Esther Bolado (PSOE), alcaldesa de Camargo: “No vale todo ni que para llegar tengas que utilizar artimañas y mentiras”
Esther Bolado, (Escobedo, 1974) es alcaldesa de Camargo desde 2015, cuando accedió al poder gracias a un pacto con el PRC, IU y Ganemos tras un polémico pleno de investidura en el que tuvo que ser escoltada por la Policía Local. Después de una legislatura tormentosa, en la que el nivel de crispación y enfrentamiento con el actual diputado nacional y candidato del PP en las elecciones municipales, Diego Movellán, sobrepasó muchos límites, en los últimos comicios de 2019 consiguió revalidar la Alcaldía, en este caso tras un pacto en solitario con los regionalistas, y tras haber mejorado sustancialmente su apoyo en las urnas y convertir al PSOE en la fuerza más votada.
Camargo es un municipio de amplia tradición socialista y que ha tenido tradicionalmente un alcalde o alcaldesa del PSOE a lo largo de su historia democrática, con la excepción de la legislatura en la que gobernó Diego Movellán con mayoría absoluta. Ahora se volverán a enfrentar en las urnas y Bolado lo tiene claro: “A estas alturas, nuestra relación es irreconciliable. No vale todo ni puede ser que para llegar tengas que utilizar artimañas y mentiras. Sobre todo, mentiras”, expone. Después de un episodio judicial impulsado por el PP y relacionado con su anterior etapa como presidenta de la Junta Vecinal de Escobedo, que se ha resuelto con un auto muy contundente a su favor, considera que han intentado arruinar su imagen pública y apartarla de la carrera política de forma irregular. Por eso, advierte: “Si no eres capaz de respetar el resultado de las urnas, no puedes ser político”.
Son dos legislaturas consecutivas las que lleva ejerciendo como alcaldesa de Camargo. ¿Qué balance hace de este periodo?
Si echo la vista ocho años atrás, creo que han cambiado mucho las cosas. Al llegar era alguien que empezaba en el Ayuntamiento, mientras que ahora soy consciente absolutamente de todos los problemas de los vecinos, sé cómo funciona la Administración y tengo un conocimiento profundo de cada rincón del municipio. El balance es positivo, por supuesto en lo personal, pero creo que también a nivel político. Hemos tenido una coalición con el PRC que ha sido muy buena, exceptuando el incidente que hemos tenido por la gestión del contrato de basuras, pero la relación ha sido extraordinaria tanto en lo personal como en lo político, y eso nos ha permitido estar hoy aquí y haber hecho lo que hemos conseguido hasta ahora. Como ocurre en la vida, todo se puede mejorar, y para ello, cuanto mejor sea el resultado el 28 de mayo, más posibilidades de desarrollar los proyectos que tenemos pendientes.
¿Cuál son esos planes de futuro para el municipio?
Camargo está evolucionando, se está modernizando y estamos atendiendo a los vecinos de todas las edades, aunque vamos a incidir en los problemas de la juventud. También vamos a mejorar el casco urbano, donde viven 22.000 personas, aprovechando ese cubrimiento de las vías que nos va a permitir humanizar las calles, generando además nuevas plazas de aparcamiento. Estamos en un buen momento, porque la situación económica del Ayuntamiento de Camargo es extraordinaria. Llevamos desde 2015 con todas las tasas e impuestos municipales congelados, pero incluso así generamos remanente para abordar grandes proyectos. La gestión económica ha sido perfecta en este sentido y nos permite pensar en todos los proyectos que tenemos por delante.
Su etapa al frente del Ayuntamiento de Camargo no pudo comenzar de manera más abrupta, en un pleno lleno de descalificaciones y del que tuvo que salir escoltada por la Policía. ¿Esa crispación política ha desaparecido del municipio o teme que regrese el mal ambiente en esta campaña electoral?
La primera legislatura fue muy complicada. El día de la investidura fue solo el principio, porque durante cuatro años estuve recibiendo continuos insultos por parte del portavoz del Partido Popular en aquel momento y actual candidato a la Alcaldía. Tengo un dossier ahí que así lo atestigua... Ahora mismo la situación está tranquila. Hemos vivido una legislatura en la que todos los grupos se han comportado. Esa debe de ser la base de la política: el respeto. Independientemente de que cada uno defienda sus posturas, la línea del respeto hay que mantenerla. Así es como yo entiendo el ejercicio de la política. Se puede ser muy duro, defender lo que piensas, pero siempre respetando al prójimo. ¿Qué va a pasar ahora? La campaña va a ser tranquila, porque interesa, pero desde el primer día de legislatura seguramente se va a ver otra vez el modo de actuar que tienen algunas personas, especialmente el candidato del Partido Popular, que tiene una incontinencia verbal que es intrínseca en él y que no va a poder evitar. Es muy lamentable, porque no vale todo en la vida. Se llega a través de la urna, y si no eres capaz de respetar el resultado de las urnas, creo que no puedes ser político.
En la vida hay que dar segundas oportunidades a la gente, pero yo a Diego Movellán (PP) le he dado más de tres, de cuatro, de cinco oportunidades... A estas alturas, nuestra relación es irreconciliable
En 2019 inició su discurso de investidura pronunciando las mismas palabras con las que comenzó en 2015, ya que entonces no pudieron ser escuchadas en el salón de plenos como consecuencia de los insultos, de los gritos y de las faltas de respeto que se produjeron. Siempre ha señalado como responsable de aquel escrache a Diego Movellán, que vuelve a presentarse como candidato del Partido Popular. ¿Su relación es irreconciliable?
Rotundamente, sí. Rotundamente, sí. Alguien que ha estado todos estos años insultándome, pasando cualquier límite en política, metiéndose conmigo a nivel personal, con mi familia, que alienta en las redes sociales a que vengan al Ayuntamiento a insultarnos, a tirarnos con piedras... Todos esos comentarios están registrados, no miento, ahí están. Todo eso no vale. Y la última, que esté detrás de lo que han hecho con la denuncia que nos pusieron por nuestra gestión en Escobedo, que está él detrás, con el único objetivo de que me abriesen juicio oral para que no me pudiese presentar a las elecciones... No se puede permitir algo así. Les he dado muchísimas oportunidades, porque yo creo que en la vida hay que dar segundas oportunidades a la gente, pero yo a Diego Movellán le he dado más de tres, de cuatro, de cinco oportunidades... A estas alturas, nuestra relación es irreconciliable. No vale todo ni puede ser que para llegar tengas que utilizar artimañas y mentiras, sobre todo, mentiras.
Señala directamente a Diego Movellán como el “instigador” de la denuncia judicial contra usted que se acaba de archivar por sus años como presidenta de la Junta Vecinal de Escobedo. ¿Cree que ha sido una estrategia para intentar acabar con su carrera política antes de las elecciones?
Sí, sin duda. Cuando comenzaron con los trámites de la denuncia, no solo a nivel particular, sino a nivel político, a través del Partido Popular, intentamos hablar con ellos para parar la denuncia, porque no había nada. Precisamente, uno de los miembros de la Junta Vecinal de Escobedo que ha interpuesto la denuncia ha estado siempre allí y ha firmado continuamente todos esos documentos que decían que no existían o que estaban mal hechos. Sin embargo, cuando va a declarar, reconoce que está todo bien. Ante esa declaración como testigo, se cae todo por su propio peso. Es tan rotunda la resolución del juez que llega a decir en su escrito que “gestión tan transparente no ha podido existir”. ¿A qué estamos jugando? Se intentó hablar con él a través del Partido Popular y no quiso. Fue una estrategia.
El auto con el que se ha archivado el caso es muy contundente. Sin embargo, la apertura del juicio oral hubiera complicado su candidatura al frente de la lista del PSOE. ¿Llegó a temer esta posibilidad?
Los estatutos de mi partido están claros, y si se hubiese abierto un juicio oral yo habría tenido que dimitir. Que te abran juicio oral no es tan complicado, es relativamente fácil que el juez hubiera dado traslado, pero como era tan claro, tan claro, tan claro, no se produjo. Y yo tengo tan claro quién soy y lo que no haría nunca, que confiaba plenamente en la justicia y en que esas diligencias se iban a cerrar antes del juicio oral. Siempre queda esa posibilidad y esa duda. Tú estás al 99% seguro, pero ese 1% existe y me puede tocar a mí. Y sobre todo, lo que no se puede perdonar es el daño colateral. Hay una familia, mis padres, mis hermanos, mis tíos, que han sufrido. A mi padre lo tuve que llevar a Urgencias el día que vio la noticia. A mí me han acusado de ladrona, de ser una delincuente, de llevarme dinero de una subvención que iba para el Escobedo. Eso lo ven tus padres, y el que te denuncia es tu vecino de enfrente. Es muy difícil de gestionar. Y te pregunta tu familia por qué hacen eso, porque es inentendible, sobre todo, cuando has hablado con ellos y conocen la verdad. No se puede perdonar porque el daño está hecho. No puedo perdonar al Partido Popular, a las personas que me han puesto la denuncia. Me lo han hecho pasar muy mal y se ha jugado con mi honestidad, que es lo más importante que tengo como persona. Como voy de frente y me gusta decir la verdad, se lo he dicho: que no me vuelvan ni a mirar a la cara.
La diferencia en el respaldo electoral que obtuvo entre 2015 y 2019 fue notable, convirtiendo de nuevo al PSOE en la primera fuerza política, con más votos y más concejales que en la anterior convocatoria. ¿Cuál es su objetivo para el 28M?
Seguir siendo la lista más votada, por supuesto. Siempre que te presentas a unas elecciones, después de estos años de gestión, quieres mejorar el resultado. No sé cuánto se podrá mejorar. El voto está muy fraccionado y sacar mayoría absoluta está muy complicado, pero estoy convencida de que vamos a mejorar los resultados. Van a concurrir seis formaciones políticas. En 2019 sacamos ocho concejales, pero quedamos a las puertas del noveno por unos pocos votos. Tengo buenas sensaciones en la calle, con la gente. Es mi percepción. En 2019 también las tenía y se tradujeron en votos. La gente valora que seas una persona cercana, accesible. No sé si será suficiente para gobernar en solitario, creo que no va a ser posible, aunque nunca puedes renunciar.
Dice que no duda en que va a mejorar sus resultados. ¿No puede sufrir el desgaste de la gestión en una legislatura tan complicada como esta?
Evidentemente, siempre hay un desgaste en el poder. Sin embargo, esta legislatura la divido en dos fases, y la primera fue la etapa de la pandemia. Creo que este Ayuntamiento y esta Corporación estuvieron a la altura. Todos los concejales. Nos volcamos en que a ningún centro de salud ni a las residencias les faltase nunca un EPI. Ya fuesen batas, mascarillas, gorros, guantes... Todas las semanas, la alcaldesa, en su coche, bajaba a las residencias todo el material necesario para proteger a las personas mayores y al personal sanitario. Y trabajamos codo a codo con Austral en unas mascarillas que conseguimos llevar a todos los vecinos. Trabajamos todos los concejales, y quiero incluir ahí a todas las formaciones políticas. Ahí sí que estuvimos unidos. Conseguimos llevar una mascarilla en el peor momento a todos los habitantes. Una mascarilla lavable, reutilizable, testada por Sanidad.
PSOE y PRC tenemos claro que no podemos echar al traste siete años y medio por un momento puntual, que ha sido duro, pero que tenemos que superar. Ahora mismo nuestra relación personal es buena y la relación política se está reconduciendo
A principios de año tuvo que revocar de su cargo al que fuera candidato del PRC en Camargo, Héctor Lavín, que además ha sido expulsado de su partido por su posición sobre el contrato de basuras del municipio. ¿Cómo son ahora las relaciones con el PRC tras esos choques que se han producido en la recta final de la legislatura? ¿Es posible reeditar la coalición?
El cese de Héctor Lavín es un tema interno del PRC que yo he cumplido porque era mi obligación. Hubo un expediente disciplinario y yo solo hice lo que su partido mandó. Sí que hubo un desgaste, eso no hay que ocultarlo. Lo que pasa es que con el PRC tenemos que ser inteligentes. Tenemos que pensar que hemos estado gobernando ocho años, que creo que han sido muy buenos para los vecinos, en los que hemos hecho grandes cosas. Y en los que ha habido una relación personal y política fantástica, de respeto y de estar de acuerdo en prácticamente todo. Sí que es cierto que estos meses ha habido un desgaste personal y político entre las dos formaciones. Dicho esto, también es cierto que nos hemos sentado a hablar, que tenemos claro que no podemos echar al traste siete años y medio por un momento puntual, que ha sido duro, pero que tenemos que superar. Tenemos que estar por encima de todo esto y pensar en lo que es mejor para los vecinos. Hemos sabido reconducirlo y ahora mismo nuestra relación personal es buena y la relación política se está reconduciendo.
Me gustaría conocer su versión sobre ese polémico contrato de recogida de basuras que ha puesto en peligro la coalición de socialistas y regionalistas y estuvo a punto de romper el pacto de gobierno.
Fue sorprendente. Nosotros llevábamos dos años trabajando en ese expediente, que era encargado además el teniente alcalde y concejal de Contratación, Héctor Lavín, del PRC. Ese expediente ya había pasado por el Tribunal de Recursos Contractuales varias veces, había pasado por Comisión y por Pleno varias veces... y no había ningún problema. Y en ese último Pleno, a escasos minutos antes de empezar, me entero de que tanto mi socio de gobierno como Ciudadanos iban a votar en contra. Yo pregunto que por qué. Si algo tengo claro es que yo he ido a ese Pleno con absolutamente todos los informes favorables. ¿Qué significa eso? Que todo estaba avalado por el secretario municipal, que es el garante de la legalidad. ¿Qué pasó en el procedimiento? Que simplemente por un error de forma a la hora de contratar a una empresa externa para que hiciera una valoración es cuando el Tribunal de Recursos Contractuales nos ha dicho que teníamos que volver a empezar. Ese es el resumen. En todo este tiempo ha habido un desgaste enorme, se han dicho auténticas barbaridades en el Pleno y se han intentado vincular cosas que no son ciertas. Es un simple error de forma.
Entre los proyectos de legislatura se encontraba la aprobación definitiva del Plan General de Ordenación Urbana, que deberá esperar a la próxima Corporación tras las elecciones. ¿En qué punto se encuentra su tramitación?
El documento lo tenemos ahora mismo en el Ayuntamiento, se están contestando las alegaciones, y una vez que se haga eso, saldrá a exposición pública para su aprobación definitiva. En ese momento estamos. Es cierto que el objetivo era aprobar el Plan General esta legislatura, pero con dos años de parón administrativo por la pandemia ha sido inviable poder ejecutarlo. Nuestro compromiso es que en el primer año o año y medio de legislatura lo tengamos aprobado. El Plan General está muy acotado. Por nuestra situación geográfica estamos afectados por 27 informes sectoriales que dejan muy poco margen para hacer nada que no se ajuste a eso. En la parte política que sí podemos aplicar son dos cosas muy importantes las que hemos hecho: la reserva de un millón de metros cuadrados de suelo industrial para poder crecer, porque tenemos todo, puerto, aeropuerto, las autovías... Tenemos la mejor posición posible dentro de Cantabria. Y por otro lado, la reserva de suelo para hacer vivienda asequible, como el ejemplo de María Blanchard y la zona de Cros, con esas 1.200 viviendas sociales en la que hoy en día es la mejor zona para vivir de Maliaño.
Los ayuntamientos no podemos tardar en aprobar un Plan General ocho o diez años, porque se ha quedado viejo, está desactualizado. Tenemos que hacer una reflexión conjunta y ser más ágiles
Precisamente sobre la vivienda, que se ha convertido en los últimos días en el tema de campaña a nivel nacional como un problema estructural de nuestro país, ¿cómo están trabajando desde Camargo para aportar soluciones?
Como te digo, nosotros lo tenemos recogido en ese documento desde hace ocho años. El problema que tenemos los ayuntamientos es que somos la Administración más cercana, la que mejor conoce los problemas de los vecinos, pero al final no tenemos competencia en muchas materias que podríamos gestionar. Si nos lo permitieran, seguro que esto también lo íbamos a saber gestionar bien. Y hay otro problema, y es que ningún ayuntamiento es capaz de aprobar un Plan General. Muy poquitos lo consiguen y no todos haremos las cosas mal... Algo está pasando. Todo tiene que estar ajustado a la ley, y no puede ser que llegue a ciertos departamentos y digan que no les gusta. Tenemos que dar una vuelta de tuerca. No podemos tardar en aprobar un Plan General ocho o diez años, porque se ha quedado viejo, está desactualizado. Tenemos que hacer una reflexión conjunta y ser más ágiles.
Camargo es un municipio con unas condiciones geográficas muy peculiares, porque tiene un casco urbano muy habitado, con un núcleo de población en lo que consideramos una ciudad propiamente dicha, y pueblos con un entorno rural con características propias. ¿Cómo se gestiona desde un ayuntamiento unas necesidades tan distintas?
Es muy complicado. Lo más sencillo es el casco urbano. Lo más difícil, los pueblos. Llevar servicios públicos ahí es muchísimo más caro. Un ejemplo sencillo: con dos o tres personas barriendo el casco urbano, lo mantienen limpio. En los pueblos eso es inviable. Yo vivo en un pueblo, en Escobedo, que es el más grande de todo el valle, el que más alejado está y el más rural. No podemos pretender que en la carretera de un pueblo no haya una hierba. Es imposible. Y el camión de basura igual no tiene que pasar todos los días, porque el contenedor está por la mitad. Lo que más complicado tenemos de gestionar en los pueblos es la comunicación. Tenemos transporte urbano, que es público, pero que va a ser muy difícil de mejorar la comunicación con Maliaño porque las rutas son muy largas. Si quieres llegar a todos los sitios, es complicado. Por lo demás, en todos los pueblos hay actividades, porque en todos hay un centro cultural público, hay instalaciones deportivas municipales, infraestructuras de todo tipo...
Lo que tiene que transformar el casco urbano de Maliaño es el proyecto de soterramiento de las vías de tren en el caso urbano, una vieja reivindicación que parece que no tiene vuelta atrás. ¿Está satisfecha con la solución aportada por ADIF?
Estoy muy contenta, la verdad. Cuando fui a Madrid a la última reunión, que me dejaron ver la imagen del proyecto, me emocioné. Hay mucho trabajo detrás. Creo que es la obra más importante para transformar todo el casco urbano y humanizar las calles. Va a unir un casco urbano que está separado no por una vía, sino por dos. Y va a permitir dar solución a uno de los grandes problemas que tenemos, que es el aparcamiento. Tenemos muy pocas posibilidades de crear aparcamientos disuasorios, y debajo de ese doble cajón habrá un gran aparcamiento subterráneo público, que va a permitir ir transformando el caso urbano y que poco a poco los vehículos, como marca la Unión Europea, vayan saliendo de la ciudad. Pero para poder hacerlo, hace falta aparcamiento cercano de las casas de los vecinos. Además, el día de la presentación del proyecto me comprometí a que en cinco años esa primera fase esté hecha.
Es decir, dos legislaturas...
La primera fase. Por lo menos se va a empezar a ver esa transformación. La modernización de esas calles tiene que empezar al mismo tiempo, ir acorde para dar sentido y uniformidad a todo lo que se va a hacer.
En esa mejora del casco urbano que promete, y en un municipio con una parte muy industrial, están pendientes medidas de mejora del medio ambiente y de recuperación, como ocurre en la ría. ¿Qué se puede hacer ahí? ¿Se puede minimizar el impacto de las empresas implantadas en la zona?
Dos partes... En el cubrimiento de las vías, yo estoy empeñada en que haya una gran zona verde, y sobre todo, a la vez que se renuevan las calles, lo que hay que hacer es ir dotando de zonas verdes y de arbolado acorde a la población y al municipio en el que vivimos. Hay un entorno que está industrializado y necesitamos especies que puedan convivir, que sean buenas para los vecinos. Es una fijación personal, crear esas zonas verdes con plantas y árboles con las características que requiere nuestro municipio. Y en cuanto a la ría, hay un proyecto muy interesante con la Asociación Ría. Hay avances muy importantes en cuanto a cómo podemos descontaminar. Hay que hacerlo realidad. Ya se hacen muestreos en pequeñas zonas. Ahora vamos a hacer una gran balsa, para ver cómo funciona a través del carrizo, esta planta que absorbe los metales pesados a lo largo de todo su tallo y que lo deja contenido dentro. Esas pruebas en las balsas se quieren trasladar después a la ría. Pero también tengo claro que se tiene que volcar la actividad industrial que lleva más de cien años ahí, en este caso, Ferroatlántica, que tiene que aportar, el Gobierno de Cantabria se tiene que implicar, y el Ayuntamiento de Camargo también lo va a impulsar y va a aportar, pero si no se hace en común con todas las administraciones y la empresa, no va a ser viable descontaminar la ría. Debemos apostar por este proyecto porque es muy importante.
¿Cómo le gustaría ver a Camargo dentro de cuatro años?
Con el cubrimiento de las vías acabado y el casco urbano del entorno con una nueva imagen, modernizado. También tenemos previsto optar a fondos europeos para renovar La Vidriera, desde la piscina cubierta hasta una nueva sala de cine con una programación para todos los públicos y espacios adecuados para las distintas actividades que nos solicitan los vecinos. Pero sobre todo, con una renovación integral del centro de Maliaño, para que sea un lugar de encuentro para las familias, con menos coches, con un comercio y una hostelería viva, que mejore la vida de los ciudadanos, con una menor contaminación, menos ruido y zonas cómodas y útiles para todos.
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