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El año de las mujeres
Este 2017 que despedimos ha sido bautizado de manera unánime como 'el año de las mujeres'. El año en el que la influyente revista TIME coronó en su portada a las impulsoras del movimiento #meetoo contra el acoso sexual. El año del nuevo despertar femenino. El año del empoderamiento. Nuestro año.
Pero mirado más de cerca, si este 2017 acaba pasando a la historia -veremos-, no es porque haya sido un buen año para para las mujeres. En realidad, todo lo contrario. Ha sido una putada de año. Si este 2017 acaba cambiando algo, será porque ha sido malo, tan malo, que ha hecho que las mujeres hayan dicho basta. Más fuerte que nunca hasta ahora. Tal vez, ojalá, 2018 sea el año de la esperanza. De momento, 2017 ha sido el año de la rabia.
2017 pudo ser el año de Clinton como primera mujer en la Casa Blanca pero ha sido el año de Trump. El año en el que descubrimos que los platós de Hollywood y los estudios de televisión de Nueva York eran y son el escenario perfecto para la impunidad y la prepotencia masculina (¿no extraña que no haya todavía ninguna denuncia en España?). El año en el que se anuló el juicio contra Bill Cosby y se archivaron por prescritas la mayoría de denuncias del psiquiatra Javier Criado, al que acusan más de 30 mujeres. El año en el que, casi tres décadas después de la infame sentencia de la minifalda, el juicio contra La Manada -o el caso Juana Rivas- nos volvieron a recordar que una mujer violada o maltratada sigue siendo para muchos la primera sospechosa.
El año termina con menos mujeres presidentas y primeras ministras que en 2016 y señales de estancamiento en los parlamentos y centros de poder, como ha alertado la ONU. Con más mujeres asesinadas que el año pasado y el recuerdo de Ana Orantes como una herida que no se cierra. Con más paro y precariedad entre las trabajadoras. Si otros años se ha destacado el protagonismo femenino en la música, este año se cierra sin ninguna artista entre los vídeos más vistos de internet, donde se impone el reaggeton y las letras lamentables de Maluma.
Pero 2017 ha sido también el año de la #WomensMarch en Washington, de las mareas de mujeres en las calles en protesta por el juicio de Pamplona. El año de The Handmaid's tale. El año en el que muchas han perdido el miedo a declararse feministas y muchos empiezan a no sentir miedo al escucharlo. El año en el que he visto a más chicas jóvenes en las movilizaciones del 8 de marzo. El año en el que más a menudo he participado en conversaciones, con ellas y ellos, sobre lo que significa ser mujer y hombre en nuestro mundo.
Está por ver lo que nos deparará el año que comienza. Si este año de las mujeres será devorado por la siguiente tendencia, la siguiente moda. O si ha llegado, como yo pienso, o quiero pensar, para quedarse. Si la ira y la frustración que sentimos serán el paso definitivo para el cambio. Si tal vez estamos asistiendo, como escribió Dickens, al peor y el mejor de los tiempos.