El Equipo Masculino de Alpinismo se deja la piel en las paredes del Montsant

Del 12 al 18 noviembre el Equipo Masculino de Alpinismo (EEA) se concentró en la Serra del Montsant, Tarragona. Fue, sin duda, una concentración atípica, de pequeñas vías, pero de grandes aventuras, intensa, con mucha demanda física y mental debido a la peculiar roca y a la voluntad de llevar al límite las capacidades de escalada en placa de séptimo, e incluso octavo grado, de manera segura utilizando seguros flotantes. Cada largo de placa suponía una aventura navegando por la roca en busca de agujeros que se usaron como agarres y, a la vez, como emplazamientos para friends y Tricams. Fue una verdadera prueba de fuego para demostrar sus habilidades a la ahora de asegurarse siguiendo los pasos de algunos maestros de la roca que dejaron por estas paredes su impronta como Armand Ballard, David Brescó o Albert Salvadó.

A pesar de ser una sierra más conocida por sus sectores de escalada deportiva, hay espacio para el terreno de aventura con numerosas rutas que apenas han sido repetidas por su compromiso y dificultad. La mayor parte de las vías tienen entre 120 y 200 metros de altura, no parece mucho, pero casi todos los días el equipo bajó hacia el pueblo (La Morera del Montsant) con el frontal encendida, las manos heridas y los brazos aturdidos, concretamente los antebrazos, por no hablar del músculo más importante, el cerebro.

Se aprovechó el día de lluvia en el ecuador de la semana para repasar maniobras de auto rescate en una cueva con desplome. El agradable pueblo de La Morera del Montsant fue el campo base del grupo y el punto de partida hacia las paredes.