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La eliminación de referencias franquistas del callejero de Santander sigue empantanada 15 años después

Monumento conmemorativo de la conquista de Sevilla, con el 'víctor' franquista, en Santander.

Javier Fernández Rubio

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En Cuatro Caminos, al término de la Alameda de Oviedo, hay un monolito que, vuelto hacia la calzada, rememora la conquista de Sevilla e incluye un 'víctor', un símbolo que fue utilizado durante toda la dictadura franquista como representación de la victoria militar del dictador en 1939. Dado que el símbolo no es fácilmente accesible ha pasado desapercibido, pero en Santander hay todavía numerosas referencias en el nomenclátor del callejero a figuras militares de la sublevación y otros recuerdos del franquismo repartidos por edificios, plazas y calles.

Cerca de 15 años después de que se retirara la estatua ecuestre de Francisco Franco de la Plaza del Ayuntamiento, y se iniciara el proceso de eliminación de la simbología predemocrática, la tarea aún sigue pendiente y no tienen visos de salir de la situación de empantanamiento en que se encuentra con 15 calles que aún deben de cambiar su nombre.

Hace escasos días, la directora general de Cultura de Santander, Eva Fernández, vinculada a la órbita de gestión municipal de Ciudadanos, mantuvo una entrevista con la alcaldesa de la ciudad, Gema Igual (PP), para desbloquear el asunto y terminar el proceso, visto que hay dos nuevas leyes de Memoria Histórica aprobadas o en ciernes, una autonómica y otra estatal, esta aún en trámite en las Cortes.

Transcurridos tres años de legislatura, el socio del PP en el Ayuntamiento de Santander quiere que se salga de la parálisis y cerrar definitivamente este capítulo, pero al otro lado se encuentra un partido que es el que ha de acometer los cambios a través de la Alcaldía, que debe llevar la iniciativa, pero que no la toma. Un portavoz de la formación naranja asegura al respecto que “Ciudadanos está interesado en cumplir la ley y nosotros no vamos a ser un obstáculo para que se hagan los cambios”.

Sin embargo, aún quedan 15 calles en la capital cántabra con nombres de figuras o acontecimientos relevantes del franquismo, como el Paseo del General Dávila. Son prácticamente la mitad de las que había cuando en 2008 se acometiera el simbólico acto de retirada de la estatua ecuestre de Franco de la Plaza de Ayuntamiento. Hace dos años PSOE y Unidas por Santander (UxS) registraron la convocatoria extraordinaria y urgente de la Comisión de Acción Cultural y Promoción Educativa del Pleno del Ayuntamiento, cosa que no se ha producido.

No solamente no se han retirado los nombres del franquismo, sino que sigue congelada la incorporación de nombres tradicionales y de mujeres, ya que hubo un acuerdo unánime en 2017 para que el callejero tendiera a la paridad paulatinamente, toda vez que la mayor parte de las referencias actuales a mujeres son a santas o vírgenes.

Los últimos movimientos producidos en Santander datan de noviembre de 2015. Aquel año, el Pleno de la Corporación acordó por unanimidad adoptar las medidas oportunas para determinar las menciones, nombres o símbolos que se debían retirar o cambiar. Encomendó la tarea al Consejo Municipal de Cultura y más concretamente a su Comisión de Historia y Patrimonio. Esta propuso eliminar el nombre de 18 calles y en otros siete casos mantenerlo, pero con pequeños cambios.

Dos años después, en 2017, y tras establecerse unos criterios objetivos a la hora de operar con las nuevas denominaciones, quedó reformado el Reglamento de Títulos, Honores y Distinciones Oficiales de la ciudad, que es donde están los criterios a la espera de que alguien los aplique.

En concreto, el artículo 24 del reglamento de Títulos, Honores y Distinciones Oficiales indica que se deberán conservar o recuperar las denominaciones antiguas u originales; establecer como prioritarios los nombres femeninos, con el objetivo de tender un equilibrio en cuanto a presencia de hombres y mujeres en el nomenclátor. “No se concederán denominaciones que contravengan la legalidad vigente ni a personas físicas no fallecidas y, en el caso de nombres de personas, deberán corresponder a figuras de relevancia, pudiendo la Comisión de Cultura pedir informes que avalen su excelencia”, refleja el texto.

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