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Toni Valero: “Moreno Bonilla se está beneficiando indirectamente de las políticas del Gobierno central”

El coordinador general de IU Andalucía, Toni Valero

Javier Domínguez Reguero

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Mientras que para otras formaciones políticas los procesos internos suponen un quebradero de cabeza, Toni Valero (Madrid, 1981) ha revalidado recientemente su cargo al frente de Izquierda Unida con el 86% de los votos. En su agenda están “los problemas de la gente” ante una “decepcionante” gestión de la pandemia del Gobierno andaluz de Juan Manuel Moreno Bonilla. En el contexto preelectoral vigente, Unidas Podemos por Andalucía (UPporA) todavía no ha desvelado su candidatura a la Junta.

¿Qué evaluación hace del curso político?

Ha estado marcado por la pandemia y por una sensación de vulnerabilidad que nos ha alcanzado a todas y a todos en cuanto a la incertidumbre por la situación sanitaria, económica y social. Esto nos ha hecho valorar la importancia que tiene la comunidad. A la vez, ha sido fundamental el papel del Estado con los servicios públicos para proteger a la ciudadanía. ¡Qué importante para que una sociedad sea democrática y avance, que haya una sociedad bien vertebrada, con un tejido social fuerte que sabe tenderse la mano cuando es necesario!

¿Cuál es la lectura que hace de la gestión de la pandemia del Gobierno andaluz?

Es profundamente decepcionante. El Gobierno andaluz no ha estado a la altura por dos razones fundamentales. La primera, porque no ha reforzado los servicios públicos, muy especialmente el sistema sanitario donde la atención primaria ha estado saturada desde el inicio de la pandemia y lo continúa estando. Tampoco en el ámbito educativo donde mantenido ratio descomunales y sigue cerrando líneas públicas. Y no ha lanzado las ayudas necesarias para las pequeñas y medianas empresas porque lo que ha llegado ha venido del Gobierno central. La segunda, la falta de iniciativa política del Gobierno andaluz. Han ido siempre pasos por detrás, haciendo de la pandemia un motivo de confrontación con el Gobierno central y eso no es responsable. Esa es la lógica de [Isabel Díaz] Ayuso, que me parece que no contribuye ni a mejorar la vida de la gente ni a crear un clima propicio para encontrar soluciones.

Sin embargo, esa lectura “decepcionante” no se refleja en las encuestas, que sí perjudican precisamente al Gobierno central

Es cierto que hay algo de lo que se beneficia el Gobierno andaluz y es que el Gobierno central, fundamentalmente Yolanda Díaz, ha aplicado una serie de políticas, como los ERTES, que nos ha permitido recuperar los niveles de desempleo de antes de la pandemia. Y de esas buenas medidas del Gobierno central indirectamente se está beneficiando el señor Moreno Bonilla. Pero la gente necesita respuestas que desde el Gobierno andaluz no se están dando. Por lo tanto, hay una disociación entre la falta de atención a los problemas de la gente y las ingentes cantidades de dinero que se están destinando desde la Junta Andalucía a la propaganda y al autobombo. Y eso, evidentemente, construye al final una imagen, a mi juicio distorsionada, sobre lo que es el señor Moreno Bonilla o su Gobierno.

El Gobierno andaluz ha jugado mucho con el adelanto electoral para desviar la atención, para poner una cortina de humo sobre su pésima gestión

Acaba de ser reelegido como coordinador de Izquierda Unida Andalucía con el 86% de los votos. Mientras que en otras informaciones los procesos internos suponen un quebradero de cabeza, ustedes parecen más unidos que nunca

Ha sido un proceso asambleario muy difícil porque lo hemos hecho en un contexto de pandemia, pero ha sido muy provechoso por dos razones. La primera por que la gente se ha encontrado y ha salido reconfortada. Y en segundo lugar, porque ha habido un ejercicio de responsabilidad y madurez muy importante. Somos conscientes de los problemas de precariedad laboral, de incertidumbre ante la pandemia, de la situación sanitaria por los que atraviesa Andalucía y eso ha hecho que las diferencias que tenemos, y que son naturales, no hayan impedido poner el foco en los consensos. Era necesaria una salida firme, fuerte y sólida de Izquierda Unida en Andalucía ante el ciclo electoral que tendremos que afrontar en nuestra comunidad.

¿Cuándo se va a decidir la candidatura por Unidas Podemos por Andalucía a la Junta ?

El Gobierno andaluz ha jugado mucho con el adelanto electoral para desviar la atención, para poner una cortina de humo sobre su pésima gestión. Nosotras y nosotros hemos sido cautos e inteligentes cuando hemos planteado que lo primero es centrarnos en los problemas de la gente, aportar soluciones y fiscalizar una gestión del Gobierno andaluz absolutamente deficiente. A partir de ahí, estamos preparados para cualquier eventualidad. Cuando haya un adelanto electoral en firme, UPporA elegirá sus candidaturas.

Le he leído decir que hay “oferta electoral excepcional” dentro de Unidas Podemos por Andalucía. ¿Tiene un perfil marcado? ¿Puede ser una mujer?

Tenemos todas las opciones abiertas porque no hemos entrado en el debate todavía. No hemos establecido cuáles son los criterios precisos que se ajusten a una persona u otra en concreto. Lo que es cierto es que UPporA tiene perfiles reconocidos, íntegros, mujeres y hombres, que son cuadros políticos que pueden desempeñar cualquier tarea que se les encomiende. Entonces yo ahí estoy tranquilo, porque aquí mucho, mucha cancha.

Atendiendo al mayor arraigo de IU frente a Podemos en Andalucía, ¿saldrá la candidatura de su formación?

El candidato o la candidata a la Junta va a ser una persona que va a generar la sensación de pertenencia y de simpatía sea de Izquierda Unida o de Podemos. Lo que sí es cierto es que podemos presentar un candidato o una candidata que hasta el último militante de Unidos Podemos por Andalucía, esté afiliado a Izquierda Unida o a Podemos, lo sienta como propio y esté más que orgulloso.

El último Barómetro de Opinión Pública de Andalucía sólo un 0,2% de los encuestados prefiere a Martina Velarde como presidenta a la Junta, ¿hay un problema de liderazgo en Podemos Andalucía?

UPporA no tiene designada una candidatura todavía y es normal que se vea penalizado en las encuestas, que, por cierto, algunas están muy muy trabajadas en beneficio del Partido Popular. Así que yo cogería con pinzas esto. Creo que tiene mucho que ver con que UPporA no está en clave electoralista.

Ya utilizan el nombre Unidas Podemos por Andalucía. ¿Han desistido en recuperar la marca Adelante Andalucía?

No. No hemos desistido, pero no queremos que eso sea lo que ocupe el foco de la gente. Centenares de grupos municipales, de militantes de Izquierda Unida y de Podemos, de concejales e incluso alcaldes y alcaldesas siguen con la denominación de Adelante [Andalucía]. Creemos que si se intentase utilizar por otras personas que no fuesen Izquierda Unida o Podemos sería éticamente insostenible y jurídicamente también.

Sin embargo, dejaron pasar el plazo legal para tomar el control de Adelante Andalucía. ¿Lo dejan todo a la decisión de la Junta Electoral? ¿Quieren usar el nombre o intentar que Teresa Rodríguez no lo use?

Nuestros servicios jurídicos están con distintas estrategias encima de la mesa que van a desarrollar cuando sea oportuno. Yo no entro en cuál es la mejor o la peor porque no es mi campo. Creemos que no es honesto que esa marca pueda ser usada fuera de lo que Izquierda Unida y Podemos determinaron porque son los que la crearon, los que la fundaron y los que le dieron vida. A partir de ahí, creo que como marca electoral está profundamente deteriorada, dañada, y por lo tanto que no aporta un plus, así que no está en nuestro escenario futuro recurrir a la misma.

Pasemos al PSOE. ¿Qué le parece que Juan Espadas tienda puentes con el PP en lo que ha denominado “oposición constructiva”?

Me parece que supone un giro notable porque es necesario que el señor Moreno Bonilla tenga una oposición contundente debido a la situación en Andalucía. Desde UPporA lo entendemos y la seguimos dando. También entiendo que el señor Espadas quiera jugar con la imagen de tener una interlocución con el Gobierno andaluz y con el PP para poder acordar cosas. Pero tenemos que ser muy precavidos. Nos equivocaríamos desde la oposición si sirve al PP y a Moreno Bonilla para apuntalar una imagen de moderación y de diálogo que no se corresponde con la realidad. Hay una imagen falsa del señor Moreno Bonilla como una persona de consenso, de diálogo y de moderación. Y no es así. Está estrechamente vinculado, en contubernio, con la ultraderecha en Andalucía, con Vox. Lleva a rajatabla un programa neoliberal de corte ortodoxo, cuando ya ni siquiera la derecha europea lo asume, y por lo tanto eso hay que evidenciarlo. Hay que tener cuidado en no dar un mensaje contrario en la práctica parlamentaria.

¿Tiene esperanzas de que el perfil “pactista” de Espadas facilite un hipotético gobierno de izquierdas en el Parlamento andaluz?

Las esperanzas las deposito en UPporA. Tiene el arraigo, la experiencia, la vocación y la propuesta para ilusionar y construir esperanzas en el pueblo andaluz, que necesita, quiere un cambio y que no tiene por qué resignarse a ello. A partir de ahí, el partido socialista y el señor Espadas tendrán que jugar su papel en ese cambio que han dicho que van a dar en Andalucía.

Esta esperanza puede que no se traduzca en votos. ¿Hay espacio político en Andalucía para las tres formaciones [UPporA, Adelante Andalucía y Más País] a la izquierda del PSOE?

Creo que de estas tres fuerzas políticas sólo UPporA es la que tiene el arraigo y el tirón para sacar diputados en las distintas circunscripciones y sacar un buen resultado. Eso no significa que, por la ley electoral en Andalucía, haya papeletas que aún no teniendo capacidad de poder sacar diputados, sí puedan afectar negativamente al resto, en este caso a UPporA. Sería un cierto drama, la verdad, y no creo que lo quisiese ningún elector de izquierdas en Andalucía vaya a votar a quien vaya a votar.

Habla del elector de izquierda. ¿Cree que se ha sentido defraudado o huérfano por la fragmentación de Adelante Andalucía?

Cuanto menos se ha sentido confundido porque había un proyecto para transformar Andalucía y España. Lamentablemente la salida de Anticapitalistas, legítima, genera un escenario de crispación y de crisis que confundió al electorado. Espero que sea algo pretérito y que no tenga su influencia en el futuro. Pero no podemos negar que ha ocurrido.

Hay una imagen falsa del señor Moreno Bonilla como una persona de consenso, de diálogo y de moderación. Y no es así. Está estrechamente vinculado a Vox

Si se dieran los votos, ¿replicaría la coalición del Gobierno de España en Andalucía?

Hay que atender a varios factores. El primero es evidente: que los votos, den. Además la coyuntura política marcada por un bloque conservador aliado con la ultraderecha invita a que se busquen puntos de acuerdo. Y después hay otras dos cosas que son fundamentales. Tiene que haber un acuerdo programático valiente que avance posiciones y que esté a la altura del momento en el que estamos. El partido socialista tiene pulsiones neoliberales y es a veces timorato cuando se tiene que enfrentar a los grandes poderes. Puede que eso lo frustre. También tiene que darse otra condición, que es sine qua non: tiene que decidirlo la militancia de Izquierda Unida, de Alianza Verde y de Podemos en Andalucía. Es la que tiene la última palabra para cualquier paso en ese sentido.

Su compañera de Podemos en Andalucía Martina Velarde expresa la utilidad de ser parte del Gobierno. ¿Es necesario asumir el desgaste de estar en un gobierno en minoría?

Entrar en el Gobierno genera contradicciones y genera desgaste. Eso es indudable, pero hay que anteponer los intereses de la gente. Si se está mejorando la vida de la gente, la decisión es buena. Eso es lo importante. Me parece que hemos aprendido que estar en el gobierno no es estar en el poder. Por lo tanto, eso también marca un límite del que hay que ser conscientes para no caer en la frustración. Además hay que tener en cuenta que habría sido impensable el escudo social que se ha levantado durante la pandemia, y que ha permitido, entre otras cosas, que recuperemos los niveles de desempleo de antes de la pandemia. Sin la presencia de UP en este Gobierno habría sido impensable que se hubiesen avanzado leyes como la ley Trans, que ha tenido la oposición incluso de parte del partido socialista, o la subida del salario mínimo y otras medidas.

Si gobernase con Juan Espadas, ¿se tragaría un sapo como la Ley de Impulso a la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (LISTA) que el PSOE apoya y que usted considera una vuelta al “pelotazo urbanístico”?

En un gobierno de coalición hay dos guías que son las que deben enmarcar la acción de gobierno: lo pactado y el consenso. En lo pactado no hay discusión. Y lo que no está pactado tiene que discurrir por el consenso o de lo contrario te enfrentas a la aritmética parlamentaria. Eso lo está aprendiendo muy bien el partido socialista y es una enseñanza que también recogeríamos en Andalucía.

Debido a la implantación de Izquierda Unida en Andalucía, ¿cree que son los ayuntamientos los que tienen que gestionar los fondos europeos para la reactivación económica y social?

Creo que el municipalismo tiene que jugar un papel a la altura de lo que es. Los ayuntamientos son tan estado como las comunidades autónomas. Además, están en el día a día de los problemas de la gente y pueden desarrollar estrategias de desarrollo endógeno fundamentales para tener un modelo productivo, sostenible, social y medioambientalmente con visos de futuro. Me parece clave que los ayuntamientos jueguen un papel fundamental en la planificación de las estrategias que estén ligadas a la llegada de esos fondos europeos y que estos no estén al servicio de las estrategias de las grandes empresas multinacionales o de los fondos de inversión.

¿Cuál sería la receta para cambiar el modelo productivo de Andalucía?

Hay muchos ámbitos de actuación que son fundamentales y que están interrelacionados. Tendríamos que atajar la crisis del mundo rural y del despoblamiento. Tenemos que intervenir en el sector agroganadero porque en la comercialización se está arruinando a los pequeños y medianos productores a los que se les paga precios irrisorios por sus productos que, por el contrario, se venden especulando en los mercados internacionales y nacionales. Hay que intervenir también en el mercado agrario poniendo pie en pared a los fondos de inversión que están esquilmando la tierra con cultivos de hiperintensivo. Hay que crear un banco de tierra público para generar empleo y asentar la población en el territorio. Además, hay que intervenir con una red de transporte ferroviario que vertebre Andalucía. Esto es fundamental en términos medioambientales porque reduce la huella de carbono, une el territorio y redistribuye a la población evitando esas dinámicas de concentración y precariedad y despoblamiento.

Hay también que cambiar el sector del turismo tal y como lo entendemos actualmente. Hay que ir en una lógica de un turismo sostenible, en lo medioambiental y en lo social. Ahora mismo genera un empleo de extraordinaria precariedad y temporalidad y, además, está asociado a un turismo masificado que depreda el medio ambiente. Hay que hacer una reindustrialización verde para aprovechar la capacidad que tenemos de producir energía limpia que ahora mismo está haciendo infrautilizada y cuando se pone en marcha lo hace con campos de placas solares que generan un impacto medioambiental brutal al servicio de unos pocos. A veces se nos olvida, pero para que haya un cambio modelo productivo necesitamos, por ejemplo, que el sistema educativo esté mejor orientado y con un refuerzo con respecto a como está ahora mismo.

Habló en su discurso en la XXIII Asamblea de Izquierda Unida de “poner Andalucía en las coordenadas del país”. ¿Cómo se hace eso?

Andalucía tiene un peso político importantísimo para el avance social y económico en nuestro país que ahora mismo me parece que no está jugando. El pueblo andaluz ha jugado un papel democratizador en favor de la justicia social, de la solidaridad y de la igualdad. Lo hizo así durante la Transición y es necesario que ahora también que lo haga. Además, en la crisis territorial de nuestro país, Andalucía, que también es una nacionalidad histórica, tiene que defender la igualdad desde el respeto a la diversidad y la diferencia. Y por último, Andalucía soporta una de las tasas de precariedad más alta de la Unión Europea de desempleo, rozando el millón de parados durante este año. Por lo tanto, hablar de cambio de modelo productivo es vital para el futuro de Andalucía y es también lo que necesita España. En ese sentido, Andalucía tiene que jugar un papel y entrar en las coordenadas del país.

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