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La Mesa de Movilidad de la Bahía defiende que el debate en Santander sigue estando en el conflicto entre peatón y coche

Tramo semipeatonalizado de la calle Ataúlfo Argenta cortado al tráfico por las obras del nuevo museo del Banco Santander.

Javier Fernández Rubio

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La Mesa de Movilidad de la Bahía de Santander, ante la próxima reforma de la ordenanza reguladora de las terrazas en la capital cántabra, considera que el problema de fondo sigue planteándose en términos de la relación entre peatones y vehículos, entre espacios peatonales y calzada, por lo que la reforma, que “llega tarde”, puede ser una oportunidad para que el peatón gane espacio a costa de los coches.

Gabriel Moreno Campo es miembro de este foro de debate y participación y considera que la futura reforma de la ordenanza de terrazas en Santander “llega tarde” por cuanto debiera haberse debatido y aprobado en junio de 2020 coincidiendo con el final de la desescalada.

En todo caso, el anuncio actual de su reforma puede abrir un debate sobre el espacio público de Santander, planteándose el 'conflicto' no tanto en términos de disputa entre hosteleros, comerciantes y peatones, sino entre los usuarios de zonas peatonales y las zonas reservadas a los vehículos. “Se ha trasladado el conflicto entre el peatón y el coche al conflicto entre patrón y hostelero, cuando el objetivo final es el primero”, ha señalado Moreno Campo.

Hay una relación directa entre movilidad sostenible y salud pública, asegura el integrante de la Mesa. “Con la pandemia hemos aprendido que esta tiene mucho que ver con los ecosistemas”, ha dicho. De ahí la singularidad de los debates sobre la regulación del espacio público ciudadano con consecuencias inmediatas, toda vez que a partir del 30 de mayo es aplicable una limitación de la velocidad en los centros de las ciudades y, en 2023, estas han de tener implantadas ya zonas de bajas emisiones. Ellos requerirá cambios de diversos tipos, entre ellos los urbanísticos como peatonalizaciones y puede ser, a juicio de la Moreno Campo, una buena ocasión para redefinir el reparto de papeles y, más concretamente, en recuperar espacio de la calzada.

El año de la pandemia en Santander ha supuesto decisiones como la mayor ocupación de los espacios del peatón por terrazas hosteleras, pero también de la calzada. Ello ha generado un debate sobre la apropiación del espacio público y la posible consolidación de la excepcionalidad por COVID en la nueva ordenanza que está por aprobarse. Sin embargo, la propia experiencia de ocupación de las calzadas por terrazas hosteleras ha planteado la posibilidad de que aquellas sean también recuperables para la vialidad de los peatones.

La Ley de Cambio Climático que se encuentra en trámite en el Senado a punto de su aprobación plantea, asimismo, la posibilidad de convocar asambleas ciudadanas para el debate de iniciativas, lo que para la Mesa de Movilidad pudiera organizarse a nivel de barrio y convertirse en una realidad a corto y medio plazo.

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