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El PSOE negocia con Luis Salvador y Podemos-IU su incorporación al Gobierno de Granada

Francisco Cuenca incluye a un edil de Ciudadanos en la Junta de Gobierno Local

Álvaro López

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“Nuestro objetivo es gobernar con estabilidad y para eso necesitamos, como mínimo, 14 apoyos”, dicen en el PSOE de Granada sobre la composición del Gobierno municipal que están negociando. Los socialistas, que se hicieron con la alcaldía la semana pasada gracias al apoyo de dos concejales de Ciudadanos y los tres de Podemos-IU, hablan con estas dos fuerzas políticas para gobernar conjuntamente hasta las elecciones municipales de 2023. Una cuestión que no está del todo definida porque ni siquiera queda clara cuál es la situación de los ediles de Cs, ya que su partido anunció que los expulsaba por apoyar al socialista Francisco Cuenca en la investidura de la pasada semana. La formación naranja insiste en que están suspendidos de militancia.

La composición de la Junta de Gobierno Local, un órgano clave para el funcionamiento de un Ayuntamiento, ya ha sido despejada. El alcalde ha elegido a ocho de los nueve concejales que hay en su grupo político y ha incluido también a José Antonio Huertas, suspendido de militancia por Ciudadanos, y único concejal que quedaba afín a Salvador. Un nombramiento muy llamativo porque supondría la entrada directa de los naranjas en el equipo de Gobierno. Fuentes socialistas lo niegan y dicen que la presencia de Huertas se debe solo a que ha sido teniente de alcalde hasta la fecha y que no significa un acuerdo con los concejales que Cs considera tránsfugas. Sin embargo, otras voces aclaran que el reglamento no establece que un teniente de alcalde deba ser reelegido para la Junta de Gobierno Local porque ese órgano lo elige única y exclusivamente el alcalde de turno.

Por lo tanto, la entrada de Huertas se entiende como una señal de que tanto él como el exalcalde, Luis Salvador, llegaron a un acuerdo con el PSOE antes de presentar su dimisión y convocar un pleno de investidura en los primeros días de este mes de julio. “A nadie escapa que Huertas, Salvador y los socialistas pactaron algo para hacer posible que Francisco Cuenca sea el alcalde”, dicen fuentes consistoriales consultadas por elDiario.es Andalucía. Lo que no queda claro es en qué términos se pudo haber cerrado tal acuerdo y cuándo se hará público, aunque nadie del entorno de Huertas o Salvador desmiente su entrada en el Gobierno municipal.

Un mes de cambios

Para entender cómo se ha llegado a este punto hay que recordar que Cuenca es alcalde tras un mes y medio de crisis política en el Ayuntamiento de Granada. A finales de mayo, el entonces concejal del PP, Sebastián Pérez, compareció en una rueda de prensa en la que dejaba la militancia de los populares, pero no su acta como concejal, amenazando con que, si no había un cambio de alcalde entre el naranja Luis Salvador y otro del Partido Popular, él mismo apoyaría una moción de censura a favor del PSOE. Aquel órdago fue recogido por el PP, que invitó a Salvador a que dejase de ser regidor y cumpliese el presunto acuerdo de alternancia firmado en junio de 2019 entre naranjas y populares. Como el alcalde se negó a irse, el Partido Popular y dos concejales de Ciudadanos dimitieron y abandonaron el bipartito, dejando a Luis Salvador con un solo concejal apoyándole en minoría absoluta.

Salvador aguantó como un “espartano”, según palabras suyas, y no se marchó hasta el pasado 1 de julio, después de que el PSOE amenazara con una moción de censura y el propio alcalde pidiese días antes que no se la hicieran. Tras varios encontronazos, reuniones y cruces de declaraciones, Luis Salvador anunció que apoyaría a los socialistas y que lo haría por respeto a la ciudadanía, ya que el PSOE fue la lista más votada en 2019, y para darle “estabilidad” al Gobierno municipal. Unas declaraciones y un voto final que le costaron la apertura de un expediente de expulsión por parte de su partido, la suspensión de la militancia y la suspicacia del resto del arco político. Desde que el PSOE se ha hecho con la alcaldía gracias al apoyo de Salvador y Huertas, se asume que ha habido algún acuerdo que aún no se ha hecho público.

Ahora, tras el nombramiento de Huertas como parte de la Junta de Gobierno Local del socialista Francisco Cuenca, todos los caminos señalan una unión entre los exnaranjas y socialistas en los dos años que quedan de mandato. Mientras, Ciudadanos se esfuerza por decir que tanto Huertas como Salvador han sido suspendidos de militancia y que sus siglas no están negociando con nadie. Pero lo cierto es que los naranjas siguen representados en el Consistorio por ambos ediles.

Convencer a Podemos-IU

Sin embargo, el apoyo del exalcalde y el ex edil de Derechos Sociales no es suficiente para que los socialistas se puedan garantizar la mayoría de 14 votos que necesitarían en cada pleno para sacar adelante sus políticas. Entre el PSOE y los dos concejales de Ciudadanos suman 12 apoyos, por lo que necesitan al menos otros dos más que son los que conseguirían con Podemos-IU. La coalición de izquierdas, que está representada por tres ediles en el Ayuntamiento de Granada, ya ha iniciado negociaciones con los socialistas y ha presentado un proyecto para regenerar la ciudad, clave para que puedan llegar a un entendimiento con el PSOE. Sin embargo, su entrada en el equipo de Gobierno aún no está clara, porque no esconden sus recelos hacia el hecho de que Ciudadanos pueda estar en él.

Antonio Cambril, portavoz de Podemos-IU, dice que van a seguir “negociando para conseguir, al menos, un acuerdo programático durante este mandato”, aunque afea al PSOE que haya creado una Junta de Gobierno Local en la que está Ciudadanos y con un programa que desconocen. En todo caso, fuentes de la coalición sostienen que van a seguir hablando con los socialistas y que, sin ponerse plazos concretos, esperan llegar a un acuerdo la próxima semana. Por otra parte, desde el PSOE admiten estas reuniones y reconocen la necesidad de abrirse tanto a Cs como a Podemos-IU, al tiempo que niegan cualquier posibilidad de pacto con el PP, con el que llegaron a negociar antes de la dimisión de Luis Salvador. Con Vox ni siquiera se ha hablado porque se le ha puesto un cordón sanitario a la formación de extrema derecha.

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