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Los especialistas del Hospital de Alcañiz, en Teruel, piden soluciones ante la falta de 15 médicos en una plantilla de apenas cien

De izquierda a derecha: Carmen Navarro, Vicente Andrés y Violeta Alastrué.

Isabel Traver

Alcañiz —

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Carmen Navarro trabaja en el servicio de Microbiología del Hospital de Alcañiz, una especialidad que ha cobrado especial protagonismo durante la pandemia ya que, entre otras muchas tareas, en sus laboratorios se encargan de analizar las PCR que llegan tanto del propio hospital como de los ambulatorios que dependen de la zona de salud de Alcañiz. Para ello cuentan con una plantilla de tres trabajadores, aunque ahora mismo solo dos de sus plazas están cubiertas, y es una de las especialidades que sufre la falta de profesionales.

“En noviembre del año pasado una de las personas que trabajaban conmigo se marchó y nos quedamos solamente dos y este año le dieron el traslado a mi otra compañera, así que me quedé sola durante casi dos meses”, explica Navarro. Dos meses en los que no pudo librar ni un solo día. “Desde que empezó la pandemia el horario en el servicio se amplió y pasó a ser de ocho de la mañana a ocho de la tarde, de lunes a domingo. Si no fuera por los técnicos de laboratorio que me ayudaron en todo momento, hubiera sido imposible hacerme cargo de todo”, asegura.

Pero su servicio no es el único en esta situación, faltan profesionales en hasta once especialidades desde comienzos de verano, cuando se hizo efectivo un concurso de traslados y una oferta de empleo. El número de trabajadores que se marcharon fue mayor que el de incorporaciones, lo que unido a varias bajas ha provocado que el Hospital de Alcañiz tenga 15 especialistas menos, un 15% en una plantilla de casi cien.

En Urología, por ejemplo, solo cuentan con dos facultativos ahora mismo cuando la plantilla estructural es de cuatro. “Desde febrero estamos haciendo 15 guardias al mes, asumiendo consultas, quirófano y urgencias, es una situación completamente insostenible y estamos desbordados”, cuenta Vicente Andrés, jefe del servicio de Urología en el Hospital de Alcañiz. Algo que, lamenta, está repercutiendo negativamente en la atención que se brinda a los usuarios. En concreto, 76.000 ciudadanos de la provincia de Teruel tienen este hospital como referencia.

La misma sensación tiene Violeta Alastrué, especialista en Medicina Interna. En su especialidad han pasado de once a ocho trabajadores, por lo que sus esfuerzos se han centrado en atender a los pacientes en planta, tanto covid como no covid. “Ahora mismo tenemos un ratio paciente-médico tan elevado que no podemos ofrecer una buena calidad asistencial a los pacientes que tenemos ingresados. Además, hemos tenido que cerrar todas las consultas de Medicina Interna, con el riesgo que eso supone de que haya más ingresos hospitalarios porque los pacientes no son revisados a través de consultas, lo que al mismo tiempo genera que algunas patologías crónicas queden desatendidas y también que otros diagnósticos, como tumores, pasen por alto”, asevera. También la coordinación por interconsultas entre Medicina Interna y Atención Primaria se ha visto mermada. El servicio de Hospitalización a Domicilio, que suponía un alivio de presión asistencial para el hospital alcañizano, ahora cuenta con un solo internista que lo cubra cuando debería haber tres.

En cuanto al resto de plazas, hay dos vacantes en Radiología; una plaza y media en Neurología y Urgencia, una en Oncología, Microbiología y Oftalmología y media plaza en Rehabilitación, Cardiología y Otorrinolaringología.

Falta de especialistas

La falta de médicos especialistas es un problema generalizado, pero en Aragón afecta en mayor medida a la provincia de Teruel. Tras el mencionado concurso de traslados y los llamamientos centralizados a principios de verano, el Hospital Obispo Polanco de Teruel aumentó en dos puntos el porcentaje de plazas que tiene por cubrir, alcanzando el 14%. El problema se ha tratado de solucionar a través de contratos mixtos para algunas especialidades, con facultativos que trabajan en dos centros, alternando sus jornadas. En otros hospitales comarcales de la comunidad, como el de Barbastro las plazas vacantes suponen el 6%, y en el de Calatayud alcanzan el 3%. Cifras que contrastan con las de los grandes centros de la capital: en el Miguel Servet y el Clínico es apenas del 0,1%.

Así mismo, desde Alcañiz aseguran que “no es igual” que haya ausencia de especialistas en los grandes hospitales que en centros comarcales. “Que fallen tres profesionales de una especialidad en un hospital de Zaragoza, que puede tener una plantilla estructural de 16 médicos, no es comparable a que falte un compañero en una especialidad de este hospital que en algunos casos solo cuenta con dos médicos en plantilla”, apunta Navarro.

Sin soluciones a corto plazo

El 80% de los facultativos del hospital de Alcañiz remitieron una carta el pasado junio a la consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, y a la gerente del sector sanitario, Perla Borao, trasladando su preocupación por la situación. Esta última se reunió hace tan solo unos días con la dirección del centro y los jefes de servicio de las distintas especialidades después de que el gerente de Salud de Aragón, José María Arnal, y el director del área de Coordinación Asistencial, Felix Pradas, visitasen las instalaciones con el mismo fin.

Durante estos encuentros se informó del empeño por parte del Servicio Aragonés de Salud por cubrir las plazas vacantes, tanto de Alcañiz como del resto de hospitales, y se abordaron algunas posibles soluciones, todas ellas a medio y largo plazo. “Lo que proponen pasa por la oposición que ha convocado el Salud, que algunas especialidades se van a resolver ahora en septiembre, Urología por ejemplo será en octubre, pero otras como Medicina Interna no se celebrarán hasta febrero. Más lo que tarden en incorporarse los profesionales, puede tardar un año”, apunta Andrés. Algo que no termina de convencer ni siquiera a largo plazo, porque temen que en el siguiente concurso de traslados los profesionales que hayan llegado a Alcañiz se marchen como ya ha ocurrido otras veces.

Los facultativos proponen sus propias soluciones, desde reajustes de plantillas entre todos los sectores, “porque no puede haber plantillas sobredimensionadas de determinadas especialidades y otras que estén por debajo de las plazas estructurales”, contratos mixtos e incluso un cambio respecto al mapa sanitario de Aragón. “Quizá sea necesario cambiar el modelo de sectorización, porque no sirve de nada tener un sector fijo en Alcañiz si no hay plantilla para cubrirlo”, apunta Alastrué.

Solicitan, además, que salgan a oposición todas las plazas vacantes para que se puedan cubrir, “porque no es lo mismo el atractivo que tiene una plaza fija que una temporal”, y también que se valore la posibilidad de otorgar una serie de incentivos que hagan más atractivas las plazas de los hospitales comarcales, “ya sean económicos o a nivel de flexibilidad de horarios o jornadas”.

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