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Yolanda Díaz enfría las esperanzas de la izquierda andaluza en su proyecto político: “No llegará a tiempo a las elecciones”

López, Díaz y Castilla, durante el acto

Daniel Cela

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La primera visita oficial de Yolanda Díaz a Andalucía ha generado el mismo nivel de expectación que de nerviosismo colectivo en el espectro político de la izquierda. En teoría, era un acto institucional para presentar la reforma laboral en la región que más uso hará de ella. Pero en la práctica, es la imagen de la figura referente para la izquierda en la comunidad con la izquierda más deslavazada del país, aún sin candidato ni candidatura unitaria, a las puertas de unas elecciones clave para España: “Ahora mismo no soy un proyecto político y es evidente que no voy a llegar a las elecciones andaluzas”, ha dicho nada más llegar a Sevilla, para templar las expectativas, durante una entrevista en Canal Sur Televisión.

Por primera vez en dos años y tres meses de legislatura, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo ha aterrizado en la segunda comunidad con más paro de España: más de 800.000 desempleados, un 20% del total. Con estos datos, Andalucía se convierte en la primera línea de ejecución de las políticas que salen de su departamento: es donde más impacta la subida del salario mínimo interprofesional -más de medio millón de trabajadores-; y donde más ERTEs en empresas se han aprobado durante la pandemia. Uno de los datos que trajo consigo Díaz es que la reforma laboral ha convertido medio millón de contratos precarios en indefinidos en los primeros dos meses en vigor, “un incremento del 150% de los que había en Andalucía”.

Por eso la excusa oficial para justificar la esperada visita de la ministra era la presentación de la citada reforma. Y por eso Yolanda Díaz apareció flanqueada por las líderes sindicales Nuria López (CCOO) y Carmen Castilla (UGT) en un acto convocado que tuvo lugar por la tarde en un salón de actos abarrotado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla. Pero por la mañana, fuera de agenda oficial, Díaz se había reunido en secreto y por separado con los líderes de las formaciones de izquierdas más próximas a pactar una candidatura unitaria: Toni Valero, Martina Velarde y Ernesto Alba (Unidas Podemos), luego con la errejonista Esperanza Gómez, de Andaluces Levantaos, y finalmente con Mar González, de Equo.

Escucha activa

Hay una realidad política subyacente en la primera foto de Yolanda Díaz en Andalucía: la vicepresidenta pergeña un plan de “escucha activa” con la sociedad española con el objetivo de formar “un frente amplio” que trascienda el espacio tradicional de la izquierda -“muy chiquito”- y cristalice en un proyecto político nuevo de cara a las elecciones generales de 2023. La ministra gallega aún no tiene proyecto, pero todos los que sí lo tienen se arriman a ella, la buscan y, en ocasiones, hablan en su nombre. Oficialmente, la “escucha activa” empezará en Andalucía en el mes de abril. Extraoficialmente empezó este jueves en Sevilla.

Díaz quiso entrevistarse con los líderes de las distintas formaciones de izquierdas por separado, para testar la salud del proceso de convergencia, que se inició el pasado 8 de enero con la primera y única reunión entre sus líderes. Los dirigentes andaluces que hablaron con la ministra interpretan que Díaz se implicará en la campaña de las próximas elecciones si así se lo piden, algo que el departamento de la ministra relativiza mucho. Durante el coloquio con los sindicatos, ella misma evitó comprometerse en algo tan concreto.

La vicepresidenta segunda dijo “conocer muy bien el proceso de autonomía andaluz” y prometió que, a partir de ahora“, ”me vais a ver bastante más por vuestra tierra, y voy a venir a escuchar más que a hablar“. En ese momento, la moderadora del acto y directora de eldiario.es/andalucia le soltó: ¿Y la vamos a ver en la campaña de las andaluzas? ”Yo hablo de un proceso de escucha, no de la campaña, que es otra cosa“, matizó ella enseguida.

Distancias con Unidas Podemos

Díaz ha mantenido una distancia prudencial de Unidas Podemos en la campaña de las elecciones en Castilla y León, que fueron un fracaso para la marca morada. Las izquierdas andaluzas esperaban contar con ella en el siguiente proceso electoral, y le han trasladado que serán “un hito” en el que deben “dedicar todo su talento y empeño”. También coincidieron en que el desgaste que ha sufrido el PP, tras la rebelión de los barones para expulsar a su presidente, Pablo Casado, “abre una oportunidad en Andalucía para levantar una alternativa ilusionante” al Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla.

Miembros del equipo de Yolanda Díaz han estado siguiendo la negociación a trompicones de las tres izquierdas andaluzas para lograr una candidatura unitaria: Podemos, IU y Andaluces Levantaos (la coalición Adelante Andalucía, de Teresa Rodríguez, ya se ha desmarcado y concurrirá en solitario). La información ha fluido con discreción y con cierta regularidad, pero el diagnóstico de la situación de las izquierdas era tan crítico, que Díaz ha postergado y postergado su visita a Andalucía. Su participación en la próxima campaña dependerá de cómo avance este proceso de reunificación en la izquierda, advierten desde el entorno de Díaz, pero en cualquier caso, lo que se forme aquí no será una avanzadilla del proyecto político de la ministra, que aún está por definir.

Así las cosas, el equipo de la vicepresidenta segunda se ha esforzado en buscar una excusa institucional -la reforma laboral- y la cobertura de los sindicatos de clase, para evitar que su visita se enmarcase en un contexto de partidos políticos en discordia. Incluido el partido por el que es ministra -Unidas Podemos-, del que Díaz marca distancias cada día. La ministra ha explicado que ha venido “de la mano de los sindicatos”, y no de los partidos, porque “no hay mejor carta de presentación que los sindicatos de vuestra tierra”. “Yo soy una de las vuestras, una humilde abogada laboralista que defiende el derecho, con toga o sin ella, de los trabajadores de mi país”, ha añadido, cerrando con un alegato cerrado en defensa de CCOO y UGT, que estos días son objeto de duros ataques por parte de Vox [hay una campaña de descrédito contra ellos y el PSOE en forma de autobús recorriendo las calles de Andalucía].

“Hay una parte de Andalucía que aspira a tener un proyecto nuevo”

Las direcciones andaluzas de IU y de Podemos han invitado varias veces a la ministra de forma extraoficial, incluido a las efemérides del pasado 28F -Día de Andalucía-, que debía ser una fecha simbólica para la reunificación de las izquierdas. No ha funcionado. El acto de este jueves en la facultad de Derecho no parecía tener promotor detrás: ni los sindicatos confirmaban ser los organizadores ni el ministerio ni el decano de la facultad de Derecho. Con este halo de misterio y sin muñidor oficial, el acto ha llenado el aforo previsto -400 personas- y se ha habilitado una sala anexa para que los que no han podido entrar lo siguieran por streaming.

Díaz sí ha querido explicar que es consciente del proceso que han iniciado las izquierdas en Andalucía, lo más aproximado al “frente amplio” que ella preconiza, y les ha lanzado un guiño: “Me hacen llegar que hay una parte de Andalucía que no se resigna a que gobierne la derecha y la extrema derecha, y aspiran a tener un proyecto nuevo. Estoy escuchando a esa parte. Siempre que pueda ayudar para un proyecto moderno, ecologista, feminista y con perfil propio, lo haré”, había dicho horas antes de reunirse con los líderes de izquierdas.

“Perfil propio” es la clave, porque la candidatura que se está gestando en Andalucía aspira a ser autónoma, andalucista, y no sometida a las directrices nacionales de Unidas Podemos. “Yo soy gallega, entiendo las singularidades, ahí me van a encontrar”, dijo. El cómo se traduce esto en la práctica está por ver. ¿Se va a implicar activamente en la campaña de Unidas Podemos, un partido en el que Díaz no tiene ningún cargo orgánico? ¿Cómo de importante es el resultado de las próximas elecciones en Andalucía para su objetivo de formar un frente amplio social y político?

Andalucía, primer objetivo de Feijóo

Las andaluzas también van a medir por primera vez al PP de Alberto Núñez Feijóo, a quien la ministra ha exigido este jueves que aclare “la gran incógnita”: “si puede desvincular a la derecha de la extrema derecha”. Es algo que el PP debe decidir en Castilla y León, donde las cifras no dan otra alternativa de Gobierno a Alfonso Fernández Mañueco, y que podría repetirse tras las andaluzas. Los números de Juan Manuel Moreno son más optimistas -en algunos sondeos próximos a la mayoría absoluta- pero las encuestas coinciden en que necesitará los votos de Vox para seguir gobernando.

El PSOE andaluz sigue estancado en un proceso de reconstrucción, con un candidato -Juan Espadas- aún desconocido en gran parte del territorio. La dispersión del voto progresista a la izquierda del PSOE es penalizado por la ley electoral, como confirman los análisis demoscópicos de todos los comicios en Andalucía desde 1986. Éste es el panorama en el que hay que tomar decisiones que cuajen en un proyecto y un partido político específico. Pero el timing de Yolanda Díaz es otro: “Estoy en un proceso de escucha. Esto no podemos hacerlo sin Andalucía, no se puede hacer un proyecto de país sin contar con Andalucía, pero esto no va de suma de siglas, los cambios son de mayor relieve”, ha sentenciado.

Fuentes del Ministerio explican que la ausencia prolongada de Díaz en Andalucía tiene que ver con “los dos años de pandemia y la dura negociación de la reforma laboral”, no por razones de partido. Estuvo a punto de venir dos veces, una de ellas tras aprobarse el Plan de Empleo, pero la agenda del Consejo de Ministros se lo impidió a última hora. A Galicia, su región de origen, sólo ha ido una sola vez en este tiempo. La visita de este jueves al Centro Nacional de Medios de Protección en Sevilla “llevaba concertada más de un año”.

“Soy una política rara”, ha explicado durante el acto. “Me han dicho: has desplegado tantas políticas públicas en Andalucía, con tanto dinero público, y no has ido a presentarlo, cuando los políticos lo hacen constantemente. ¿Por qué no has venido? Sencillamente porque mi agenda lo ha impedido”, ha concluido, tras enumerar los decretos ley, reales decretos y órdenes ministeriales que ha elaborado su departamento en los dos últimos años. Al acto con los sindicatos y la vicepresidenta del Gobierno acudió, en nombre del Ejecutivo andaluz de Moreno, el secretario general de Empleo, Agustín González. Entre el público destacaba el ex alcalde de Carmona y ex dirigente de IU, Sebastián Martín Recio, uno de los mediadores por la candidatura única de la izquierdas; el catedrático de Derecho Constitucional, Javier Pérez Royo, y el ex líder del PCA, Felipe Alcaraz.

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