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El director del único centro tecnológico del Gobierno de Aragón, ubicado en Huesca, cambiará con los resultados electorales. Miguel Ángel López, al frente de las instalaciones de Walqa desde septiembre de 2012, dejará la dirección a partir del próximo 24 de mayo. El que ha sido el “proyecto estratégico” y “un activo” para la Comunidad autónoma y el Gobierno de Aragón, según el consejero de Industria y presidente de Walqa, Arturo Aliaga, tiene a su director con un pie dentro y otro fuera.
Miguel Ángel López asegura que saldrá de Walqa para evitar que, tras las elecciones municipales y autonómicas, “estén condicionados por un director anterior”. Le parece el momento “más lógico” para dejar un puesto más político que tecnológico. Su nuevo empleo, en el que ya ha empezado a colaborar, será “más motivador”. Prestará sus servicios a la Asociación Tutelar Asistencial de Discapacitados Intelectuales, ATADES, de Huesca.
En Walqa se han invertido más de 50 millones de euros. La sociedad gestora, integrada por el Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Huesca, Bantierra e Ibercaja, comenzó su actividad en 2002 con el objetivo de convertirse en el centro de referencia del I+D en la Comunidad autónoma.
El parque tecnológico, dedicado a los sectores de las tecnologías de la información, la biotecnología y las renovables, cuenta con 53 hectáreas, 13 edificios, 57 empresas y 722 trabajadores, según los últimos datos que ha facilitado el consejero. En los ocho primeros años, Walqa creció a un ritmo de cien trabajadores al año, pero en los últimos el empleo se ha reducido y no se ha instalado ninguna empresa de fuera de Aragón.
Durante los ejercicios del 2012 y 2013, el centro perdió ocho proyectos empresariales. Tras la salida de la Universidad San Jorge, el último en abandonar el parque, a principios de este año, ha sido el Centro Tecnológico del Salud (Cetec). El equipamiento, diseñado para ser el núcleo de la telemedicina de Aragón, costó cinco millones de euros, llegaron a trabajar unas 100 personas y ahora permanece cerrado y sin actividad tras seis años desde su inauguración.
La deuda contraída con varias entidades financieras para pagar las sucesivas fases de urbanización y el frenazo en la venta de parcelas ha obligado a la sociedad gestora de Walqa a trazar un plan financiero para hacer frente a las pérdidas de 1,6 millones de euros, generadas entre los ejercicios de 2010 y 2013. Las tensiones de la tesorería y un fondo de maniobra negativo no han ayudado a una sociedad cuyos activos están compuestos, principalmente, por bienes inmobiliarios.
Las naves y parcelas del centro han perdido valor por el deterioro del mercado inmobiliario y la caída de la demanda en los últimos años. Estas pérdidas han provocado que el patrimonio neto de la sociedad se situara por debajo de la mitad de la cifra de capital social, lo que la llevó a una situación de disolución.
Así lo refleja el informe de la Cámara de cuentas de los ejercicios del 2012 y 2013, donde se puso de manifiesto que la sociedad que gestiona Walqa entró en un “desequilibrio patrimonial” o, lo que es lo mismo, una incertidumbre significativa sobre su capacidad para continuar con su actividad. Para salvar el centro, la Junta General de Accionistas aprobó a finales del 2014 una operación de reducción de capital por importe de 2,2 millones de euros y, simultáneamente, una ampliación por 1,3 millones.
Este plan financiero y el futuro del parque ha sido defendido por el consejero de Industria y presidente de Walqa, Arturo Aliaga, quien lo coloca como un “un proyecto estratégico para el Gobierno de Aragón”, por contar con “empresas y puestos de trabajo consolidados”. Asegura que este proyecto no va a quedar abandonado a su suerte y que tendrá las dotaciones necesarias para su funcionamiento. El consejero recientemente auguraba a Walqa “un futuro brillante”.