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Lionel Barber, exdirector del Financial Times, se despacha a gusto en sus diarios con políticos, empresarios, banqueros y periodistas que conoció mientras estuvo “en el ajo”

Lionel Barber,  Ula Soltys, facilitada por la editorial Deusto

Fernando G. Mongay

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Dirigir un periódico de gran influencia con 130 años de historia y una plantilla de alrededor de 500 periodistas no es una tarea sencilla. Menos todavía si se trata de reflotarlo y lograr que un millón de suscriptores paguen por leerlo en Internet. Lionel Barber (Londres, 1955), abandonó el Financial Times (FT) después de recorrer medio mundo en avión durante 15 años para entrevistarse con líderes políticos y empresariales. Al terminar su relación con el periódico económico en 2020, decidió publicar unos diarios donde muestra su fascinación con el poder y sus resortes. Después de leer las 450 páginas del libro, la sensación es que Barber es un hombre que pagaría por “estar en el ajo”.

Compartió mesa y reuniones con Putin, Obama, Trump, Merkel, Boris Johnson o el entonces príncipe Carlos, entre otros muchos. Lionel Barber alternó con las primeras figuras mundiales de la política como director del Financial Times, uno de los periódicos más influyentes del planeta. Barber dice que no escribía lo que le pasaba cada día, pero al parecer tomó suficientes notas como para recordar hasta algunos detalles como los menús de los almuerzos con ilustres empresarios y periodistas. Luego, empleó el formato de diario personal para escribir “Vencedores y vencidos. Un diario privado en tiempos turbulentos”, que ahora publica la editorial Deusto en España, con traducción de Ramón González Férriz y Marta Valdivieso. 

Cuando accedió a la dirección del FT, llamó por teléfono a quien consideraba uno de sus mentores, Ben Bradlee, el “legendario” director de The Washington Post que “hizo que el Post pasara de ser un periódico segundón y provinciano a uno nacional e imprescindible, que acabó derrocando al presidente Nixon por el escándalo Watergate. Barber lo admira porque es un periodista que ”está en el ajo con acceso al poder e influencia“. El director novel le pidió consejo al veterano. ”Patéate la redacción“, responde Bradlee. Y añadió: ”El día que dejes de ser director descubrirás quiénes son tus verdaderos amigos“. Barber reconoce que después de ser director, ”la gente no siempre te devuelve las llamadas“.

Aznar, “un hombre brusco y arrogante”

Barber no se muerde la lengua a la hora de hablar de algunos de los políticos, empresarios, banqueros y periodistas que aparecen en el libro. Como muestra, basta con los breves comentarios que escribe de los tres presidentes españoles con quien se entrevistó en los tres lustros que estuvo al frente del FT. Conoció a José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy en sus respectivos mandatos al frente del Gobierno español. Sus opiniones sobre los tres presidentes son contundentes. Considera que Zapatero es “un político profesional, un caballo socialista de exhibición”. De Aznar dice que es “brusco y arrogante”. Escribe que Rajoy es un personaje gris“, pero cree que ”asumió con diligencia la reforma económica“.

Lionel Barber recorrió una etapa apasionante para el periodismo, pero llena de convulsiones para las empresas periodísticas. El negocio periodístico no se había recuperado de la caída de las puntocom en 2001. De 2012 a 2015, el FT perdió 60 millones de libras, la publicidad había caído a la mitad desde el año 2000 y la circulación del periódico en papel había bajado mucho, especialmente en Reino Unido. Barber relanzó con éxito el diario: amplió el mercado americano y consiguió llegar al millón de suscriptores, entre papel y digital, en 2019. En marzo de este año, FT ha alcanzado el millón de suscriptores digitales.

La transformación digital de los medios obligó a realizar cambios con urgencia en una industria que siempre se ha movido con dificultad. Luego, condujo el diario entre el cambio de propiedad del FT, que fue vendido al grupo japonés Nikkei. En el terreno político le tocó bregar con el Brexit, la elección de Trump como presidente de Estados Unidos y posteriormente, de Boris Johnson en Reino Unido. 

Entre los errores que considera que se cometieron bajo su dirección, el primero fue que “no supimos -no supe- ver el desencanto popular con la autoridad y las élites después de la crisis financiera”. Formar parte del establishment despista y aleja a los periodistas de los lectores. Como reconoce el autor “en 2016, el Brexit y Trump cogieron al FT con la guardia baja”. A juicio de Barber, “nosotros no perdimos el referéndum (del Brexit). Lo hicieron los políticos, pero pudimos haber informado mejor”. Más adelante explica, ante la acusación de ser los responsables del Brexit y del éxito de Trump, que “el FT no es el gobierno, pero somos parte del poder establecido”. Como asegura ya en la introducción, “ser un periódico cercano al poder tradicional no es excusa. Fue falta de imaginación y aprendimos la lección”. 

Hacer periodismo es rentable para los medios

Barber pateó la redacción, siguiendo el consejo de Bradlee, optó por tener razón antes que por ser el primero en publicar y apostó de forma decidida por el periodismo de investigación, que es uno de los mejores estimulantes para abrir el apetito de los lectores y, como consecuencia, mejoran la cuenta de explotación de los medios. Eso sí, los riesgos legales que lleva consigo la investigación periodística puede ser uno de los campos minados con los que se encuentra un director en su día a día en la redacción. El caso Wirecard fue uno de ellos. El periodista del FT Dan McCrum trabajó durante tres años investigando a Wirecard, una empresa alemana de procesamiento de pagos, que llegó a superar el valor en el mercado del Deusthe Bank, y estaba considerada como un éxito de las empresas tecnológicas. En febrero de 2019, Barber autorizó la publicación de una información que demostraba que un ejecutivo de la empresa de pagos había hinchado el crecimiento de los beneficios y los ingresos. 

La noticia provocó el colapso del precio de las acciones de Wirecard. La compañía gastó varios millones de libras en intentar silenciar la noticia negativa. “El FT no tenía ese dinero. Comenzó un enfrentamiento que en 2019 consumiría mi tiempo más que ninguna otra noticia”, explica Barber. En 2020, la empresa se declaró en concurso de acreedores al comprobarse que existía un agujero de 1.900 millones de euros en sus cuentas. 

En marzo de 2022, los fiscales de Múnich acusaron a Marcos Braun, exdirector general de Wirecard, de fraude y manipulación contable y solicitaron 15 años de prisión para el ejecutivo. El mes pasado, Netflix estrenó ‘Skandal’, un documental basado en el libro que publicó Dan McCrum sobre su investigación periodística.

Trump, un demagogo narcisista

Donal Trump es uno de los personajes que aparece en el libro en un mayor número de ocasiones. En marzo de 2017, el recién elegido 45 presidente de Estados Unidos recibió a una delegación del FT que encabezaba Barber, quien inició la conversación agradeciéndole que figure entre los suscriptores del periódico. “De nada -dice el presidente-. Perdisteis vosotros y gané yo”. Barber considera a Trump un “demagogo narcisista” que no desaprovecha ocasión para recordarle a la gente que su victoria electoral, como el Brexit, “hizo que los grandes medios parecieran idiotas”. Tras la visita a la Casa Blanca, Barber percibió que en la Administración Trump había señales de ‘un poco más de método en la locura’. Luego cambió de opinión: “algunos colegas discreparon. Resultó que ellos tenían más razón”.

¿Qué hace un director cuando deja de estar en el ajo? Tras pasar por un cargo relevante, los ingresos pueden ser muy superiores a los que obtenían ejerciendo una importante responsabilidad. Barber reseña que Toni Blair ha ganado decenas de millones desde que abandonó el número 10 de Downing Street asesorando a gobiernos, como el de Kazajistan o el de Kuwait, y con los honorarios de conferencias, que han llegado a ser “hasta de 300.000 dólares por sesión”. En 2020, cuando ya no era editor del FT, los trabajadores del diario paralizaron la negociación salarial con la empresa al conocer que el exeditor había cobrado en su salida 1,9 millones de libras esterlinas, que incluían un pago de 500.000 libras por abandonar el cargo. En la actualidad, Lionel Barber, escribe artículos en medios como The European, imparte conferencias y participa como ponente en distintos foros.

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