Miles de niños y niñas sufren las consecuencias de los conflictos armados en todo el mundo, viendo como su infancia es destruida al estar atrapados en ciudades sitiadas por los contendientes que los convierten en objetivos de guerra o al ser reclutados forzosamente para convertirlos en niños soldados. Niñas que se ven obligadas a contraer matrimonio forzoso o convertirse en esclavas sexuales y niños que ven como ellos o sus amigos y familiares son asesinados o mutilados por los ataques indiscriminados contra la población civil.
Durante 2016 los conflictos armados mataron, mutilaron o forzaron a convertirse en soldados a 15.500 niños y niñas, según las cifras de Naciones Unidas. La infancia en países como Siria se ha visto especialmente afectada por un conflicto en el que las normas del Derecho Internacional Humanitario han sido constantemente violadas por las partes ante la impasividad inhumana de la comunidad internacional. Esta ha asistido desde la barrera a uno de los conflictos con mayor número de víctimas civiles de los últimos 20 años.
Pero no son “únicamente” las consecuencias físicas de la guerra en la vida de los niños y las niñas, sino que también las consecuencias psicológicas son profundas y tendrán un efecto en la vida de estos niños ahora, mañana y en el futuro. Estas consecuencias psicológicas en generaciones de niños que viven en conflicto son una rémora que afectará a la recuperación de la sociedad de los países que se encuentran afectados por conflictos armados.
En el informe `Heridas Invisibles´ que Save the Children presentó en Sevilla en febrero de este año, tratamos las consecuencias psicológicas de la guerra de Siria en la infancia. Alertamos de que la infancia que se encuentra atrapada en los conflictos bélicos sufre un impacto enormemente profundo. Nos hemos encontrado con niños aterrorizados de salir a la calle o de ir a la escuela. Niños y niñas de 15 años que se comportan como si tuviesen cinco con consecuencias psicosomáticas viviendo con estrés, ansiedad y depresión. Estas consecuencias que analizamos en su momento en el informe sobre Siria, por desgracia se reproducen y se replican en todos los conflictos armados en los que la infancia se ve afectada.
Los niños y las niñas en los conflictos armados son las víctimas, no sólo las más vulnerables, sino también las que producen un mayor impacto en la destrucción de una sociedad. Es por eso que se han convertido en objetivo de guerra, al igual que los lugares que hasta el inicio de un conflicto eran espacios seguros, como las escuelas y hospitales. Los grupos armados atacan en multitud de conflictos, desde Yemen, pasando por Palestina o Siria, escuelas y hospitales para destruir a la población civil y generar un estado de desesperación en el que nadie y, especialmente los niños y las niñas, encuentren refugio, convirtiendo estos ataques en tácticas de guerra dirigida a la población más vulnerable.
Ante estas situaciones es necesario que España y Andalucía mantengan una postura firme y sólida en la protección de los derechos de la infancia en conflictos, de manera que se protejan y garanticen su derecho a la educación y a la asistencia médica especializada. Para ello, es necesario que las políticas de acción humanitaria del Estado y de nuestra comunidad autónoma prioricen los servicios de atención en salud mental en conflictos y la creación de espacios seguros para garantizar el acceso a una educación de calidad a los niños y niñas que viven en conflictos armados.
Javier Cabrera, responsable de Sensibilización y Políticas de Infancia en Save the Children Andalucía.
Sobre este blog
En Abierto es un espacio para voces universitarias, políticas, asociativas, ciudadanas, cooperativas... Un espacio para el debate, para la argumentación y para la reflexión. Porque en tiempos de cambios es necesario estar atento y escuchar. Y lo queremos hacer con el “micrófono” en abierto.
