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Mayo aparca la recuperación de los embalses andaluces con tiempo de “pleno verano”

Embalse de Iznájar (Málaga, Granada y Córdoba) en agosto de 2021 / Madero Cubero.

Carlos Puentes Luque

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El calor vivido en Andalucía desde la pasada semana, con máximas ya por encima de los 34 grados en numerosos puntos de la mitad occidental, apunta además a poner punto y aparte a la modesta recuperación en el nivel de los embalses andaluces. Las perspectivas no son nada halagüeñas echando un ojo a la estadística y las previsiones meteorológicas a corto y medio plazo. El actual mes de mayo parece abonado a entradas de aire cálido y a la perenne estabilidad anticiclónica.

Embalses al 36 % en el final de la temporada de lluvias

La lluvia parece haber dicho basta. Y lo hace con los embalses andaluces a poco más del 36 % de agua almacenada. Un registro que mejora sustancialmente el que presentaban hace poco más de dos meses, en el entorno del 30 %, pero aún 30 puntos por debajo del nivel medio de los últimos diez años. La tímida recuperación de los pantanos además no ha sido homogénea. Mientras que las provincias de Huelva, Sevilla, Málaga y Almería han observado un notable incremento de sus reservas, en las provincias de Córdoba y Jaén, donde se concentra la mayor capacidad de almacenamiento de las grandes cuencas de la región, el incremento a duras penas alcanza un par de puntos porcentuales oscilando entre el 26 y el 30 % respectivamente.

Y desde ya solo queda bajar. Por delante quedan entre 4 y 5 meses de travesía por el desierto, hasta que a inicios del próximo otoño vuelva a cambiar la tendencia. Mayo ha puesto fin a la entrada de borrascas atlánticas, y al menos en el corto y medio plazo no se espera ni tan siquiera el descuelgue de alguna depresión aislada que salpique los cielos andaluces de tormentas. Al contrario, y en consonancia con los pronósticos del Centro Europeo de Previsión a Medio Plazo, mayo y junio apuntan a ser dos meses más secos y calurosos de lo normal.

Calor anómalo y prolongado con máximas de hasta 36 grados

El primer episodio, sin ser extraordinario, sí ha sido anómalo para la época del año que atravesamos. Más que por la intensidad, el episodio se está caracterizando por su duración. Aún con altibajos, no se atisba un final a las altas temperaturas que desde que diese comienzo el mes han puesto los termómetros andaluces en números más propios de mediados o finales de junio. De media, las máximas se han situado entre 4 a 6 grados por encima de los valores normales para la época del año. Y así continuará durante los próximos días, con vistas a intensificarse hasta valores de pleno verano a partir de mediados de la próxima semana.

A pesar de la presencia de nubosidad de tipo medio y alto, las máximas seguirán rondando los 30 grados en la mayor parte del interior de la región. El comienzo del fin de semana será especialmente cálido a lo largo del valle del Guadalquivir, donde las temperaturas podrán superar los 34 grados de manera generalizada, pudiendo registrarse picos de 36 grados de manera puntual en la provincia de Sevilla. Más agradables serán las máximas que se registren a lo largo de la costa, que de manera general oscilarán entre los 26 a 29 grados, salvo en el área del Estrecho donde el persistente viento de levante mantendrá el termómetro en poco más de 20 grados. También serán más bajas en el interior del tercio oriental, donde provincias como Granada y Almería rondarán los 23 ó 24 grados en las horas centrales del día.

Cambio de viento y breve respiro térmico

La entrada de viento de componente oeste durante la jornada del domingo 15 de mayo, arrastrado por flujo húmedo de poniente hasta la vertical de la Península Ibérica, rebajará el termómetro del orden de cuatro a cinco grados. El descenso será más acusado cuanto más al oeste de la región, donde las máximas quedarán por debajo de los 30 grados de manera generalizada tras haber rozado los 33 o 34 grados durante la tarde del sábado.

El respiro en las temperaturas durará poco, ya que desde la jornada del martes 17, éstas volverán a experimentar una fuerte subida de entre 3 a 4 grados. La presencia de una profunda y extensa borrasca centrada al norte de las Azores potenciará la entrada de viento de componente suroeste, lo que arrastrará hasta la vertical andaluza una intensa lengua de aire cálido en altura. Para entonces, las temperaturas podrían superar la barrera de los 36 grados en el valle del Guadalquivir, pudiendo llegar hasta los 33 o 34 grados en el resto del interior del territorio. Calor el que se espera, de confirmarse, de pleno verano.  

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