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“No percibo un acercamiento a Vox, creo que Ciudadanos demuestra que las cosas se pueden hacer de forma diferente”

El alcalde de Astillero, Javier Fernández Soberón, en la entrevista con eldiario.es. | ANDRÉS HERMOSA

Rubén Alonso

Javier Fernández Soberón (El Astillero, 1989) afronta desde hace dos meses el mayor reto de su corta pero intensa trayectoria política. Y es que a sus 30 años ostenta el bastón de mando del municipio de Astillero, tras haber ganado las elecciones presentándose por Ciudadanos después de abandonar el PP, la formación en la que militó desde joven y que le catapultó en política, descontento con el trato recibido por la nueva dirección autonómica

Soberón, único regidor del partido naranja en Cantabria, gobierna en minoría después de que las negociaciones para formar una coalición no dieran sus frutos. Pese a ello, asegura que mantiene la puerta abierta a todos los grupos y que el objetivo es alcanzar “un consenso previo” entre fuerzas para garantizar la estabilidad.

Sobre la situación de Ciudadanos a nivel estatal y sus acuerdos de gobierno en diferentes territorios como Andalucía, Madrid o Murcia, el alcalde de Astillero defiende que se “dejen a un lado las siglas” para llegar a “acuerdos programáticos”. “No percibo un acercamiento a Vox, creo que Ciudadanos demuestra que las cosas se pueden hacer de forma diferente”, opina sobre la relación de la formación de Albert Rivera con el partido de extrema derecha. 

¿Cómo definiría estos primeros dos meses en el cargo?

Apasionantes a la vez que duros. En una responsabilidad de este estilo no partes de cero, sino de una trayectoria anterior. Estamos dedicando mucho tiempo a ponernos al día antes de poder aplicar nuestras ideas o nuestros proyectos. Estos dos meses están siendo jornadas maratonianas, pero estamos encantados de tener esta responsabilidad y del apoyo que estamos teniendo por parte de los vecinos.

¿Cuáles son las necesidades más inmediatas que tiene Astillero?

A día de hoy, lo primero que tenemos que hacer es tapar agujeros porque antes de empezar a navegar es necesario poder arreglar todos los que tiene el barco. A esto me refiero con las obras, que nos hemos encontrado con un montón de ellas abiertas y con situaciones muy complicadas, a temas candentes como el 'melón' de la línea de alta tensión, el velatorio… Hay una serie de temas, como el de las piscinas, que no las hemos podido abrir hasta un mes más tarde del periodo inicial, que tenemos que poner al día como prioridad. Una vez hecho eso, que para ello estamos metiendo muchas horas ahora, podremos navegar con nuestras ideas.

¿Y tienen una hoja de ruta definida?

Donde más se ha empezado a notar nuestra gestión está siendo en la calle, en las fiestas. Nosotros somos de la idea de que a este municipio hay que volver a darle vida, de que necesita resurgir y tener mucha actividad y, quizá, en las fiestas de San Pedro en Muslera, de San Camilo o de Santa Ana, que han sido las tres últimas que hemos celebrado, se ha visto la diferencia en nuestra gestión respecto a la anterior. Ahora vienen las fiestas de Nuestra Señora y fiestas que vivimos mucho en el municipio como las de San Tiburcio, que saca al pueblo a la calle, y nuestra intención es esa, sacar el pueblo a la calle y dar mucha vida al municipio de la mano de los propios vecinos. Lanzamos siempre un mensaje que es 'queremos hacer pueblo' y, para eso, nos ayudamos del propio pueblo. Como ejemplo, con la situación económica tan delicada, sobre todo en la partida de fiestas, estamos pidiendo a vecinos, asociaciones y clubes que participen, y lo están haciendo de manera gratuita. Eso es de agradecer y estamos muy contentos con esa implicación.

De cara a la legislatura que acaba de arrancar, ¿qué supone que gobiernen en minoría a la hora de sacar adelante sus propuestas y proyectos?

En primer lugar, es la primera vez que los cinco que formamos parte del equipo de Gobierno tenemos responsabilidades de Gobierno. La media de edad de todo el grupo es de 33 años, muy joven comparándola con otros municipios y con los gobiernos anteriores de Astillero. Para nosotros eso no supone un problema, sino todo lo contrario. Estamos cargados de ilusión y lo que pretendemos es contagiársela a los vecinos y hacerles ver que otro municipio es posible. Estar en minoría para nosotros no es ningún tipo de problema, ni mucho menos, ya que creemos que tenemos la capacidad de poder llegar a acuerdos. Esto es política local y aquí hablamos de Astillero y de Guarnizo, y por encima de cualquier sigla o de cualquier color político está nuestro pueblo y están nuestros vecinos. Por lo tanto, nuestra mano siempre está tendida a la colaboración con otros grupos. De hecho, durante los Plenos que hemos celebrado hasta ahora, todos los acuerdos han salido con un consenso previo y la técnica tiene que ser esa, llegar a acuerdos previos antes de tomar decisiones.

¿Con ello cierra completamente la puerta a un Gobierno de coalición con alguna otra fuerza?

Nuestra puerta, al igual que el día después de las elecciones, está abierta a todos, a cualquier grupo. Así comenzamos una ronda de contactos con todos los partidos políticos y les animamos a sumarse. Además, así lo quisieron los vecinos, quienes nos hicieron ganar las elecciones, pero nos dijeron que teníamos que entendernos. No fue posible ante grupos que tenían más 'peros' o complejos por su parte que nosotros, pero seguimos sin tener la puerta cerrada a nadie. E insisto, lo que opinábamos ayer lo opinamos hoy, nuestro municipio necesita estabilidad bien con un gobierno de coalición o bien con apoyos puntuales en el Pleno.

¿Su socio preferente sigue siendo el PRC?

Nuestro socio preferente es cualquier grupo que quiera participar y trabajar por el municipio, ya sea IU, PP, PSOE o PRC.

¿Y, a pesar de que esas reuniones no llegaran a buen puerto para conformar un gobierno de coalición, la relación es buena con el resto de grupos?

La relación con el resto de grupos y con los 12 concejales las definiría como muy buenas. Esto es como el fútbol, lo que pasa en el campo se queda en el campo y en este sentido, creo que las relaciones personales de todo el equipo son buenas, teniendo en cuenta además que, salvo yo, el resto son completamente nuevos, nunca habían tenido la responsabilidad de ser concejal. Así que no puede haber ningún tipo de tirantez porque no ha habido tiempo para ello.

El 26M ganó las elecciones presentándose por Ciudadanos y desbancando al PP, su anterior partido que llevaba más de 20 años ganando en el municipio. ¿Qué significado tuvo esto para usted?

Nuestra victoria, la victoria de todo el equipo de Ciudadanos, ante una ola regional del PRC, ante una ola nacional del PSOE, en un municipio en el que ha ganado 24 años el PP y ante unas elecciones en las que por primera vez se han presentado nueve partidos en Astillero, que es una auténtica barbaridad, es un orgullo. Pasar este examen y que los vecinos decidan apoyarnos pese a la falta de impregnación del partido en el municipio es para sentirnos muy orgullosos y de cara al futuro muy optimistas, pero también con una responsabilidad muy grande.

¿El hecho de haber ganado por una diferencia tan holgada respecto al PP supone una ratificación del trabajo que estaba haciendo en el municipio desde ese partido y que a lo mejor no fue reconocido como debiera?

Yo siempre he defendido la política municipal como política de personas, de nombres propios. Toda la candidatura que formamos Ciudadanos, por encima de un partido en el que evidentemente estamos muy a gusto, eran las 17 personas que la integraban y todo el equipo que teníamos detrás. Con eso me quedo y por eso es por lo que la gente decidió apostar, dejando a un lado las siglas y votando a las personas. Hay que recordar que nunca antes Ciudadanos se había presentado en Astillero, lo que quiere decir que casi el 30% de los vecinos del municipio decidieron cambiar su voto y apostar por primera vez por nosotros.

¿Y a nivel particular no se lo toma como una pequeña venganza, después de haber salido del PP descontento con el trato recibido por la nueva dirección?

Yo soy una persona que pasa página muy rápido, me encanta mirar al futuro y, más aún, trabajar por mi pueblo. Cuando hace ocho años decidí adentrarme en la política, una vez acabada mi formación académica, fue para trabajar por mi municipio. Ahora que han pasado los años tengo la enorme responsabilidad y el orgullo de poder hacerlo, así que miro hacia adelante.

En los últimos días se ha hablado de que Pablo Casado podría relevar a la actual presidenta autonómica, María José Saénz de Buruaga. ¿Cómo ve desde fuera la situación actual del partido?

Ese es un tema que tienen que arreglar dentro del PP. Evidentemente, el resultado lo tendrán que analizar y ver si no ganar las elecciones, después de tantos años haciéndolo en Cantabria, es un buen resultado para el partido. Pero como digo, cada uno se tiene que centrar en su casa, analizar sus resultados y trabajar por su partido, defendiendo sus ideas y los intereses de su gente.

¿Qué valoración hace de los resultados de Ciudadanos a nivel autonómico?

Ciudadanos ha pasado de tener apenas impregnación municipal y regional, porque hay que recordar que terminó la legislatura con un solo diputado, a tener tres diputados y 30 concejales por toda la Comunidad. Por lo tanto, es un crecimiento notable. Cada vez que se abren las urnas, Ciudadanos crece y la gente nos apoya, y creo que esa va a ser la tendencia de cara al futuro y a las próximas elecciones.

En los últimos meses han sido muchas las voces críticas que se han levantado contra el actual líder del partido en Cantabria, Félix Álvarez. ¿Cree que goza de suficiente respaldo entre dirigentes y militantes?

Hubo unas primarias antes de las elecciones autonómicas en las que todos los afiliados de Ciudadanos tuvieron la oportunidad de elegir quién iba a ser su candidato a las elecciones. Hubo tres candidaturas finalmente y de ellas, la inmensa mayoría de los afiliados decidieron que Félix fuese el candidato. Por tanto, no hay mayor legitimidad que el apoyo de los afiliados y del partido a nivel nacional, como así lo trasladó el secretario de Organización que vino a Santander a refrendar su apoyo.

A nivel estatal, Albert Rivera también está teniendo que lidiar con conflictos internos que han desembocado en varias dimisiones de altos cargos por el giro a la derecha del partido y sus acercamientos a la ultraderecha de Vox. ¿Qué opinión le merece esta estrategia?

Ahí discrepo un poco contigo. El acercamiento con Vox no lo percibo. Creo que en este sentido, y al igual que en la política municipal, la democracia española ha dado un salto, ha madurado, y la prueba de ello son los resultados de estas elecciones. Si vemos los de Cantabria descubrimos cómo la gente ha votado una opción a nivel municipal, otra a nivel regional, otra a nivel nacional y otra a nivel europeo. Por tanto, España ha madurado mucho a nivel político y creo que esa tendencia también la tienen que tener los propios políticos. Es decir, ser capaces, como te decía yo en Astillero, de dejar a un lado las siglas. A nivel nacional también hay ciertas situaciones o debates de Estado que son prioritarios antes que defender unos colores u otros. Por tanto, yo no percibo un acercamiento a Vox ni mucho menos y creo que Ciudadanos demuestra que las cosas se pueden hacer de forma diferente y, por eso, yo estoy encantado de estar donde estoy.

Entonces, el hecho de sentarse a negociar en algunos territorios, como hemos visto recientemente en la Comunidad de Madrid, y firmar un documento de pacto de investidura, ¿no lo ve como un acercamiento?

No. Lo que se ha cerrado en Madrid, en Murcia o en Andalucía son unos acuerdos de gobierno que han servido para dar una solución al bloqueo político, en el que no terminaba de salir un presidente, y para llegar a un acuerdo programático, no en cuanto al reparto de sillas o de siglas, sino de programas y de una hoja de ruta. Quizá el mejor ejemplo, por el tiempo que lleva ya recorrido, sea Andalucía, donde se está viendo que las cosas se pueden hacer diferentes. Yo soy de la idea de que hay que buscar un acuerdo programático, de qué cosas hacer y de qué manera, más que de con quién te sientas en la mesa.

En un hipotético escenario en el que se extrapolase el caso de la Comunidad de Madrid o de Andalucía a Astillero, ¿como alcalde abriría la puerta a un edil o a un grupo municipal de Vox?

A nivel municipal, como dije antes, al igual que nos sentamos con Izquierda Unida, que está en las antípodas de Vox, con PP, PRC y PSOE, nos sentaríamos con todos que quisieran hablar del municipio. Porque asfaltar, por ejemplo, la calle San José no entiende de extrema derecha o de extrema izquierda, sino de sentido común. Por lo tanto, creo que eso es un debate más nacional que local.

¿Se identifica con el 'antisanchismo' de Rivera y su 'no es no' al candidato socialista?

Creo que es importante poner encima de la mesa ideas y que eso sea lo que haya que negociar. Tenemos que generar una batería de propuestas, que además Ciudadanos tiene muchas y muy buenas, y si el PSOE decide rechazarlas, que las rechace. Ese es el camino que seguiría, pero sí me parece bien mantener la postura que se defendió en campaña porque eso da mucha personalidad al partido.

¿Entonces no es partidario de imponer un cordón sanitario al PSOE a nivel estatal como el que ha aplicado Ciudadanos?

Bajo mi punto de vista, Pedro Sánchez ha hecho mucho daño a este país. Considero que un pacto con nacionalistas en Cataluña o lo que estamos viendo en Navarra son motivos suficientes para decirle 'no'. Independientemente de eso, Pedro Sánchez es una cosa y el PSOE es otra, y yo siempre he defendido que España necesita un Partido Popular fuerte, un Partido Socialista fuerte, y alternativas y partidos de gobierno como es Ciudadanos, pero hay que tener unos mínimos. Y Sánchez, con sus pactos en Navarra y Cataluña, y con ciertas concesiones, creo que ha demostrado no tener esos mínimos como para poder gobernar con él.

Y ya para terminar, volviendo al plano local, ¿cómo le gustaría ver Astillero una vez finalizado su mandato?

Dentro de cuatro años me encantaría ver a los vecinos de Astillero muy orgullosos de sentirse del municipio. Para eso es imprescindible volver a sacar a la gente a la calle, volver a crear convivencia en el municipio y ser capaces de evitar esta tendencia de que nuestro pueblo se convierta en una ciudad dormitorio, que eso sería un auténtico crimen para la vida municipal. En definitiva, me gustaría convertir Astillero en un municipio boyante, con actividad económica y, sobre todo, con mucha actividad en las calles.

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