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PP y Cs negocian una crisis de Gobierno en Andalucía para ampliar el número de altos cargos en el gabinete

El Consejo de Gobierno andaluz en la Alhambra de Granada.

Daniel Cela

15 de julio de 2020 13:27 h

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PP y Ciudadanos están negociando una crisis de Gobierno exprés en Andalucía para ampliar el gabinete con un “refuerzo” de altos cargos. La idea original de la formación naranja era desdoblar dos de las consejerías con más trabajo: Turismo, Justicia y Regeneración Democrática, la macrocartera que ostenta el vicepresidente de la Junta y líder regional de Cs, Juan Marín; y la de Agricultura y Medio Ambiente, que gestiona la popular Carmen Crespo. Fuentes próximas al presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, descartan esta fórmula y aseguran que se trabaja en “un nuevo reparto de competencias dentro del Gobierno andaluz que afectará prácticamente a todos los departamentos”.

En el nuevo organigrama del Ejecutivo, hay direcciones generales que desaparecerán y otras que serán ampliadas, y hay competencias que ahora gestiona Ciudadanos que pasarán a ser gestionadas por el PP, y viceversa. Con todo, los socios discrepan públicamente y en privado sobre el alcance y el objetivo de esta remodelación, la primera en año y medio de legislatura.

La oposición de izquierdas -PSOE y Adelante Andalucía- enmarcan esta crisis de Gobierno en el intento de Marín de “reforzar su posición interna dentro de Cs”, nombrando a personas afines o sustituyendo a algunos de sus consejeros con más peso específico dentro de la formación naranja, como la titular de Igualdad, Rocío Ruiz. Ruiz cuenta con apoyos en la dirección nacional de Inés Arrimadas para relevar al propio Marín como referente del partido en Andalucía y, llegado el momento, para ser candidata a la presidencia de la Junta.

Su departamento gestiona las políticas de igualdad de género y lucha contra la violencia machista, de ahí que desde el principio Ruiz haya sido la consejera más zarandeada por Vox, partido que sustenta al Gobierno andaluz, y que ha pedido varias veces su dimisión. Ese esfuerzo por contrarrestar el discurso negacionista de Vox en materia de género le ha proporcionado a Ruiz una plataforma idónea que encaja con el nuevo rumbo que Arrimadas ha dado a Ciudadanos, en un marco de mayor entendimiento con el PSOE. Fuentes próximas a la dirección nacional de la formación naranja aseguran que “la gestión y el discurso de Ruiz en materia de igualdad tienen el aval del partido”, y advierten de que su “hipotético cese” podría ser capitalizado como un triunfo propio por Vox, que “la ha atacado reiteradamente”.

El presidente Moreno ha querido matizar que lo que está sobre la mesa es una “remodelación” de su gabinete, pero “no una crisis de Gobierno” ordinaria, dando a entender que no habrá salidas de consejeros que sean sustituidos por caras nuevas. “No es una crisis de gobierno y no es una remodelación amplia, sino fórmulas para optimizar y actualizar el gobierno y adaptarse a las nuevas circunstancias de la pandemia, que exige mucho de todas las instituciones”, ha afirmado Moreno este miércoles en Málaga.

Sin embargo, la iniciativa de la “reestructuración del Gobierno andaluz” parte de Marín, que lleva semanas hablando públicamente de ello en los medios de comunicación, e insistiendo en que el momento de acometer esos “retoques” es “ahora”. Su propuesta pasa por ampliar el gabinete con “dos nuevas consejerías”, confirman fuentes próximas al vicepresidente. Este es el escollo de la negociación en este momento, porque desde la Consejería de Presidencia descartan la ampliación de consejerías que reclama Marín. “No se van a crear nuevas consejerías, pero sí vamos a reorganizar medio Gobierno en los segundos niveles de jerarquía, fusionando o suprimiendo direcciones generales y creando otras nuevas, pasando áreas que son competencias de un consejero del PP a uno de Cs, y viceversa”, explican fuentes próximas al presidente.

Excepto la Consejería de Cultura, prácticamente todos los departamentos sufrirán alguna modificación en su organigrama para tratar de “agrupar competencias que ahora mismo son tangenciales”, compartidas por dos consejerías distintas, lo cual está generando “retrasos en la gestión” y el “colapso” de algunos trámites, aseguran estas fuentes. Por ejemplo, la gestión de los fondos europeos, un asunto que se reparten las consejerías de Economía, Hacienda y Empleo. O el diseño de la Formación Profesional y la formación ocupacional, que una parte recae en Educación y otra en Empleo. Fuentes del Gobierno andaluz también hablan de “exceso de carga de trabajo” en las consejerías de Igualdad y de Educación (ambas gestionadas por la formación naranja) que en las delegaciones territoriales están fusionadas en un solo macrodepartamento. Moreno ha confirmado a los seis consejeros del PP que seguirán en sus puestos, Marín no ha hablado con todos los suyos.

El portavoz de Vox en el Parlamento, Alejandro Hernández, ha advertido de que se opondrá a cualquier retoque en el Consejo de Gobierno con la intención de “colocar” altos cargos, pero su formación no puede condicionar los cambios en la estructura del Ejecutivo. Fuentes del PP andaluz avanzan que la nueva estructura se aprobará “en los próximos días”, para que esté “a pleno rendimiento a partir de septiembre”.

11 consejerías

El gabinete de Moreno Bonilla es el primer Gobierno de coalición de centro de derechas en Andalucía. Tiene 11 consejerías, seis carteras para el PP (incluida la presidencia) y cinco para Ciudadanos (incluida la vicepresidencia). Es el Ejecutivo con menos departamentos de la historia autonómica andaluza, un lema que explotaron los socios en el arranque de la legislatura como ejemplo de “austeridad” frente al “derroche” de los anteriores gobiernos del PSOE. A las pocas semanas, varias consejerías dieron muestras de estar sobrepasadas por el “exceso de trabajo”. Moreno admitió que se había “precipitado”, empezó a rectificar la estructura inicial de su Gobierno y desmontó el ambicioso “plan de ahorro” en puestos directivos, ampliando con 16 nuevas contrataciones el número de altos cargos en las delegaciones territoriales (se amplió la plantilla de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente en las ocho provincias).

Ahora, al año y medio de legislatura, PP y Ciudadanos ultiman una nueva remodelación del gabinete que vinculan con un “refuerzo necesario de personal” para afrontar la situación sobrevenida con la pandemia de Covid-19, y a solventar problemas de “coordinación y solapamiento” que se han ido encontrando. Marín quiere crear dos nuevas consejerías para descargar de trabajo su propio departamento y el de Crespo, pero Moreno (a quien corresponde en exclusiva esta potestad) baraja ampliar los segundos niveles de dirección de estas dos consejerías, es decir, contando con más viceconsejeros y secretarios generales, pero no con nuevos consejeros. Esta fórmula frustra la posibilidad de que el vicepresidente refuerce su equipo de fieles dentro del partido naranja con nombramientos de peso en el Gobierno andaluz, un escenario interno que desde Presidencia descartan de antemano. “No es una remodelación en clave interna. El Ejecutivo es uno, está coordinado, y no hay diferencias entre las áreas que gestiona el PP y las que dirige Cs”, explican estas fuentes.

Con la contratación de los 16 cargos eventuales el pasado febrero, la cifra de directivos nombrados a dedo en la Junta asciende a 232. Según la Consejería de Presidencia, siguen siendo 35 menos de los que tenía el Gobierno socialista (267), pero según el PSOE, son siete directivos más de los que había cuando ellos abandonaron el Palacio de San Telmo (sede de la Junta). El plan de ahorro del Gobierno de Moreno empezó en febrero de 2019 y culminó en abril con la reducción de 85 altos cargos, nombrados a dedo, heredados del gabinete de Susana Díaz en distintas consejerías. En la Administración periférica, en las ocho provincias, se pasó de 65 puestos directivos a 57: ocho menos, un 12,3% de ahorro en plantilla. En total, siempre según Presidencia, quedó un 19,1% menos de directivos, que supuso un ahorro anual de dos millones de euros, ocho millones a lo largo de la legislatura, según cálculos que aportó entonces el consejero de Presidencia, Elías Bendodo

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