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El Polo Químico echa el freno al aumento de desempleo de los últimos años

Proceso de electrólisis en una planta del Polo Químico de Huelva.

José Carlos Galván

Huelva —

El Polo Químico de Huelva ha logrado en los dos últimos años frenar el incremento del desempleo y hacerse fuerte en el contexto de la crisis ante otros sectores. La capacidad de adaptación de las industrias en el mercado, con desahogos en el exterior, y una reducción de beneficios para las empresas, según defiende la patronal, han hecho frente a la sangría que comenzó en 2008 y se extendió con crudeza hasta 2010. Durante estos tres ejercicios, el complejo industrial onubense perdió más de 3.000 puestos de trabajo, pero 2011 y 2012 han aportado estabilidad al foco que representa el 5% del empleo en la provincia. Las contrataciones directas están ligeramente por encima de las 5.000, entre plantillas y empresas auxiliares. Y el global, con indirectas y asociadas incluidas, alcanza la cifra de 8.500, según datos de la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas (AIQBE). La cifras bajan en torno a un 40% si se excluyen las jubilaciones parciales y cuerpos de relevo. Los sindicatos matizan además que los despidos en empresas auxiliares son difíciles de cuantificar, aunque aplauden la estabilidad actual.

En ningún caso se puede hablar de descenso de paro, pero sí de cese del incremento, todo un logro al lado de otros balances. Los cierres o reducción en la actividad de varias empresas y el fin de los trabajos de la ampliación de la Refinería La Rábida de Cepsa, que llegó a emplear a un millar de personas, son factores que han desaparecido casi por completo en el último bienio. “Los ejercicios 2009 y 2010 fueron de los peores que se recuerdan en la industria de Huelva en lo que a incidencia sobre la reducción de empleo se refiere”, destaca el gerente de AIQBE, Juan Manuel Díaz del Valle, que apostilla que “en 2011 se frenó y ahora estamos en el camino de la estabilidad”.

La industria ha demostrado a la larga más entereza que el resto de sectores productivos de Huelva, aunque en un primer momento sufrió como cualquier otro los efectos devastadores de la crisis económica. Nilefós, Foret, Ercros, Tioxide… son nombres asociados a la depresión de la industria onubense, bien con cierres, bien con regulaciones de empleo. La fuerte caída del mercado interno provocó que la demanda de los productos se viniese abajo, con trascendencia para el empleo. “Hay que tener en cuenta que el sector químico se adelantó en varios años a la crisis con la firma de un convenio en 2008 que previó esta situación. Ahora es difícil caer por debajo de un umbral que descendió mucho hasta 2010”, sostiene José Dolores González, secretario general de la Federación de Industria, Textil-piel, Químicas y Afines de Comisiones Obreras (CCOO).

Díaz del Valle da todo el mérito del fin de la recesión del paro a las propias empresas “por realizar un esfuerzo por adaptarse a las nuevas condiciones del mercado”. El dirigente de la AIQBE se refiere fundamentalmente a la salida al exterior para buscar nuevos clientes. “Se han obtenido logros muy importantes que han permitido la supervivencia de las plantas”, asegura.

El último informe de sostenibilidad publicado por la AIQBE, con datos hasta 2011, explica que el crecimiento notable de la producción no se ha correspondido con un incremento de puestos de trabajo porque el aumento de la actividad se ha debido, sobre todo, a la ampliación de la planta de refino, con instalaciones automatizadas, intensivas en capital y con pocas necesidades de personal. El resto de actividades y productos ha tenido crecimientos modestos, e incluso ha disminuido el volumen de producción en algunos casos.

De hecho, las empresas de AIQBE bajaron sus precios en 2010 para ser más competitivas, a pesar de que la alternativa en el exterior genera más gastos en transportes. Así, los beneficios son limitados. “Los márgenes son tal vez los más reducidos que se recuerdan en el sector”, apunta su gerente.

En este contexto, tienen éxito las empresas que tienen mayor capacidad de adaptación y flexibilidad en la gestión, eficiencia y reducción de costes, amén de una permanente apuesta por la innovación. Es el actual 'abc' de la industria.

El peligro, no obstante, sigue latente. La última incidencia la protagoniza la papelera Ence, que tiene en marcha un ERE que afecta a 144 empleados, 50 de ellos en Huelva. La compañía, en cualquier caso, ha anunciado que lo deja en suspenso hasta mayo para negociar un Plan de Competitividad Laboral con reducción y flexibilización de costes salariales y la reducción de los puestos de trabajo excedentes.

A juicio de José Dolores González, “la solución real pasa por una industria de transformación de la que ha adolecido Huelva siempre”. “La materia prima que crean nuestras industrias básicas se transforma en otras ciudades y aquí está el gran valor. Si existieran, porque terrenos hay para ello, el número de empleos se multiplicaría por varias cifras”, argumenta.

Crisis y medio ambiente

Junto a las buenas noticias en empleo se sitúa la anestesia del debate medioambiental en los últimos meses. Después de un lustro de intensa controversia con las balsas de fosfoyesos de Fertiberia como eje central, los demandantes, los ecologistas y el movimiento Mesa de la Ría, han bajado el volumen de su crítica. La crisis económica está enchufada al altavoz y pocos se atreven a cuestionar ahora públicamente una actividad que solo en el Polo Químico supone casi el 10% del Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia. La AIQBE la componen actualmente 13 firmas y sus plantas ocupan más de 1.500 hectáreas, la mitad de ellas en suelo de la capital. El Polo Químico está considerado como uno de los grandes focos industriales de España.

Aun así, la Mesa de la Ría (compuesta por Colegio de Arquitectos y los movimientos ecologistas de Huelva) aprovechó el último Día Mundial del Agua para recordar sus reivindicaciones. “Es un buen día para seguir presionando por la recuperación de la Avenida Francisco Montenegro –parte principal del Polo Químico en la capital-, que supondría poner fin a las filtraciones diarias a nuestras aguas por parte de la industria sucia que ya no tiene cabida en una Huelva que quiere mirar al futuro”, sostiene esta asociación con representación municipal en el Ayuntamiento capitalino.

Díaz del Valle mantiene que “no hay motivos para un debate ambiental planteado en términos de cuestionamiento de la industria”. “Somos un sector –argumenta- absolutamente comprometido con el medio ambiente, además de absolutamente controlado por la Administración. Lo mismo ocurre con los temas de salud. Son debates muchas veces sin fundamento, pero con unas grandes dosis de desinformación interesada”.

CCOO ha formado a delegados en medio ambiente en los últimos años, reflejo de su especial atención a un requisito para cuidar los puestos de trabajo. “Las empresas han gastado mucho dinero en sus Autorizaciones Ambiental Integradas (AAI) porque quieren seguir aquí”, apunta José Dolores González.

El grupo de Izquierda Unida aspira a un futuro sin industrias en la Ría de Huelva, pero su posición es mucho menos radical que la de la Mesa. “Queremos que se garanticen las normativas medioambiental y laboral de una forma estricta y que todas las futuras inversiones sean de energías limpias. Nos oponemos a que el Polo siga creciendo en la condiciones actuales”, manifiesta el portavoz de IU, Pedro Jiménez.

Juan Manuel Díaz del Valle, no obstante, avisa: “Prestamos a la sociedad de Huelva una función imprescindible y esperamos seguir haciéndolo aquí por muchos años”. En esta línea, en un año de escasas inversiones, como 2012, las empresas de AIQBE se gastaron más de 250 millones de euros en mejoras y mantenimiento. El pasado año, esta patronal se rebautizó añadiendo la 'e' final a sus siglas para atraer futuras inversiones de compañías energéticas, presente siempre en la industria onubense y en alza actualmente. La tendencia se dejó notar en la primera década del siglo XXI, con la puesta en marcha de una nueva central de ciclo combinado, de Gas Natural Fenosa, la transformación de la central ya existente de Endesa, la ampliación de la capacidad de almacenamiento de gas natural (Enagas), cuatro plantas de cogeneración, las de Refinería La Rábida, Ence, Cepsa Química y Atlantic Copper, y el incremento de la actividad de Repsol Butano y Cepsa.

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