“Esta debe ser la legislatura en la que blindemos la ciencia y servicios públicos como la sanidad y la dependencia”
Pablo Zuloaga (Santa Cruz de Bezana, 1981) mantiene un discurso cauto y no olvida lanzar mensajes de prudencia en todas sus intervenciones públicas. Aprovecha casi cada respuesta para recordar a los ciudadanos las medidas más eficaces contra la COVID-19. A pesar de la buena evolución de los datos relativos a la crisis sanitaria del coronavirus que lleva golpeando desde el mes de marzo, el dirigente socialista no se relaja. Tiene marcados a fuego los días más duros de la pandemia. Por eso, el vicepresidente de Cantabria y portavoz del Ejecutivo de coalición que su partido mantiene desde hace menos de un año con el PRC prefiere ir paso a paso. El también consejero de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte está convencido de que “la pandemia va a marcar a toda una generación” y apuesta por “una buena inyección de presupuesto público para poner en marcha la economía”. A su juicio, con la colaboración de los agentes sociales y de los principales partidos de la oposición, ese debe de ser el camino. “En Cantabria nos proponíamos algo muy ambicioso, que era llegar a un gran acuerdo social y político para salir de esta, y lo hemos conseguido”, asegura optimista sobre el Plan de Choque que el bipartito aprobó recientemente con el visto bueno de patronal y sindicatos. “A mí me gusta salir del escenario de la crispación política porque creo que no aporta nada a la ciudadanía”, subraya el secretario general del PSOE de Cantabria.
La primera pregunta es obligada: ¿Cantabria ha superado ya el peor momento de la crisis sanitaria del coronavirus o teme un repunte?
El riesgo cero no existe. Mientras no tengamos vacuna, tenemos claro que el riesgo y la exposición al virus están ahí. Creo que toda España ha aprendido estos meses escuchando a Fernando Simón. En Cantabria hemos tenido un asesoramiento excepcional desde Salud Pública, con la directora general, Paloma Navas, y el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, que han estado día a día dando explicaciones a los ciudadanos.
Más allá de poder ser optimistas, que los datos así lo indican, esos mismos datos nos obligan a ser responsables y a tener mucha conciencia social: el uso de la mascarilla, la distancia social de dos metros entre personas y el cumplimiento estricto de las medidas que señalan las autoridades sanitarias son la única garantía para saber que en Cantabria podemos seguir con datos relativamente positivos. El nivel de contagios o de hospitalizados nos permiten pensar que las cosas se han hecho relativamente bien, pero que no podemos bajar la guardia.
Los datos, en cualquier caso, permiten un cierto optimismo y la sensación general es que el sistema sanitario cántabro, y especialmente el Hospital de Valdecilla, han aguantado bien esta primera ola. ¿A qué cree que se debe?
La etapa más complicada ha sido la fase del confinamiento y en Cantabria hemos podido gozar de datos positivos, en comparación con otros territorios, por muchos motivos. Lo primero, por el esfuerzo del sistema público. No es lo mismo que una Sanidad pública como la cántabra afronte el coronavirus a que lo hagan otros sistemas sanitarios no tan bien financiados. En Cantabria invertimos 1.500 euros por habitante y año a la Sanidad pública, mientras que comunidades como Madrid o Cataluña están en torno a 1.100 euros. Evidentemente, cuando llega una situación crítica como esta, no están tan bien preparados y así lo reflejan los datos.
También hemos tenido un apoyo importante por parte de la ciencia que se hace en esta comunidad, y si algo hemos aprendido es que la ciencia es indispensable para salir de una situación como la que nos ha tocado afrontar. La colaboración del Servicio Cántabro de Salud, Valdecilla, IDIVAL y el IBBTEC ha supuesto poder hacer más test que la media, poder crear hisopos cuando no había en el mercado nacional... Eso nos ha permitido estar a partir de este lunes en la fase 2, cumpliendo los parámetros que marca el Ministerio de Sanidad, y por parte del Gobierno de Cantabria, pensar ya en esa reactivación económica tan necesaria.
Decía esta semana que desde el 5 de mayo no se ha producido ningún contagio entre profesionales sanitarios, pero no hay duda de que ha sido el colectivo más golpeado por encontrarse en primera línea en la lucha contra esta pandemia sin los recursos suficientes para protegerse. ¿Hay que hacer autocrítica?
Hemos sufrido muchas estrecheces y las primeras semanas de la gestión de la pandemia en Cantabria fueron muy complicadas, a pesar de que nosotros, como comunidad, tomamos medidas por delante incluso del Gobierno de España, que nos permitieron tener a partir de la declaración del Estado de Alarma una primera semana con datos muy moderados que permitió prepararse a nuestro sistema sanitario. Evidentemente, Cantabria no ha sido ajena a la crisis internacional en cuanto a suministros, con ese mercado persa que se montó, y a la complicación de obtener el material que queríamos. Debemos aprender de eso. La dependencia del mercado asiático para comprar materiales de primera necesidad, como son los equipos de protección individual, tiene que ser la primera lección aprendida para futuras situaciones complejas como esta.
A pesar de esas estrecheces, creo que hay que reconocer el trabajo del personal del Servicio Cántabro de Salud, en nuestros centros de Atención Primaria y en nuestros hospitales, y en el otro gran frente de la lucha contra el coronavirus como han sido las residencias. Todos han hecho esfuerzos extraordinarios, con más luces que sombras, y eso es evidente, a pesar de que estamos hablando de la gestión de una crisis que ha dejado atrás a 209 personas en Cantabria. Por tanto, es muy complejo tener un lenguaje positivo, porque estamos gestionando una situación de muchísimo dolor y muchas familias en Cantabria ni siquiera han podido despedirse a sus familiares y amigos como les hubiera gustado.
Sería imperdonable que una segunda ola de la COVID-19 volviera a sorprendernos. ¿Qué medidas se han tomado para evitar ese desabastecimiento de material básico que generó tantos problemas en los primeros días de esta crisis sanitaria?
Hay varias cuestiones. La declaración del Estado de Alarma ha sido una medida que ha protegido la vida de las personas. En Cantabria lo hemos visto claro: nuestra curva se aceleró cuando Madrid y País Vasco cerraron sus centros educativos, lo que permitió la movilidad entre comunidades, y llegaron muchas personas a visitarnos que trajeron un virus que en Cantabria no estaba con la incidencia que sufrimos después. Creo que hay que aplaudir esas medidas que impidieron la movilidad, y que serán necesarias si esto vuelve a ocurrir. Además, hay que aprender lecciones de lo sucedido. Esta semana celebramos la llegada a Cantabria de un robot que permitirá hacer, cuando esté operativo, 2.400 pruebas PCR al día. Es un primer gran paso.
También debemos aprender que nuestros laboratorios, que nuestros hombres y mujeres dedicados a la ciencia, tienen que tener mucho mejor soporte de financiación, tanto pública como privada, para garantizar que estamos preparados para afrontar problemas futuros. Ellos son los que nos están sacando de esta situación. Por eso, los incentivos, las subvenciones que se han impulsado por primera vez desde el Gobierno de Cantabria, que se vinculan en este caso a la crisis sanitaria de la COVID-19, tienen que ver con esas cosas que se aprenden y que se empiezan a trabajar. Y para aprender hay que escuchar al personal que ha estado en el frente. Se trabaja desde Servicios Sociales, junto a Salud Pública y las residencias, para estar mejor preparados ante un rebrote. Hay que mejorar todo aquello en lo que se pueda para estar mejor preparados.
Tras la crisis sanitaria, hay un consenso generalizado en que debemos hacer frente ahora a una crisis social y económica sin precedentes de la que empezamos a ver las primeras consecuencias. ¿El Plan de Choque de Cantabria es suficiente o solo un parche a la espera de un nuevo presupuesto que permita tomar decisiones más drásticas?
Es un primer gran golpe. Lo que hace falta es que el Gobierno de Cantabria sea todo lo ágil que pueda ser en la gestión de los fondos públicos. Todos coincidimos en que la mejor manera de salir de esto es con una buena inyección de presupuesto público para poner en marcha la economía. Desde la Vicepresidencia estamos trabajando en ello, y lo estamos viendo día a día en el Boletín Oficial de Cantabria. En estos últimos 15 días hemos sacado adelante una inversión superior a los seis millones de euros en cultura, en deporte, en la protección de las mujeres frente a la violencia de género... Es un trabajo que se ha hecho posible gracias a la labor abnegada de los funcionarios del Gobierno, que durante la crisis sanitaria y el confinamiento han movido quizás más papel que nunca.
Han pedido la colaboración de los agentes sociales y de la oposición para esta tarea. ¿Qué disposición están encontrando entre los partidos políticos, sindicatos y patronal?
¡Hay que ser positivos! En Cantabria nos proponíamos algo muy ambicioso, que era llegar a un gran acuerdo social y político para salir de esta, y lo hemos conseguido. El Gobierno ha hecho un planteamiento que ha pasado por el filtro de la Mesa del Diálogo Social, que ha sido muy mejorado en ese ámbito, con las ayudas a los autónomos o a las empresas que han visto sus ingresos muy mermados por la crisis sanitaria, hemos incrementando las ayudas a los trabajadores que se ven afectados por los ERTE por encima de lo previsto inicialmente con las aportaciones de UGT y Comisiones Obreras, llegando hasta los 200 euros. También en la Renta Social Básica hemos aumentado las cuantías para aquellas familias con hijos a su cargo y a aquellas que se están viendo en una situación de especial vulnerabilidad, y todos esos avances llegan gracias al acuerdo de todos.
Ahora toca desarrollar ese Plan de Choque. Las consejerías tenemos bolsas para sacar adelante las inversiones necesarias para reactivar la economía, y yo no veo otra manera mejor de hacerlo que a través del Boletín Oficial de Cantabria, poniendo obras en marcha y desarrollando programas que busquen la reactivación del consumo.
¿Podrá escapar Cantabria de ese clima de crispación que parece haberse instalado en la política española?
Bueno, es complejo. Yo soy optimista porque veo que en el día a día del Gobierno de Cantabria hay proyectos que salen adelante después de haberlos esperado muchos años. La licitación del Centro de Interpretación de las Cuevas de Puente Viesgo, antes de mí, hubo muchos consejeros que soñaron con hacerlo. Lo mismo ocurre con las obras que estamos acometiendo con el Palacio de Festivales. Después de 30 años, por fin lo estamos haciendo y vamos a dejar de tener filtraciones desde la cubierta. Son dos ejemplos. Es el momento de hacer cuestiones como estas porque, además, reactivan la economía y ponen en valor cómo queremos salir adelante, protegiendo el patrimonio de Cantabria. Estamos aquí para hacer lo mejor para los ciudadanos, más allá de que haya opiniones para todos los gustos.
Está a punto de cumplirse un año desde la celebración de las elecciones autonómicas que le trajeron hasta el Gobierno de Cantabria. ¿Se imaginaba una legislatura así? ¿Que iba a encontrarse tantas dificultades por el camino?
[Risas] No, no. Es imposible pensar algo así. Desde que entré en política me ha tocado gestionar todo lo que nunca había pasado... La verdad es que mantenemos la ilusión del primer día, aunque no ha habido tiempo de adaptación ni para disfrutar de haber llegado hasta aquí, porque hemos tenido que tomar decisiones muy difíciles en muy poco tiempo. Eso también te hace adquirir una madurez muy grande de forma muy rápida en lo que se refiere a la gestión. En esta 'cogobernanza', tanto en el Gobierno de Cantabria como en el de España, estamos sacando cosas positivas.
¿Una situación tan complicada como esta cohesiona más a un Gobierno de coalición o hace más difícil la convivencia por el distinto enfoque de las prioridades que se deben afrontar desde prismas ideológicos distintos?
Ayuda mucho. Actuando como portavoz he explicado muchas veces que, durante la crisis sanitaria, en el Gobierno de Cantabria no ha habido colores. Ha habido que sacar adelante asuntos importantes en el ámbito de la gestión sanitaria, de los servicios sociales, del empleo... todo ello pivotando desde un departamento que ha tenido un estrés brutal, como es la Consejería de Hacienda, y es cierto que sus competencias que recaen sobre el ala socialista del Gobierno de Cantabria, pero creo que hemos remado todos en la misma dirección.
Sin embargo, esta misma semana tuvo que escuchar palabras muy duras de su socio, Miguel Ángel Revilla, contra el secretario general de su partido y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que ha acusado de liderar un Ejecutivo “desnortado”. ¿Le duele o entiende esas críticas dentro del juego político?
A mí lo que me extraña es que a alguien le sorprenda que Pedro Sánchez esté en el Gobierno para cumplir su programa electoral liderando un Ejecutivo de coalición que tenía muy clara su hoja de ruta, como ha demostrado. Se han cumplido 100 días de la formación del primer Gobierno de coalición de la historia reciente de España y... se han cumplido en confinamiento. Creo que Pedro Sánchez ha tomado las mejores decisiones para preservar la salud de los españoles, más allá del coste que ha tenido esta crisis.
Pero hay que mirar hacia adelante, y claro que la reflexión que hace un Gobierno progresista como el que tenemos en España es que la reforma laboral del Partido Popular fue un lastre para los trabajadores y trabajadoras de este país y, por tanto, también para los de Cantabria. Hay que mirar al futuro pretendiendo mejorarlo. Reformar los aspectos más lesivos de esa reforma laboral está en esa hoja de ruta, más allá de polémicas.
¿Cree que será imprescindible aprobar más prórrogas del Estado de Alarma? ¿Hay votos suficientes?
Cada vez que hemos escuchado al doctor Fernando Simón, o al ministro Salvador Illa, que han actuado con total transparencia durante todas estas etapas, ha quedado claro que para Cantabria ha sido muy positivo el Estado de Alarma. Impedir la movilidad que no sea laboral entre comunidades autónomas nos ha permitido frenar la expansión del virus en Cantabria y ahora podemos estar en una circunstancia mejor. El Gobierno de España está siendo muy responsable tomando medidas y creo que si ven la posibilidad de no aplicar el Estado de Alarma porque existen otras posibilidades que garanticen la seguridad y la salud de los españoles, así lo harán. Pero hasta ahora se ha demostrado que la única manera de limitar la movilidad entre comunidades es el Estado de Alarma.
Pase lo que pase a partir de ahora, ¿esta será la legislatura de la pandemia o queda margen de actuación para evitarlo y mantener los compromisos previos?
Estoy seguro de que la pandemia va a marcar a toda una generación. Todos los que tenemos la edad suficiente para tener memoria sobre lo que hemos vivido no lo vamos a olvidar y vamos a contar a las generaciones que vengan por detrás ese miedo y ese riesgo que está ahí todavía. Pero más allá de la legislatura de la COVID-19, del confinamiento, espero que esta sea la legislatura en la que se apruebe una Ley de Transferencia de la Ciencia de Cantabria que asegure la financiación a los hombres y mujeres de nuestros laboratorios, de nuestra universidad. Que puedan trabajar para evitar estos riesgos en el futuro.
También me gustaría que fuera la legislatura en la que quedara zanjado el debate planteado desde la derecha, que dudaba de la necesidad de tener un sistema público fuerte en Sanidad o Dependencia. Creo que ese debate se ha superado y espero que aquí todos los grupos políticos defiendan una sanidad bien financiada, bien dotada, con los mejores medios. Que este no sea solamente un mensaje de los partidos progresistas que lo venimos defendiendo históricamente. Esta debe ser la legislatura en la que blindemos la ciencia y los servicios públicos de salud, educación y dependencia para, a partir de ahí, reactivar la economía.
La ciencia y la investigación se han demostrado como apuestas seguras y, sin embargo, en España han sido desatendidas claramente en los últimos años. ¿Qué puede hacer Cantabria en estos ámbitos?
Este ha sido el primer presupuesto de Cantabria en el que se lanzaba una orden de subvenciones públicas para la transferencia del conocimiento. Es un pequeño paso, 200.000 euros, que llegan directamente a los laboratorios de nuestra comunidad autónoma en un momento de especial sensibilidad. Esto es noticia ahora, pero cuando presenté el presupuesto en octubre del año pasado, y hacía estas mismas declaraciones, no era noticia. La ciencia no ocupaba un lugar importante en las prioridades de los medios de comunicación.
Creo que hay que escuchar cuáles son sus realmente sus problemas: nuestros investigadores e investigadoras tienen problemas de estabilidad, tienen problemas de agilidad, -porque las normas de contratación son tan restrictivas que llegan a perder financiación que llega de Europa, y eso hay que solucionarlo-, y no tienen una estabilidad en la financiación que les permita crecer. Cada euro invertido en ciencia reporta entre tres y cuatro de retorno. Desde el Gobierno de Cantabria vamos a seguir insistiendo con ese Pacto por la Ciencia, para que después se convierta en esa Ley de Transferencia del Conocimiento que queremos que esté en vigor esta legislatura.
Ha insistido mucho también en que en la 'nueva normalidad' será vital la cultura para recuperar el ánimo de los ciudadanos tras meses muy duros y también como motor de recuperación económica. ¿Cómo se plantea este nuevo escenario?
Es llamativo. Cantabria, al gozar de buenos indicadores sanitarios, ha sido la primera comunidad en poner en marcha la apertura de museos. La Biblioteca Central ya está abierta, esta semana próxima abrirá también la Filmoteca Regional, que será a su vez la primera de todo el país en recuperar su actividad, reabriremos los centros culturales, y programamos para el próximo fin de semana cinco conciertos en vivo. Somos la primera comunidad autónoma en dar un paso en este sentido. Es un paso valiente pero seguro. Lo hacemos convencidos de que es necesario. El público y los artistas van a disfrutar con todas las garantías de un espectáculo único y que marcará también un antes y un después del confinamiento.
El sector cultural nos lo ha dado todo durante las ocho semanas más duras del confinamiento. Nos hacían llegar a través de plataformas digitales, y de forma gratuita, canciones, espectáculos, actividades para niños y niñas... Creo que es justo devolverles mucho de ese esfuerzo creativo, porque además tienen una circunstancia peculiar. No todos los creadores están dados de alta a fecha 14 de marzo, cuando se declara el Estado de Alarma, y por tanto, se les complica acceder a las ayudas destinadas para empresas y autónomos. Hemos tenido que trabajar a su lado para garantizar que sí les van a llegar, y trabajamos de la mano del sector de la hostelería, entendiendo que la cultura va a ser un motor que va a tirar del consumo y el comercio. Empezamos con 'La Cultura Contraataca', con la apertura de museos, pero a partir de ahí vendrán las artes escénicas y todas las disciplinas artísticas, siempre con todas las garantías sanitarias y pensando en el talento creador de Cantabria.
Y en una época de estrecheces económicas, ¿cómo va a afectar la limitación del presupuesto a la cultura?
En la Consejería de Cultura hemos dedicado una partida económica para hacer frente junto al resto de consejerías a esa inversión de 50 millones de euros a la que es la primera demanda en estos momentos: la salud de los cántabros. Han hecho esfuerzos todas las direcciones generales de mi departamento, y Cultura también. A pesar de eso, hemos hecho una bolsa, el denominado Plan de Choque Cultural, que se articula a través de la campaña 'La Cultura Contraataca', que nos va a permitir cuidar al sector cultural a través de ciclos escénicos como EnREDarte, Cultura Pro, las convocatorias itinerantes por todo el territorio de todas las artes... Y por supuesto, con la especificad de cada una de ellas. Todo ese trabajo lo hemos conseguido sacar adelante en la última semana gracias a la dedicación de los funcionarios. No es poco haber movilizado más de seis millones de euros en inversiones y convocatorias públicas para poner a funcionar a todo el tejido cultural.
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