Nueva York, San Francisco, Sidney, París, Rennes, Milán, Nápoles, Padua, Basilea, Constanza, Amsterdam, Utrecht. El pasado jueves 25 de julio Sevilla se convertía, tras la localidad canaria de San Cristóbal de la Laguna, en la primera ciudad española que declaraba el Estado de Emergencia Climática y Ecológica. Lo refrendaba el pleno municipal con los votos positivos de todas las fuerzas políticas a excepción de Vox, aprobando una iniciativa de Adelante Sevilla que, elaborada junto a Equo-Verdes y Ecologistas en Acción, también ha contado con el apoyo del movimiento Fridays For Future Sevilla.
Aún no hace un año cuando, en agosto de 2018, una joven noruega llamada Greta Thurnberg iniciaba un movimiento que ha tenido repercusiones globales. 'Huelga estudiantil por el clima', rezaba la pancarta con la que Greta se plantó, cada viernes, frente a las puertas del parlamento noruego. Desde entonces y hasta ahora su ejemplo se ha replicado en más de 1.600 ciudades de todo el mundo, donde los y las jóvenes han recogido su testigo y han exigido a sus gobernantes que tomen medidas frente a un problema urgente que amenaza nuestro futuro y también nuestro presente: el cambio climático.
Las ciudades, que solo ocupan un 3% de la superficie global, consumen un 80% de los recursos energéticos mundiales y son responsables de un 70% de las emisiones de gases invernaderos. Al mismo tiempo, es en las ciudades donde más se hacen palpables y se padecen los efectos de la contaminación y del calentamiento global. Es, por tanto, tan necesario como urgente que desde las propias ciudades, desde lo local, tomemos no solo conciencia del problema, sino también las medidas necesarias para afrontarlo.
Y, en este sentido, es una buena noticia que el pleno del Ayuntamiento de Sevilla haya aprobado la declaración del Estado de Emergencia Climática. Pero no basta con eso, pues la declaración aprobada debe entenderse solo como un primer paso que habrá de sustanciarse en toda una batería de medidas concretas y reales que, desde ya, hagan frente al problema que tenemos entre manos. Obviamente la contaminación y la emisión de gases invernaderos no se van a reducir por el simple hecho de que el Ayuntamiento de Sevilla así lo decrete.
Queda por delante toda una legislatura, cuatro años para debatir, concretar y poner en marcha medidas reales que permitan a nuestros vecinos y vecinas vivir más saludablemente, en una ciudad que cuida del Medio Ambiente y que se preocupa por el futuro de las generaciones venideras. Me propongo, a partir de este punto, desgranar algunas de las medidas que creo tenemos que poner en práctica durante estos próximos años.
Recientemente el señor Almeida, alcalde de Madrid con los votos de PP, Ciudadanos y Vox, establecía una moratoria sobre Madrid Central, permitiendo fugazmente que los vehículos que tenían vedada su entrada al centro de la ciudad pudieran acceder de nuevo a la zona. Tras una formidable respuesta ciudadana, un juez terminó declarando ilegal la medida por considerar que atentaba contra el derecho a la salud de los madrileños y madrileñas. Nuestra ciudad, Sevilla, fue pionera cuando, hace ya una década, puso en marcha un plan que cerraba el acceso al centro urbano a los vehículos de los no residentes. Sin embargo, y pese al buen resultado de aquella iniciativa, la derogación del denominado 'Plan Centro' fue una de las primeras medidas tomadas por Juan Ignacio Zoido una vez se hizo con el poder. Un claro ejemplo del inmovilismo del actual alcalde de la ciudad, Juan Espadas, ha sido su incapacidad o desinterés por recuperar una medida que a todas luces es necesaria si de verdad queremos hacer frente a la crisis climática y ecológica que ya padecemos.
El 'Plan Centro', no obstante, no puede ser sino la punta de lanza de un nuevo paradigma que promueva la movilidad sostenible no solo en nuestra ciudad, sino también en toda su área metropolitana. Cuando más del 50% de los vehículos que circulan en Sevilla proceden de municipios de su alrededor, es más que obvio que se necesitan soluciones de carácter metropolitano. Y esas soluciones tienen que ser realistas, factibles en un plazo razonable de tiempo. Por ello, hay medidas e iniciativas como el BTR (Bus de Tránsito Rápido), el desarrollo de plataformas reservadas al transporte público y el fomento de la bicicleta que pueden contribuir desde ya a reducir las emisiones contaminantes.
Pero Sevilla también necesita un plan para renaturalizar y reverdecer nuestros espacios comunes. Declarar el Estado de Emergencia Climática es absolutamente incompatible con el arboricidio que, iniciado por Zoido y continuado por Espadas, ha privado de sombra y de verde a nuestra ciudad. No solo es necesario plantar 50.000 árboles antes de 2023, tal y como recogíamos en nuestro programa electoral, sino que también es preciso cuidar como es debido las zonas verdes y el arbolado de Sevilla. En este sentido, hay que destacar que la ciudadanía, que se ha movilizado asiduamente para denunciar este problema, ha ido siempre por delante de una institución que ha demostrado una escasa o nula sensibilidad medioambiental.
Y aún hay que ser más ambiciosos. Creemos necesario poner en marcha un Plan de Actuación que permita reducir cada año en un 7% el consumo energético al mismo tiempo que, también anualmente, incrementemos en un 7% el autoconsumo de energías renovables y limpias. E, igualmente, hace falta el compromiso firme del Ayuntamiento para que todos los organismos y edificios públicos dependientes del Consistorio estén gestionados de manera sostenible: residuos cero, energías renovables y bioclimatización.
También es preciso apostar por un modelo de ciudad diferente al actual, que promueva la economía circular y el comercio local y de proximidad. Declarar el Estado de Emergencia Climática es incompatible con seguir propiciando un urbanismo que fomente exclusivamente la construcción de hoteles de lujo y de centros comerciales. E, igualmente, es contradictorio que nuestra ciudad proclame su compromiso medioambiental cuando sigue funcionando el vertedero incontrolado de Palmete, donde reiteradamente se han incinerado residuos tóxicos.
En definitiva, creo que la aprobación por el pleno municipal de la declaración del Estado de Emergencia Climática abre un resquicio a la esperanza. Y perdonen si no soy más optimista, pero hechos son amores y no buenas razones, como proclama el acervo popular. Y los hechos, por el momento, no nos permiten ser muy positivas, si nos atenemos a las políticas desarrolladas durante estos cuatro años pasados por Juan Espadas y su equipo de gobierno. Para nosotras, para Adelante Sevilla, la defensa del Medio Ambiente y el impulso de políticas para frenar y revertir el Cambio Climático será uno de nuestros caballos de batalla para estos próximos cuatro años. Si el señor Espadas piensa realmente que no hay Planeta B, como proclaman los y las jóvenes, tendremos la mano tendida para impulsar las iniciativas que la sociedad nos reclama. Si, por el contrario y tal como ha hecho estos cuatro años anteriores, prefiere esconder la cabeza cual avestruz y mirar hacia otro lado, nos encontrará enfrente, defendiendo el derecho a la Salud de nuestros vecinos y el derecho de las generaciones venideras a disfrutar de nuestro planeta.
Susana Serrano, portavoz municipal de Adelante Sevilla
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