Día 17 de la expedición al Humbroq Peak. Hoy hemos tenido el primer contacto
03:30 de la mañana, la noche ha sido tranquila, pero aun ha habido algún suspiro de desesperación cuando se escucharon caer unas gotas en las tiendas, suerte que fue eso, unas simples gotas sin importancia. Los cuatro miembros del grupo que están durmiendo al pie del glaciar se despiertan, parece que esta vez sí, desayunan y preparan todo el material necesario para empezar a navegar por ese caos que se intuye desde la tienda. A las 04:30 empiezan a progresar colocando los primeros bambús para jalonar la entrada, de allí para arriba será una aventura, está por ver los caminos que vamos a ir eligiendo y lo que ello nos va deparando.
Por fin hemos sido conscientes y hemos visto de primera mano cuál va a ser nuestra tarea durante los próximos días, un glaciar que tendremos que resolver nosotros solos, de unas dimensiones que la gran mayoría de nosotros no habíamos visto nunca, pero que ayudados de nuestra experiencia y pericia iremos poco a poco ascendiendo.
Hoy hemos alcanzado la cota 4.900 metros, hemos fijado 200 metros de cuerda, nos hemos quedado a unos 200 metros de desnivel del plateau donde creemos que el terreno nos dejará montar el primer campo de altura. Pero esto es solo una idea inicial, en este caos no somos capaces de dar nada por seguro. Ha sido el primer contacto, estamos contentos, hemos trabajado a gusto. Nos hemos presentado a la montaña y ha ido bien, después de los días de lluvia necesitábamos sentir ese arranque con fuerza hacia la cima.
Mañana seguiremos trabajando en fijar cuerda y jalonar el glaciar hasta alcanzar el campo 1. El resto del grupo está preparado para portear el material necesario hacia arriba, como diríamos en el mundo castrense, para mantener el impulso de la vanguardia es fundamental que no se queden atrás nuestros trenes logísticos y, ahora, esa es la misión de la otra parte del grupo.
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