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Huesca: el largo pulso entre la protección del patrimonio y la mirada hacia el futuro

Luis Felipe, alcalde de Huesca, y Felipe Faci, consejero de Educación y Cultura, en una visita al Círculo Católico.

Miguel Barluenga

Huesca —

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La eterna lucha entre el progreso y la protección del pasado se escenifica una vez más en Huesca, donde las obras de peatonalización y reurbanización que se desarrollan en el centro de la ciudad se superponen a vestigios de la Osca romana. El patrimonio milenario de la capital también se encuentra en espacios como el Círculo Católico, al que las instituciones pretenden sacar del olvido y el anonimato con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC). En el casco viejo se puede rastrear, sin dificultad, su desarrollo desde la Prehistoria a la modernidad. Sin embargo, la Plataforma para la Defensa del Patrimonio de Huesca denuncia el “desprecio” del Consistorio oscense hacia este acervo heredado.

Esta entidad, integrada por la Asociación de Vecinos Osce Biella, la Federación Osca XXI, la Asociación Cultural Colectivo Ciudadano y Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa) señala que el Círculo Católico lleva “veinte años en la misma situación de parálisis, ocultamiento a la ciudadanía, falta de inversiones y práctico abandono”. Situadas en la zona de San Pedro el Viejo de Huesca, estas ruinas romanas se encuentran situadas a nivel subterráneo, en un garaje, y ocultas a posibles visitantes. Las primeras excavaciones se realizaron en la década de los 90 y sacaron a la luz importantes restos íberos, romanos de la la Edad Media islámica y cristiana y de los siglos posteriores.

La Plataforma cree que la declaración de BIC no resolverá el futuro del Círculo Católico puesto que “no existe proyecto museográfico, ni dotación económica para que pueda abandonar el estado de postración al que las administraciones lo han condenado. Será una operación cosmética, publicitaria, ineficiente y oportunista”. Y lamenta la “dejadez” del Consistorio, pues “los vecinos y sus asociaciones nos vemos obligados a recurrir a instancias extramunicipales para reclamar justicia y dignidad para el mantenimiento de inmuebles de enorme valor histórico y social”.

Reclama que no se pierda “la oportunidad de realizar una acción arqueológica intensa en la plaza de Santo Domingo y en Ramón y Cajal, en el área de confluencia de ambas actuaciones municipales. Los estudios de los especialistas, las intervenciones habidas en zonas adyacentes, los descubrimientos de enorme interés histórico constatados en torno a la muralla y a los restos del teatro romano hallados, así como la información aportada en los trabajos del Coso Bajo, revelan la importancia extraordinaria de los posibles yacimientos bajo el subsuelo inexplorado”. Lo contrario supondría “una dejación imperdonable para la construcción de la historia local y una negación inexplicable del deber de conocer y poner al servicio de la cultura ciudadana los elementos que conforman el pasado común”.

En 2019, antes de las elecciones municipales y autonómicas, el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento anunciaron que aunarían esfuerzos hacia la reapertura del Círculo Católico con una inversión de 120.000 euros para la mejora de los accesos que todavía no se ha producido. Las excavaciones en este solar, en el área sur de la Osca romana, enriquece un conjunto compuesto por tres calzadas romanas, el arranque de los muros de un pequeño templo cuyo culto pudo estar asociado al dios Dionisos o los restos de una domus, además de otros añadidos y modificaciones de época islámica.

Restos en el Coso Bajo

Mientras, los trabajos de reurbanización del Coso Bajo entre las calles Sancho Ramírez y la plaza de Santo Domingo también rescataron de su escondite de siglos una cimentación construida con hormigón y lienzos de sillar aislados que se trasladaron para su estudio. El Ayuntamiento ha continuado los trabajos con normalidad a la espera de que se especifiquen los detalles de estos hallazgos. Una posibilidad que, insisten desde el Consistorio, “ya se contemplaba en el proyecto de obras a raíz de descubrimientos anteriores”; también, por las catas previas y los estudios de arqueólogos anteriores a estos trabajos en el centro de Huesca.

El arquitecto municipal Pedro Lafuente, ya indicó en la memoria de este proyecto que “la ciudad romana no terminaba en el contacto entre la ladera del cerro (casco antiguo) y el terreno llano (el Coso), por lo que los restos monumentales que se ven en la calle Canellas deberían tener su continuación en la zona llana (teatro, y otras construcciones aledañas a un área monumental de la ciudad romana), es decir en la plaza de Santo Domingo y en dirección hacia la calle Ramón y Cajal”. Un patrimonio que, desde el punto de vista arqueológico, “es de gran interés puesto que aportaran información sobre un sector de la ciudad antigua que apenas conocemos”, firmó.

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