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“Graçiâ, pero la princesa ettá en otro câttiyo”: Super Mario da el salto al andaluz

Super Mario 3 en andalûh

Néstor Cenizo

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“Graçiâ, pero la princesa ettá en otro câttiyo”. Aun escrita con esos caracteres, muchos reconocerán aquí una de las frases más célebres de los videojuegos: castillo tras castillo, Super Mario, el bigotudo fontanero de Nintendo diseñado por Shigeru Miyamoto, se quedaba con las ganas de encontrar a la princesa Peach. Tan popular se hizo la frase, acuñada en el original de 1985, que los desarrolladores de Nintendo decidieron que la propia princesa troleara al pobre héroe al final del Super Mario 3: “Ettoy de guaça. Haha. No ni na. Bemo”.

Casi 35 años después su lanzamiento, Super Mario Bros 3 se asoma ahora a las videoconsolas en andaluz, gracias a la traducción que acaba de lanzar Andalugeeks, un colectivo que fomenta la revitalización y la promoción lingüística del andaluz a través de la informática y la tecnología. Super Mario 3 transcribe todos los textos del videojuego desde el menú de inicio (1 hugaóh, 2 hugaorê). Ya lo hicieron con Wordle, Minecraft o Rayman, colaborando (como ahora) con TRT Spain, un equipo granadino con experiencia en traducir videojuegos a otras lenguas desaparecidas o minorizadas. En este caso, se trata de difundir la ortografía EPA, el Êttandâ pal andalûh (EPA).

El parche, descargable gratuitamente desde la web del colectivo, se lanzó el pasado 28 de febrero, coincidiendo con el Día de Andalucía. En el vídeo promocional, Mario recorre la comunidad de punta a punta, pasando de la “levantera” del Cabo de Gata a las marismas del Guadalquivir, la baçe de Morón o la Mêquitta de Bowser. “Buerbe a hugâh como en 1990”, dice el Super Mario 3 n’andalûh.

Plugin para Office, Wikipedia en andalûh y un transcriptor

“El videojuego es la excusa para la promoción lingüística”, resume Félix Ontañón, integrante de Andalugeeks. El colectivo, integrado por media decena de desarrolladores informáticos y aportaciones puntuales de una veintena, parte de una premisa: la tecnología y la red ofrecen las herramientas idóneas para promocionar una lengua. “Los procesos lingüísticos los hacen las personas. Gracias a que la gente está altamente alfabetizada, hacer la promoción del sistema a través de estas herramientas cataliza el proceso”, explica Ontañón.

Más allá de los videojuegos, que generan atención y difunden su trabajo, el objetivo es que quien quiera escribir en andaluz cuente con las mismas herramientas que hay para cualquier otra lengua. Andalugeeks ha desarrollado un transcriptor (disponible en su web) que devuelve en EPA cualquier texto y un teclado virtual para móviles con más de 200.000 palabras, capaz de autocompletar y autocorregir. Han desarrollado un plugin ofimático para Microsoft Office y Google Drive que devuelve en EPA cualquier texto largo y otro que permite navegar por cualquier página en andaluh. Para la Wikipedia tienen un “truco”: Wiki.andaluh.es es una “página espejo” donde se puede consultar cualquier entrada.

Gestionan también Aprende Andaluh, un canal con más de 750 suscriptores de Telegram para aprender las reglas del andaluz escrito. Porque la EPA es, antes que nada, un conjunto de reglas escritas para estandarizar la escritura del andaluz.  

La EPA, o el Êttandâ pal andalûh

La EPA, una propuesta ortográfica exhaustiva para estandarizar el andaluz escrito, fue formulada hace ahora cinco años por lingüistas, traductoras y aficionados de la lengua andaluza. En su nacimiento tuvo bastante que ver el revuelo que generó en algunos ambientes académicos Er Prinçipito Andalûh, la traducción de la novela de Saint-Exupéry por parte de Huan Porras. La EPA surge a partir de esa obra y se cimienta en los trabajos que la ZEA (Zoziedá pal Ehtudio'el Andalú) llevaba haciendo más de veinte años.

Ontañón cree que la aceptación es cada vez mayor, lo que demostraría el interés de la población. El transcriptor tiene unos 40.000 usuarios anuales, el plugin de Google Drive más de 2.500, el Wordle unos 16.000 y el teclado, más de 1.000. “Antes era más fácil ningunear o arremeter contra el andaluz desde posiciones más prescriptivistas, pero hace tiempo que no leemos críticas”. Al cabo, el andaluz escrito presenta una ventaja: sí se escribe como se habla. Aquí no hay haches mudas o intercaladas, ches o uves, y se reduce el número de grafemas y fonemas.

Los argumentos de quienes se oponen suelen resumirse en tres. En primer lugar, la falta de homogeneidad, porque de Huelva a Almería el andaluz se expresa de múltiples maneras. “Eso no es óbice para hacer una propuesta de escritura. Hay 500 millones de hispanohablantes en todo el mundo y tampoco es igual el castellano de México que el de Valladolid”, replica Ontañón, que admite que hay alguna regla que homogeniza, como cualquier lengua. Por ejemplo: el seseo, ceceo o jejeo, que todo puede ser según la zona de Andalucía. La propuesta invita a usar la ç y que cada cual la lea con su propio registro: servsita, cervecita o hervehita. De paso, se recupera una grafía presente en todas las lenguas romance.

Los críticos también apuntan a la falta de utilidad: “Pero tener una propuesta estándar en andaluz sirve para presentar la copla, flamenco, carnaval y manifestaciones artísticas genuinamente andaluzas”. Un ejemplo: La Bien Pagada en castellano es trisílaba y llana, de modo que no encaja ni la métrica ni la rima. Sí encaja en andaluz: la Bien Pagá. Por último, está la cuestión de la supuesta amenaza al castellano. “No entendemos el problema de que quien quiera aprenda una cosa más. No está amenazada una lengua con 500 millones de hablantes”.

Califato ¾ y un cartel de Semana Santa en andaluz

Es inevitable relacionar el estándar con el surgimiento de un nuevo andalucismo cultural que se manifiesta en aportaciones artísticas diversas. De hecho, el EPA ha aparecido en estos cinco años obras cinematográficas, letras de canciones (Califato ¾ o FRAC), una chirigota en el concurso oficial del Carnaval de Cádiz y el cartel de la Semana Santa gaditana, obra de Daniel Franca. Bajo la representación del Cristo de la Buena Muerte, la referencia del sevillano Pintarraheo a la letra de Todo es de color escrita en andalûh: çeñô de lô êppaciô infinitô.

En el contexto de este movimiento asoman también los siglos de desprecio sobre el andaluz, confinado en la representación popular a los rincones de la baja estofa, los chistes, el servicio doméstico o el flamenco, porque ¿quién va a cantar flamenco con acento de Burgos? “Son indicadores de minorización lingüística”, advierte Ontañón, que advierte cómo en todas las lenguas se asienta un “estándar de prestigio” mientras las demás variantes tienden sufren un proceso de “minorización”: “Si yo mañana doy una conferencia de física nuclear, y quiero hacerla como represento fonéticamente mi lengua, vas a encontrar risitas. Sólo hay quejas cuando se saca al andaluz del ámbito al que se circunscribe, como ocurrió con La Peste”.

La propuesta de estandarizar el andaluz es un intento de sacarlo de esos confines, pero no es el primero. Existe una obra que recopila textos de autores que han usado el andaluz. Entre otros, el Premio Nobel Juan Ramón Jiménez o los hermanos Álvarez Quintero.

Por su parte, la ZEA lleva muchos años recogiendo cuestiones de gramática, vocabulario y ortografía. La EPA se circunscribe a la ortografía. “Había que empezar por algún lado”, resume Ontañón. El siguiente proyecto es el más ambicioso hasta ahora: un asistente de voz virtual. “Creemos que una voz sintética en andaluz es posible”. 

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