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Cuando Eiffel pasó por Huelva...en ferrocarril

El muelle, visto desde uno de sus laterales, con su estructura adentrándose en el río.

Fermín Cabanillas / Fermín Cabanillas

Huelva —

En la Avenida de Méjico de Huelva capital, justo donde esa Avenida pasa a llamarse Avenida del Decano –por el Recreativo de Huelva-, aparece a los ojos del visitante una impresionante estructura de madera y hierro, más lo primero que lo segundo, al que los onubenses han bautizado con el nombre de “Muelle del Tinto” y que se ha convertido en uno de los reclamos turísticos de la ciudad, muy lejos de su origen como cargadero de mineral en el siglo XIX.

No es casualidad que el muelle, de casi 1,2 kilómetros de longitud, recuerde a una Torre Eiffel tumbada. Fue diseñado por Sir George Barclay Bruce y Thomas Gibson siguiendo las premisas de la escuela de Gustave Eiffel. De hecho, en Huelva se le conoce también como el Muelle de Eiffel. Entre los años 1874 y 1876 el muelle se fue levantando, consiguiendo una espectacular estructura de 1.165 metros, de los cuales unos 500 se adentran sobre el río Odiel.

El muelle se concibió como un gran paso horizontal con dos plataformas. Por la plataforma superior circulaban los trenes de minerales y por la inferior, los de mercancías. Todo ello con el objetivo de acercar la mercancía lo más posible a los buques y viceversa, y posteriormente permitir su descarga en tren con la mayor fluidez posible.

El muelle se mantuvo en activo hasta 1975. En ese año, los buques comenzaron a utilizar una nueva instalación en puerto de Huelva, y dejó de ser útil tras haberse embarcado desde él más de 150 millones de toneladas de mineral en toda su historia. Después fue partido por la mitad poco después para que una carretera pudiese acceder sin problemas a zonas como el Polo Químico, sesgando más de un siglo de historia, lo que se intentó enmendar en 2003, al declararlo Bien de Interés Cultural.

Antes de eso, el muelle fue abandonado completamente y su deterioro era evidente, hasta que hace una década fue rehabilitado y abierto como lugar de paseo o pesca. Lo que queda del muelle se puede visitar, excepto el corte de más de 50 metros de longitud, cuyo destino nunca se supo. Curiosamente, igual que se destrozó el muelle, en su día también se derrumbó la antigua estación de ferrocarril de Huelva, dos iconos del transporte ferroviario maltratados casi a la par.

Como parte del cúmulo de despropósitos que ha sufrido el muelle, en 1980 se celebró un concurso de ideas para su reutilización que nunca fue llevado a la práctica sobre todo porque existían instalaciones mucho mayores y más modernas. En 1990 se proyectó una primera rehabilitación, pero no fue hasta 16 años después cuando el Ayuntamiento de la ciudad y el Ministerio de Fomento acometieron una rehabilitación que no parece que se vaya a completar, ya que implicaría reconstruir la zona destruida y cerrar el tráfico en la zona, algo a lo que el Ayuntamiento no parece estar dispuesto.

El muelle en el cine

El muelle ha quedado como un lugar desde el que, por ejemplo, observar espectaculares atardeceres o practicar la pesca, pero también ha sido protagonista en la gran pantalla, ya que fue usado para el rodaje de una escena de la película de Antonio Cuadri ‘El corazón de la tierra’. En la escena, la Guardia Civil arroja al agua los cadáveres de los fallecidos en una carga contra manifestantes en Minas de Riotinto. La manifestación fue real, aunque no así el hecho de que los cadáveres fuesen arrojados al agua desde el muelle. Ésta fue una fantasía cinematográfica del guionista.

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