarlo. Porque dijo el pasado mes de junio que renunciaba a volver a ser candidato a las elecciones autonómicas, pero que agotaría la legislatura, y sin embargo, un par de meses después, dejó la presidencia de la Junta de Andalucía. Y manifestó luego que seguía como secretario general del PSOE-A, y otro par de meses después hace oficial su retirada de este cargo: los días 23 y 24 de noviembre habrá congreso extraordinario en Granada para elegir a Susana Díaz, su sucesora en la presidencia de Andalucía, como secretaria general del PSOE-A. La fecha será propuesta este viernes a la ejecutiva regional.

Una secuencia prácticamente calcada a cuando Manuel Chaves le cedió los testigos, porque estas estrategias políticas dejan poco espacio para las sorpresas, pese a que se trate de José Antonio Griñán. Lo ha anunciado en el marco del que era el séptimo comité director del PSOE-A en 14 meses. Quizá demasiados en tan corto intervalo de tiempo y por eso tenía ya poco que decir. Su intervención no ha durado ni tres minutos. Un discurso tan breve como aplaudido -ha sido ovacionado por espacio de un minuto- y en el que se ha emocionado cuando ha agradecido a sus compañeros el haberlos sentido a su lado “cuando en la soledad de la última decisión, te asaltan las dudas y la realidad te golpea y te impide culminar alguno de nuestros objetivos”.

En su última intervención como secretario general en un comité director que era de “puro trámite” -como han manifestado algunos socialistas- y por eso menos numeroso que los de los últimos meses, ha reconocido que se enfrenta a un “desenlace natural”. Ha deseado que tenga sus frutos como instrumento para “una estrategia que habrá de servir para recuperar la política como el mejor instrumento para construir una sociedad más justa y con más oportunidades desde el liderazgo de una mujer -en referencia a Susana Díaz- que sé que es muy capaz de conseguirlo”.

Para ella también ha tenido una frase de elogio: “Porque lo estás haciendo tan bien que hasta tus perseverantes detractores hoy te miran con respeto”, le ha dicho a la presidenta de la Junta de Andalucía, inminente secretaria general del PSOE-A y cada vez más la voz que el socialismo quiere proyectar, más allá de esta comunidad autónoma. Lo comentaban varios socialistas presentes en la cita de este lunes, para quienes la última intervención de Susana Díaz en Madrid deja claro que no sólo “ha nacido una estrella” -como ha dicho el alcalde de Zaragoza Juan Alberto Belloch- sino que se postula una mujer para la renovación que necesita el PSOE. “Debe dejar de ser tan descabellado pensar que Susana Díaz pueda liderar el partido a nivel nacional si preside una de las dos comunidades autónomas -la otra es Asturias- que gobierna el PSOE”, ha comentado un veterano momentos previos a la reunión. Pero Susana Díaz no ha intervenido este lunes en el comité director, porque sabe manejar los tiempos.

En el comité director, en el que se habían pedido 11 turnos de palabra, la mayoría de las intervenciones han sido para alabar a Susana Díaz y agradecer la “generosidad” de José Antonio Griñán. Tanta miel que los pocos críticos que todavía se dejan ver como tales en el PSOE-A o no han ido o se han marchado poco después de comenzar el debate a puerta cerrada. Sólo el exsenador por Granada Luis Salvador, ha apuntado la necesidad de que la elección del secretario general sea por el voto directo de los militantes, abundando en la necesidad de una democracia interna más real, como ya lo hiciera con su plataforma Socialismo y Ciudadanía.

Una proyección que no se va a detener en Andalucía

Por lo demás, la cita ha servido para nombrar a 107 de los 158 delegados que el PSOE-A enviará a la conferencia política, una auténtica exhibición de fuerza en el partido en un momento en que los socialistas no remontan en las encuestas -dentro de la importancia que deben otorgársele a éstas cuando la cita con las urnas todavía queda lejos- y su secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba vive horas bajas.

De momento, en el PSOE-A sí tienen claro que Susana Díaz ocupará “un lugar destacado” en la conferencia política de PSOE que tendrá lugar entre el 8 y el 10 de noviembre. En dicho encuentro, los socialistas andaluces quieren ir como una piña y apostar por líneas novedosas como la limitación a dos de los mandatos en gobiernos nacionales y regionales, la definición de un modelo de federalismo que responda a los retos independentistas a los que se enfrenta el Gobierno de la Nación y la apuesta por reformar la Constitución Española. Si no se ha convocado el congreso extraordinario del PSOE-A antes de dicha cita, para que Susana Díaz llegara ya como secretaria general, es porque “no da tiempo” por el calendario. O porque “José Antonio Griñán no ha querido darle ese gusto a su imparable sucesora”, según ha comentado alguno con malicia.

Eso sí, José Antonio Griñán, también presidente del PSOE, cargo simbólico y al que de momento no ha dicho que vaya a renunciar, continúa cerrando etapas en Andalucía. De hecho, este mismo lunes ha presentado su renuncia al escaño en el Parlamento de Andalucía, para volcarse con su papel como senador en representación de la comunidad autónoma.

En caso es que, atribulado por problemas personales y desgastado por las insinuaciones vertidas sobre él en el caso de los ERE, dejará el liderazgo del PSOE-A al que accedió -con el 99,8% de los votos- el 12 de marzo de 2010 en sustitución de Manuel Chaves después de 16 años. Su marcha supondrá además poner fin a la bicefalia que tan poco gusta en el partido socialista y que no se vivía desde 1990 -y duró cuatro años- cuando Carlos Sanjuán era secretario general del partido y Manuel Chaves presidente de la Junta de Andalucía.

Su relevo por Susana Díaz supondrá además abrir otro frente en la agrupación provincial más importante del PSOE-A, la de Sevilla, donde actualmente es la líder. De manera que esto tendrá que resolverse con un congreso provincial.

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