El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
Descontaminando el medio ambiente
Cuando se habla de contaminación nos viene a la cabeza la contaminación del aire, del agua, la presencia de plásticos, etc. pero, ¿qué ocurre con las industrias? Desde la Revolución industrial en España se han liberado al medio ambiente compuestos altamente tóxicos y persistentes, principalmente hidrocarburos aromático policíclicos (PAHs del inglés Polycyclic Aromatic Hydrocarbons). Los PAHs son una gran familia de compuestos orgánicos cuya estructura química abarca la fusión de dos o más anillos de benceno. Su origen se debe principalmente a la actividad antropogénica, destacando la actividad industrial, sin olvidar la procedencia a partir de hechos cotidianos como puede ser una barbacoa, o simplemente por el hecho de fumarte un cigarro. Otra fuente importante de PAHs se debe a los incendios forestales o en menor medida de fuentes naturales como son las erupciones volcánicas.
Una característica importante y a destacar de los PAHs es su ubicuidad, es decir, su capacidad para estar presente en todas partes, no sólo en zonas de actividad industrial. Investigaciones han demostrado su existencia en lugares preservados como Parques Naturales o incluso en la Antártida. Además, son compuestos altamente tóxicos y cancerígenos, de ahí la importancia de de ser investigados.
¿Qué proponemos para eliminarlos?
El suelo actúa como sumidero del 90% de los contaminantes orgánicos y, además, es un recurso no renovable, lo que quiere decir que es responsabilidad del ser humano cuidarlo y gestionarlo, con el fin de que siga siendo un recurso útil para generaciones futuras. Para tratar estos suelos contaminados y conseguir su recuperación, a lo largo de los años se han empleado técnicas convencionales de tratamiento que, a pesar de su eficacia, presentan ciertos inconvenientes, como un alto coste económico o problemas de riesgos ambientales.
Es por ello que nuestra línea de investigación propone métodos de recuperación biológicos o de biorrecuperación, que se muestra como una alternativa a los métodos convencionales y que resultan una herramienta respetuosa con el medio ambiente, de bajo coste y no invasiva, que utiliza bacterias, hongos y plantas para detoxificar las sustancias de riesgo para el hombre y el medio ambiente. El asombroso mundo de la Microbiología aporta un recurso esencial para la descontaminación de aguas y suelos. Un gramo de suelo contiene alrededor de 100.000.000.000 a 10.000.000 de bacterias, las cuales no son tan delicadas como el ser humano, son capaces de adaptarse rápidamente al medio donde viven, aunque éste cambie bruscamente, empleando como alimento el contaminante orgánico y retirándolo del medio.
Resultados del estudio
Cuando nos encontramos con un emplazamiento contaminado, el primer paso consiste en diseñar una estrategia de descontaminación basada en herramientas microbiológicas y/o de biología molecular. Respecto a las técnicas microbiológicas, ocho cepas bacterianas fueron aisladas de un suelo de origen industrial, las cuales presentan la capacidad de retirar concentraciones elevadas de diversos PAHs, destacando la eficacia de Stenotrophomonas maltophilia CPHE1 para degradar fenantreno, un PAH abundante en el medio ambiente, en un porcentaje del 90,5% en solución tras 30 días. Para completar los estudios de biodegradación, se han llevado a cabo estudios de biología molecular, adentrándonos dentro de las bacterias, hurgando en su genoma, con el fin de detectar los principales genes que participan en la ruta de degradación de fenantreno (dioxigenasas), para decidir qué bacterias son las más adecuadas para conseguir los mejores resultados de descontaminación.
Cabe resaltar, que son muchos los estudios que señalan la capacidad degradadora de diversas cepas bacterianas, sin demostrar lo realmente importante, es decir, no es suficiente eliminar el compuesto de los compartimentos del medio ambiente, sino es necesario comprobar la toxicidad presente en los mismos, ya que muchos compuestos pueden degradarse a compuestos intermedios incluso más tóxicos que el contaminante original. En este caso, se ha monitorizado la toxicidad empleando el bioensayo Microtox®, demostrado que la aplicación de S. maltophilia CPHE1 consigue reducir de forma significativa la toxicidad tras su inoculación en la zona contaminada.
Pues sí, gracias a la aplicación de microorganismos procedentes de suelos contaminados, hemos conseguido un tratamiento eficaz, de bajo coste y respetuoso con el medio ambiente para la descontaminación de aguas y suelos, y así puedan seguir siendo usados en el futuro.
¡Espero que con la información que he aportado valoréis aún más la importancia de la contaminación en el mundo donde vivimos!
Sobre este blog
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
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