Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon. 

Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.

Seguridad sí, pero no así (y II)

0

¿Qué debe hacer Europa ahora? En primer lugar, convencerse de que Trump no es nuestro aliado político -nos ha declarado la guerra económica- y que tenemos que buscar nuestro propio camino para defender nuestros intereses. Eso requiere una reflexión crítica sobre si lo que hemos hecho en las últimas décadas, siguiendo las directrices de Washington, era realmente positivo para nosotros o solo beneficiaba a EE.UU. Y, por supuesto, evitar las respuestas que sean simplemente actos reflejos propios de épocas pasadas. 

Creo que la Comisión Europea ha respondido, sin reflexión, con un acto reflejo impropio de la actual coyuntura, considerando que hay un peligro inminente, Rusia, y que hay que rearmarse en cantidad y rápidamente. El cambio de bando de la administración estadounidense ha cogido a las instituciones europeas por sorpresa y sin estrategia para este nuevo escenario. Eso, estudiar la coyuntura y definir una estrategia para el futuro, es lo primero que habría que hacer. Y mientras tanto, prudencia.

No quiero decir que no debamos preocuparnos por la seguridad exterior, y creo que, en estos momentos, Rusia es un peligro para Europa, pero, ¿qué tipo de peligro? No hay duda de que Putin está intentando desestabilizar a la UE con ciberataques, interviniendo, como Trump, a favor de las extremas derechas hasta en las elecciones -es curioso, la extrema derecha apoyando a Rusia y a Israel, quién lo iba a decir-, y probablemente con algún tipo de sabotaje, pero es poco probable que Putin tenga pensado invadir otro Estado europeo, al menos a corto plazo. En ese caso, aunque EE.UU. no respetase los acuerdos de la OTAN, el ejército ruso se tendría que enfrentar a todos los países europeos más Canadá y no creo que Rusia tenga incentivos para iniciar esa aventura.

Si esto es así, y nadie ha dado argumentos en contra, el gasto europeo debe empezar priorizando la inversión en ciberseguridad; mejora y seguridad de las redes de distribución, transportes y comunicación; en información -control de los posibles peligros-; en Inteligencia Artificial; desarrollando un potente escudo antimisiles y drones... Esta estrategia tiene un claro carácter defensivo, lo que tiene una doble ventaja: no puede ser considerada como una provocación por Rusia y tranquiliza a la ciudadanía europea. También habrá que empezar -y esto puede ser de inmediato- a desarrollar los mecanismos que permitan rentabilizar al máximo la capacidad de intervención conjunta de los ejércitos europeos existentes.

Lo que no tiene ningún sentido es la iniciativa del Reino Unido y Francia de enviar tropas de interposición a Ucrania cuando se firme la paz. Sin saber en qué condiciones se va a firmar, si van a ser aceptadas por las dos partes y qué capacidad de intervención va a tener, me parece una temeridad -una bravuconada- por parte de Keir Starmer y Macron. ¿Qué van a hacer los soldados de interposición, como los de la ONU al sur de Líbano? ¿Van a usar la fuerza contra quien incumpla las condiciones pactadas y entrar en guerra? Los dirigentes políticos europeos deberían tener un poco más de sosiego.

Los analistas en temas de defensa, sean militares o no, coinciden en que el problema de la seguridad europea -no solo en defensa sino en general, si quiere sobrevivir en el nuevo al orden mundial que se avecina- es político. No se conseguirá mucho aportando más dinero a la defensa de cada país, será necesario caminar hacia la construcción de un ejército europeo: liderazgo, estructuras de mando únicas, armamento común, acuerdo en la distribución de la fabricación de armamento -sería absurdo seguir comprando armas a EE.UU.-, con una inversión mancomunada… Y, fundamentalmente, avanzar en la unidad en todos los frentes.

Como decía en el artículo anterior, para que podamos superar cualquier crisis es necesario que “haya una mayoría social convencida de la defensa de determinados valores”, y esto es imposible sin transparencia. La Comisión Europea, sin ningún tipo de explicación, propone gastar 800.000 millones en armamento -luego ya veremos en qué, a quién se lo compramos y para qué los queremos-; numerosas voces urgen al rearme -hay quien compara la urgencia con la que tenía la obtención de vacunas al comienzo de la pandemia, cuando estaba muriendo gente todos los días- y se nos recomienda ir preparando un kit de supervivencia para 72 horas.   

Para colmo, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, nos avisa a los españoles, para que nos sumemos a la escalada armamentística, de que un misil ruso solo tarda 10 minutos más en llegar a Madrid que a Varsovia. Si España no entrase en el programa de rearme, ¿qué interés tendría Rusia en gastar misiles contra nosotros? ¿Nos quieren meter miedo? Algunos discursos me recuerdan a quienes aseguraban la existencia de armas de destrucción masiva en Irak.

El sentimiento de inseguridad no es el mismo en el suroeste europeo que en el este -no hemos sufrido la invasión de los tanques rusos y estamos muy alejados de la posible linea del frente- pero no serán los mensajes alarmistas los que nos convenzan de dar un cheque en blanco, ni a Von der Leyen, ni a Rutte. 

Al margen de rechazar los posibles chantajes del miedo, hay que tener en cuenta dos factores. En primer lugar, que hay que mejorar nuestra seguridad en varios frentes y que el riesgo puede ser mayor en el futuro, Y, por otra parte, que formamos parte de la UE y esto nos obliga a intentar buscar el mayor acuerdo entre todos sus miembros – teniendo en cuenta también los factores subjetivos- y ese acuerdo tiene que contemplar la mejora de la seguridad en las fronteras exteriores, especialmente las del este.

Otro factor importante a tener en cuenta en esta política de rearme, aunque sea controlado, es de dónde va a salir el dinero para incrementar el gasto.  En estos momentos, no solo no es aceptable la transferencia de recursos de la seguridad interna -sanidad, educación, protección social, cambio climático, desarrollo económico…- a la externa -defensa- sino que hay que incrementar los primeros. El mayor peligro en la actualidad para la seguridad de Europa es el riesgo a que están sometidas empresas y puestos de trabajo por la guerra económica de Trump. Y hacer lo posible para salvarlas debe ser una prioridad para los gobiernos europeos.

Por mucho que Mark Rutte -que se comporta como el capataz de Trump para los gobiernos europeos- presione para incrementar el gasto en defensa y rechace la propuesta de Pedro Sánchez -contabilizar como gasto en defensa la protección de las fronteras o la lucha contra el terrorismo- el presidente no debe ceder y tiene que adecuar sus compromisos a la nueva situación imprevista, al menos por los europeos. Sería una barbaridad dedicar dinero a armas por un hipotético peligro futuro, desatendiendo el que tenemos con los aranceles, que es real e inmediato. Es necesario dejar claro, tanto a Trump como a Rutte, que ya nada es igual que hace unos meses.

No obstante, si fuese necesario incrementar los recursos en seguridad/defensa, la lucha contra el fraude, las elusiones y las guaridas fiscales nos permitiría un significativo incremento de ingresos en Europa. Y, en última instancia, quiero recordar que la carga fiscal en España es entre un 2,5% y un 4% -según las fuentes- inferior a la media europea. Ahí tenemos otra importante vía de mejora de ingresos basada en la progresividad, que eliminara del incremento impositivo a las rentas más bajas y recayera, fundamentalmente, en las más altas.

Sobre este blog

El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon. 

Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.

Etiquetas
stats