Pedro Cifuentes: “Tan cerca y a la vez tan lejos”
Pedro Cifuentes no ha logrado en esta ocasión su objetivo: la primera repetición, y en solitario, de la vía Spanish Route en la Torre Sin Nombre, en la cordillera del Karakorum, en Pakistán, abierta por lo hermanos Gallego hace ya 25 años. Pese al gran esfuerzo realizado, la climatología no dio tregua y el alpinista conquense tuvo que retirarse, ya exhausto y sin apenas comida ni víveres.
El pasado 5 de agosto, Pedro Cifuentes se preparaba para un ataque a cima un tanto a la desesperada, ya que veía que pasaban los días y las ventanas de buen tiempo no llegaban, en auténtico estilo alpino, y con apenas un saco. Sin embargo, dos días después aún no había alcanzado la cima. El clima seguían siendo adverso y los víveres ya casi una anécdota. Cifuentes tuvo que tomar la dura decisión de descender y abandonar le proyecto. Alcanzaría el campo base el día 10, lo que sumaban 18 días en pared. Una vez de regreso en casa, el propio Pedro Cifuentes lo contaba así en su facebook:
“¡Hola amigos y amigas! Por fin os escribo ya desde casa en la que llevo unos días recuperándome. Ante todo me gustaría agradeceros todo el apoyo y las energías que me habéis enviado, las sentía en la pared. Este año la batalla ha sido muy dura y el desenlace no fue el que me hubiera gustado, y eso que luché hasta la extenuación. Si habéis seguido la expedición ya sabréis que el mal tiempo hizo su entrada demasiado pronto y entró para quedarse. Los días transcurrían bajo la nieve, y aunque iba avanzando como podía, la ascensión era lenta y las provisiones se iban agotando. Después de diez días malos y sólo con dos días de buen tiempo decidí salir a por la cumbre en estilo alpino, casi sin comida y con lo justo, en un ataque que bien podría haber sido una inmolación. La cumbre estaba tan cerca y a la vez tan lejos. Invertí todas mis fuerzas en alcanzarla, fuerzas que cada vez eran menos. La altitud, el frío y la falta de comida me acompañaban en esta última batalla. Hice un último esfuerzo y lo intenté, busqué todas las opciones, pero no pude alcanzarla, a tan solo dos largos de cumbre y con mal tiempo de nuevo, no tuve más opciones que bajar. Bajar como pude ya que las energías que quedaban eran casi inexistentes.
Sigo recuperándome poco a poco de esta dura experiencia, tanto física como mentalmente, 18 días en la pared pasan factura. La lucha interior ha sido grande y todavía continúa. Sigo ordenando todo lo vivido en mi cabeza y pronto podré contároslo con mayor detalle“.