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Natalia Chueca, el rostro central de las ‘lideresas’ del PP de Azcón

La virtual alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, con su antecesor y mentor, Jorge Azcón.

Eduardo Bayona

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El resultado que la lista del PP encabezada por Natalia Chueca obtuvo el domingo en las elecciones municipales en Zaragoza fue una de las principales sorpresas de la comunidad: con solo cuatro años de rodaje en política, esta profesional del márketing de 47 años sumó quince de los 31 concejales del pleno.

Eso la deja a un voto de la mayoría absoluta, aunque tiene la investidura garantizada de hecho como cabeza de la lista más votada en un consistorio que completan siete concejales de Vox, diez del PSOE y dos de Zaragoza en Común (ZeC), y la sitúa al nivel de Luisa Fernanda Rudi, que alcanzó esa marca en 1995 y 1999 para gobernar en plena irrupción de las ‘chicas PP’ de José María Aznar, y de Eloy Suárez, que en 2011 la reeditó, aunque le resultó insuficiente para llegar a la alcaldía.

El resultado también la ubica como el rostro principal de la nueva hornada de ‘lideresas’ locales del PP que el próximo 17 de junio establecerán un hito en Aragón: Chueca, Lorena Orduna  y Emma Buj presidirán los ayuntamientos de las tres capitales aragonesas, las dos primeras a un voto de la mayoría absoluta en Zaragoza y Huesca y la tercera con ella asegurada en Teruel. 

Nunca hubo tres mujeres en esos puestos, aunque durante el tramo final de la última legislatura del pasado siglo sí llegó a haber alcaldes del PP en las tres capitales. Fue cuando entre 1997 y 1999 José Luis Rubió relevó a Luis Acín (Par) en Huesca para coincidir con Rudi en Zaragoza y con Luis Fernández Uriel en Teruel.

Lo que nunca hubo fueron tres mujeres en esos puestos, algo que, paradójicamente, va a ocurrir de la mano de una derecha con querencias por la ultraderecha.

La empresa aeronáutica que se estrelló y el jornal que no aparece

Chueca solo incluye éxitos en su currículum: un premio extraordinario en la Universidad de Zaragoza cuando hizo la carrera de ADE a finales de los 90, a lo que añade un máster y un par de posgrados en el plano académico, y su paso por varias empresas de cierto renombre, principalmente en puestos directivos, en su carrera profesional.

Sin embargo, esa misma biografía oculta que su trayectoria también incluye algunos fiascos, como su paso por la empresa Dedalus Aircraft Distribution, una firma del sector aeronáutico ligada a un proyecto que previamente había devorado varios millones de fondos autonómicos y que entró en liquidación poco después de que ella llevara las riendas como administradora única durante algo más de un año.

De Chueca se sabe poco más de lo que deja entrever en sus intervenciones, un rasgo que parece más relacionado con una ‘deformación profesional’ del trabajo en la promoción de marcas y productos que con otra cosa. 

De hecho, en sus declaraciones de actividades y de bienes no hay manera de aclarar cuál es el origen de algunos de sus ingresos, ya que mientras en las primeras asegura que ha estado compaginando su puesto de concejal con el de directora de negocio corporativo de la firma de ‘cazatalentos’ Bros Group Worldwide Executive Search, en las segundas solo aparecen sus ingresos como edil en el apartado de “percepciones netas de tipo salarial, sueldos, honorarios, aranceles y otras retribuciones, cualquiera que sea su denominación”.

Sí consigna como “actividad” unos ingresos de en torno a 12.000 euros anuales en “otras rentas o percepciones de cualquier clase”, aunque sin aclarar de qué actividad se trata.

El cuarto mejor resultado de una candidatura en Zaragoza

Tampoco se ha sabido, al menos hasta la fecha, si esas ocupaciones externas pudieron suponer una eventual causa de distracción que tuviera algo que ver con su gestión ante a la huelga del autobús urbano de mayor duración de la historia de la ciudad, la cual, aunque con intermitencias, se acercó a los dos años.

Su paso por la concejalía de Servicios Públicos y Movilidad deja también en el apartado del ‘debe’ la peculiar implantación de la Zona de Bajas Emisiones de la capital aragonesa, que existe pero carece, al menos hasta la fecha, de aplicación efectiva y de restricciones prácticas para el tráfico.

Ese historial y lo breve de su trayectoria política frente a la de otras y otros aspirantes conservadores al puesto añadieron sorpresa a su designación como alcaldable, en una operación que, con una fuerte componente ‘digital’ en su origen y otra de márketing en su lanzamiento, los zaragozanos han acabado avalando con un apoyo que llega a superar por unas decenas de votos al que Rudi obtuvo en 1999 y que le saca 54.000 (+75%) al de su antecesor y mentor, Jorge Azcón.

Sería, de hecho, el cuarto mejor resultado obtenido por un candidato a la alcaldía zaragozana, solo superado por los 155.206 votos de Rudi en 1995, los 136.762 del socialista Ramón Sáinz de Varanda en 1983 y los 131.350 de Suárez en 2011, todos los cuáles, como ahora Chueca, surfearon crestas de ola de sus respectivos partidos.

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