Unas 200 personas no tienen techo en Zaragoza y crece la media de tiempo viviendo en la calle
Alrededor de dos centenares de personas carecen de un techo en la capital aragonesa. El número evidencia una continuidad respecto a los últimos años e, incluso, advierte un ligero crecimiento, ya que el III Estudio de personas sin techo, elaborado por Cruz Roja en noviembre de 2014, lo cifraba en 140. Esta cantidad, sin embargo, no es del todo real, puesto que las condiciones meteorológicas de la noche del recuento hicieron que “muchas personas buscaran la forma de resguardarse en el interior de estructuras formales e informales”.
Son algunos de los datos contenidos en el Informe sobre las Personas en Riesgo de Exclusión Social en Aragón, que el Justicia (defensor del pueblo) de la Comunidad, Fernando García Vicente, presentó recientemente.
En él se indica que el perfil al que responden mayoritariamente estas personas sin hogar es el de un varón entre 30 y 49 años, español, que está en la calle porque perdió el trabajo. Destaca también que ha crecido el tiempo de estancia media, el cual ha pasado de tres años en 2012 a más de cuatro en 2014.
Otro extremo significativo es el que indica que se incrementa el número de personas sin hogar más jóvenes, que hay más mujeres y más mayores de 45 años. De igual forma, se vuelve a hablar de cronificación de la pobreza, como ya alertara el director del albergue de Zaragoza en esta información publicada por eldiario.es, de la que se obtiene el dato de que este recinto alojó a 2.217 personas el año pasado. Otra organización, como Caritas, atendió a 14.000 ciudadanos y ciudadanas en 2015.
En cifras globales, la I Estrategia Nacional Integral para Personas sin Hogar, aprobada por el Consejo de Ministros el 6 de noviembre de 2015, calculaba que en España hay 23.000 hombres y mujeres sin techo. 420.000 en toda la Unión Europea.
Sugerencias del Justicia
El informe sugiere aumentar la dotación de personal en los centros municipales de Servicios Sociales, para que sea viable “el necesario seguimiento individual de cada persona, así como la mejora de la coordinación con el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), en particular para la tramitación del Ingreso Aragonés de Inserción (IAI)”.
García Vicente pide que las personas sin hogar puedan empadronarse en dependencias municipales (algo que ya se está haciendo), y aboga por la progresiva desaparición del modelo de macro-albergue en favor de lugares de menor tamaño diversificados por la ciudad (…) en los que, en un determinado momento, en función de la situación de la persona acogida se pueda prever una prestación económica por parte del usuario“.