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Jóvenes que votan por primera vez: “Mi mayor miedo es tener que salir de Andalucía para buscar trabajo”

Nuevos votantes en la redacción de elDiario.es Andalucía.

Sara Rojas

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Se acerca el día decisivo en el calendario de las elecciones andaluzas y la voz de los candidatos a la presidencia de la Junta de Andalucía es la que eclipsa a diario la esfera pública. Ocupan los medios con sus actos de campaña, copan las redes sociales con sus mensajes y recorren las calles de las ocho provincias a la caza del voto de los ciudadanos, el otro gran protagonista de esta cita con las urnas.

En total, 6.641.828 andaluces están llamados a votar el 19 de junio. Y de los electores residentes en Andalucía, un 4,5 % podrá ejercer este derecho por primera vez. Son los electores más jóvenes. Han nacido en el siglo XXI (entre 2002 y 2004), crecido en el entorno virtual y aprendido a manejar los dispositivos electrónicos antes que sumar y restar. Son 302.446 jóvenes que van a trazar el futuro de la sociedad andaluza en los próximos años.

En elDiario.es Andalucía hemos querido asomarnos a la realidad de estos chicos y conversar con ellos. Para conocer sus impresiones, sus intereses e inquietudes, hemos reunido en nuestra redacción a cinco andaluces y andaluzas, de entre 18 y 21 años, que pertenecen a cuatro de las ocho provincias, laten en frecuencias ideológicas distintas y aguardan con entusiasmo y con sus propias reivindicaciones el día en que van a estrenarse como votantes.

Mayoría de edad

No todos han decidido todavía a qué grupo político, pero sí están convencidos de que van a votar. “Es importante porque es la única forma que tenemos actualmente de ejercer la democracia”, explica Sergio Ruiz, el mayor de todos y el que acumula más ganas de participar porque se quedó a tan solo unos días de poder hacerlo en las pasadas elecciones.

Pero no solo considera necesario ejercer el derecho al voto por ese “compromiso histórico con aquellos que nos precedieron y nos dieron la oportunidad”, sino porque “el momento lo pide”, añade. En este mismo sentido se expresa Martín Rodríguez, un gaditano que estudia Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad de Sevilla. Lleva “años queriendo votar”. Y su deseo de participar en la política se ha avivado ante un panorama como el actual: “creo que nos jugamos mucho con el precedente de otras comunidades”, sugiere Martín en referencia a la entrada de la ultraderecha en el Ejecutivo de Castilla y León.

Y frente a ese reto que pronto encara Andalucía, reivindican su papel como ciudadanos “mayores de edad” en un sentido kantiano. “Hay una opinión general de que los jóvenes no estamos concienciados y que no nos interesa la política”, apunta Carmen Díaz. Ella ya ha votado por correo porque es de Cádiz y el día después de las elecciones tiene examen en la capital andaluza, donde estudia Derecho y Ciencias Políticas. Para esta gaditana, esa “imagen distorsionada de los jóvenes” – como lo explica Martín – no coincide con el grado de implicación y concienciación que perciben estos chicos y chicas en su entorno.

Nicho de votos

A ambos lados del espectro ideológico que ellos mismos representan en la redacción, coinciden en que son “una generación involucrada con unos principios muy activistas y de luchar por nuestros derechos sociales”, como señala el estudiante de Publicidad. Por eso, exige junto al resto de sus compañeros que se les escuche y se les conceda su lugar en las instituciones públicas. Y lo hacen porque sienten que su generación aporta valor a la sociedad a través de una “visión regeneradora”, en palabras de Álvaro Castilla. “Podemos aportar en la igualdad real entre hombres y mujeres, en las políticas sociales y en el cuidado al medioambiente”, expone Martín con el respaldo de sus compañeros.

Sin embargo, no basta con la voluntad de querer participar en la vida política. Sienten que al final se les relega a un segundo plano. Lara González, una malagueña que también estudia su primer año en la capital hispalense, se muestra crítica con los políticos. En su opinión, el interés de los candidatos por la juventud está directamente relacionado con el porcentaje de votos: “cuando se dan cuenta de que sus legislaturas dependen en parte del voto juvenil es cuando se fijan en nosotros”.

Es lo mismo que lamenta Carmen: “al final buscan el voto”. “Se entiende cuando estamos en campaña, pero cuando eso no se ve reflejado [en sus políticas], sientes que te buscan para un momento preciso y después se olvidan de ti”, opina esta joven gaditana, que cambia el tono de lamento por el de la convicción para afirmar: “nuestra opinión cuenta”. Y en este punto de la conversación, la inquietud toma la palabra. “Una de mis mayores preocupaciones hoy es que ningún partido está representando realmente los intereses de los jóvenes de cara al futuro”; es la voz de Lara, y cuenta con el asentimiento del resto de participantes en la conversación.

“Mi mayor miedo”: abandonar Andalucía

Sergio lo explica de la siguiente manera: la juventud “en términos políticos” está asociada - y reducida - a conceptos como la precariedad y la etapa estudiantil. “No se nos considera un actor prioritario más allá de esa coyuntura de precariedad y entonces esperan a que cumplamos 30 años para que nos convirtamos en un actor funcional al que ya se puede interpelar”, argumenta este estudiante de Geografía e Historia y Relaciones Internacionales.

De ahí que algunos de ellos, como Carmen y Sergio, se identifiquen más con las letras de los carnavales que con los programas electorales. De hecho, la comparsa “Después de Cádiz, ni hablar” dedica un pasodoble a la realidad de estos jóvenes. “No puedo entender que la juventud otra vez se precipite al vacío”, canta como un quejido esta agrupación. Y esa es la imagen de la incertidumbre que les acecha cuando otean el horizonte: el desempleo. Es “el miedo a tener que irme fuera de Andalucía para poder encontrar trabajo de lo que quiero”, como lo describe Lara y resuena en el resto de sus compañeros porque todos se lo han planteado.

Lo ven algo natural – “en el entorno en el que me muevo está muy asumido tener que salir de la comunidad una vez termines la carrera”, dice Martín – y lo es, habida cuenta de que han crecido viendo cómo cientos de andaluces emigran en busca de oportunidades. Porque su tierra está lastrada en las estadísticas por las elevadas tasas de desempleo (cerca de un 40% entre los 16 y los 24 años).

Derechos “en la cuerda floja”

Cifras alarmantes a ojos de estos chavales, en tanto que sitúan a la región andaluza por debajo de la media nacional, como recuerda Álvaro. “Y más difícil va a ser encontrar empleo en un contexto de inflación en el que presumiblemente va a venir una recesión económica”, argumenta al tiempo que evidencia por qué estudia Análisis Económico. Pero este sevillano no se limita a señalar problemas, sino que aporta soluciones: “por ejemplo, en Bélgica tienen un régimen especial para el empleo de los jóvenes y eso aquí no se ve por ningún lado”.

Con todo, en el corto plazo son otras las preocupaciones que palpitan entre estos jóvenes universitarios. “A pesar de que me preocupe el empleo juvenil, creo que en estas elecciones es muy importante priorizar las políticas sociales que están en juego”, es lo que estima Martín a tenor del ejemplo de Castilla y León. “Están llevando a cabo medidas que ponen al límite esas políticas de igualdad que estaban ya tan integradas en la sociedad y ahora parece que están en la cuerda floja”, alerta el gaditano.

Tanto es así que, a pesar de que Lara confiese que simpatiza con el partido que ha presidido la Junta de Andalucía los últimos 4 años, reconoce también que “imaginar una coalición PP-Vox me hace temblar”. Se refiere a los aspectos sociales. Los que han hecho a Carmen decantarse por una coalición “que ha prometido proteger y mejorar esos servicios que nos enorgullecen, como son la sanidad y la educación públicas”, según esta universitaria.

Unidos por el sentimiento andaluz

Al margen de las ideologías, Lara observa que esta preocupación unánime por “el trabajo y las políticas sociales” es el adhesivo que une, “hoy en día y de cara al futuro”, a todos los andaluces. El otro factor común lo encuentra Martín en el sentimiento andaluz. “Cada vez nos empoderamos más respecto a la idiosincrasia andaluza, los acentos”, señala. Se respira, en definitiva, un aroma intenso a “orgullo andaluz”.

Y así, compartiendo inquietudes, intercambiando argumentos, debatiendo discrepancias desde el respeto y la escucha activa, culmina el encuentro celebrado en la redacción andaluza de elDiario.es Andalucía. Los protagonistas de este particular “debate electoral” son conscientes de que la radiografía de inquietudes y sentimientos que han dibujado no representa necesariamente a la totalidad de la juventud. “Como universitario, no tengo ni idea de lo que siente una persona que estudia FP, que seguro que tiene una forma de ver la vida diferente a la mía y tiene otra forma de hacer las cosas”, puntualiza Sergio en un momento de la conversación.

A pesar del desencanto que les ha despertado retratar el perfil económico y político de su comunidad, se marchan con la vocación de mejora intacta. Dispuestos a poner en valor una tierra atravesada por el estigma, a defender el arraigo del talento andaluz dentro de su territorio, a lograr que su voto sume y su opinión cuente. Con este afán acuden a la cita electoral del 19 de junio. Para votar, al menos esta primera vez, con la esperanza de alcanzar una Andalucía “abierta, diversa y próspera”.

 

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