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Más luz sobre el acueducto de Itálica

Entrada a la galería descubierta esta semana en Gerena (Sevilla).

Fermín Cabanillas / Fermín Cabanillas

Gerena (Sevilla) —

En muchas ocasiones, demasiadas, la historia se oculta bajo nuestros pies, y, también sin saberlo, tenemos recursos turísticos que llevan siglos escondidos y salen a la luz casi por pura casualidad. Es lo que ha ocurrido ahora, cuando un niño de 7 años de edad vecino de la localidad sevillana de Gerena ha descubierto, casualmente, una galería romana abandonada que formaba parte, según los primeros estudios, del acueducto que comunicaba lo que hoy es Paterna del Campo (Huelva) con la antigua ciudad de Itálica, en Sevilla.

Su tío, Jesús Núñez, ha señalado que se encontraba con él paseando por la zona sevillana del Guadiamar, cuando, de pronto, el niño le avisó de que había encontrado algo que parecía una cueva. La entrada del acueducto estaba cubierta por unos ramajes que la han mantenido oculta. Las ruinas se encuentran en buen estado de conservación a pesar de los años que han pasado desde su construcción.

Desde que hace unos días se hizo público el descubrimiento, son muchas las personas que se han interesado por visitarlo, e incluso por ayudar a restaurar su valor. En realidad, la existencia del acueducto no era un secreto. Hay libros enteros publicados sobre él y muchas personas atestiguaban conocer algunas de sus galerías. Ahora se ha conocido una galería que, a pesar del tiempo transcurrido, se encuentra en un más que aceptable estado de conservación.

A falta de estudios en profundidad, todo parece indicar que se trata de parte de uno de los dos ramales que llevaban el agua a la ciudad de Itálica desde dos puntos distintos. Un primero tomaba el agua de manantiales del río Guadiamar, Desde el siglo II D.C., con la ampliación de la ciudad, se llevó a cabo una nueva canalización desde las Fuentes de Tejada, en el término municipal de la actual Paterna del Campo. 

Para entender la importancia de este acueducto y del hallazo arqueológico que supone esta galería, hay que retrotarse a la propia historia de Itálica. La ciudad romana se dividía en dos zonas: la Vetus Urbs (ciudad vieja) y la Nova Urbs (ciudad nueva).

De la primera se sabe muy poco. Se encuentra bajo el casco urbano de la actual Santiponce. La segunda es la parte del conjunto arqueológico que se puede visitar. Entre las cosas que han quedado claras de aquella época, en lo que a los romanos se refiere, es que eran unos genios de la arquitectura. La ciudad estuvo dotada de abastecimiento de agua

y una red de cloacas con agua que llegaba a las casas y edificios a través de tuberías de plomo. Y a la ciudad llegaba mediante un acueducto.

La ampliación del acueducto

Según fue creciendo la ciudad, fue también aumentando la necesidad de agua, con lo que se amplió el primitivo acueducto. Se le añadió un ramal de unos 20 kilómetros que captaba el agua de Fuentes de Tejada, en Paterna del Campo, sobre todo, y también en parte en Escacena del Campo. Garantizaba que llegasen a Itálica 13.000 metros cúbicos al día. Tal era la capacidad de imaginación de los romanos que, ya en la ciudad, se desviaba agua a una cisterna que garantizaba una capacidad de almacenamiento de 900.000 litros.

Todos estos pormenores se fueron conociendo sobre todo a raíz de una serie de excavaciones arqueológicas que comenzaron en el siglo XVIII, y que poco a poco han ido sacando a la luz toda la información posible sobre Itálica y su acueducto.

Pero no solo en Santiponce y sus alrededores se pueden ver los vestigios de Itálica, ya que los ramales del acueducto y sus galerías son todo un atractivo y un testigo de más de 20 siglos del paso del tiempo ante ellas. Incluso, en el barrio de “Colina Verde”, de nueva construcción en Paterna del Campo, se conserva un tramo de lo que fue la conducción

de agua del acueducto original.

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