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Los opositores se preparan para un año sin fechas y lleno de incertidumbre: “El tiempo no corre a nuestro favor”

Un grupo de opositores se enfrenta a un examen antes de la pandemia.

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Cuando una pandemia pone patas arriba a todo el planeta, resulta necesario que todos desarrollemos una paciencia mayor en las situaciones cotidianas como esperar en la cola del súper o en lo que respecta a decidir si debemos ir al médico por un dolor de cabeza. Nuestra vida ha cambiado, es innegable, pero para aquellos que estaban preparando su futuro laboral antes de que estallase la crisis sanitaria, la situación puede llegar a ser incluso peor.

Hablamos de los opositores, esas personas que quieren trabajar para el Estado y que dedican años de su vida a sacarse una plaza que les permitirá desarrollar su función pública en áreas como la educación, la sanidad, o la justicia, por ejemplo. Ellos, los que no han abandonado, han tenido que comenzar a gestionar situaciones con las que nunca previeron encontrarse como un nuevo cambio de fecha por la posibilidad de rebrote, sumado a la situación de inestabilidad personal que podría acarrear un nuevo confinamiento.

Verónica, la futura jueza que ha dejado de confiar en las fechas “estimadas”

Con 24 años y un año de estudio a sus espaldas, Verónica Ventisca ya estaba preparada para realizar su primer examen “prueba” en septiembre u octubre: “Mis oposiciones definitivas serán en unos tres años, ahora me quería presentar para quitarle miedo, controlar los tiempos y ver qué tipo de preguntas son”, explica esta graduada en Derecho y Ciencias Políticas.

Sin embargo, con el estado de alarma esa previsión ha quedado retrasada -aunque no oficialmente- a febrero o marzo del próximo año, una fecha que tampoco termina de convencer a la opositora: “Los jueces están convencidos de que no se podrán hacer para esa fecha por el posible rebrote, y si eso pasa ya serían dos cambios en las fechas y un retraso considerable”, advierte.

Y es que los retrasos además de afectar psicológicamente a los opositores, lo que provocan es una acumulación de personas que se van a examinar a la vez. “Si hubiese un examen cada año me iría quitando opositores de encima: no solo los que aprueban, sino también gente que lo deja. De esta forma, cuando por fin haya exámenes iremos todos, lo que se traduce en que será más difícil sacar plaza. El tiempo no corre a nuestro favor”, reconoce.

Pese a ello, se considera “afortunada” porque esta situación le haya ocurrido después del primer año estudiando “y no en el cuarto, a las puertas de un examen que no saben cuándo vamos a tener”.

Julio, el profesor de Historia al que los infortunios le han hecho llevar diez años preparando su examen

Julio Salazar, de 34 años, comenzó a preparar sus oposiciones para profesor de Secundaria de Geografía e Historia en 2010, pero con motivo de la crisis económica del 2008 estas se suspendieron y los siguientes exámenes no llegaron hasta 2016. “Esa época me pilló trabajando, no me lo preparé bien y suspendí, luego en 2018 ya aprobé”, relata. Este año volvía a tener la oportunidad de sacar plaza y se había preparado “a conciencia” para conseguirlo: “En un principio, cuando nos dijeron que lo cambiaban al año que viene me fastidió, pero ahora pienso que tendré un año más para consolidar conocimientos”, indica.

Por el contrario, y pese a su optimismo innato, está de acuerdo con Verónica en que “a la hora de la verdad” el retraso les afectará negativamente. “Calculo que nos presentaremos el 95% de los que nos hemos presentado hasta ahora -siempre hay gente que lo deja porque encuentra trabajo u otros motivos-, pero a eso tenemos que sumarle las nuevas generaciones que acaban de terminar de estudiar y las que, por circunstancias económicas de la pandemia, se van a tener que preparar otro camino profesional”, señala.

En su caso, prefiere no pensar que el rebrote podría interferir en sus nuevos exámenes, que están programados para julio de 2021: “Cuanto más tiempo pase, y aún queda un año, más cerca estaremos de encontrar un tratamiento paliativo para el coronavirus”, relata esperanzado. De momento Julio ni se plantea tirar la toalla pese al esfuerzo y tiempo invertido: “Está costando más de lo que esperaba, pero llevo deseándolo desde Bachillerato y confío en que lo voy a conseguir”, finaliza.

Las academias reclaman que la Administración se prepare para acoger los exámenes en la 'nueva normalidad'

Montserrat Peña es la directora de la Academia Códice Cantabria, un centro de formación y preparación de oposiciones de Santander. Ella reconoce que estos meses han sido “complicados” tanto por los cambios de fechas y la incertidumbre, como por tener que adaptarse “rápidamente” a las plataformas digitales para poder dar clase.

A pesar de eso, reconoce que han perdido un 10% de los alumnos en este periodo y su principal reclamo es que la Administración comience a prepararse para acoger las pruebas en la 'nueva normalidad'. “Al igual que están haciendo la EBAU o los exámenes en la universidad, para las oposiciones también tendría que haber una salida similar separando a los alumnos, estando en lugares grandes, haciendo las pruebas en diferentes días”, explica la directora.

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