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ENTREVISTA
María José González Revuelta (PP), presidenta del Parlamento de Cantabria

“El PRC parece dispuesto a negociar, no para facilitar que al PP le salgan las cosas bien, sino por el bien de Cantabria”

María José González Revuelta, presidenta del Parlamento de Cantabria.

Javier Fernández Rubio

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María José González Revuelta (Corvera de Toranzo, 1972) es la número 2 del Partido Popular de Cantabria y la nueva presidenta del Parlamento autonómico, la casa de todos los partidos. ¿Cómo lo hará para mantener la equidistancia en su cargo institucional en una legislatura en la que el Gobierno del PP está en minoría? Asegura que tiene muy claro cuáles son los límites de su doble papel, al tiempo que, a la hora de ejercer el cargo en la Cámara, no rehuirá la mediación entre las diferentes formaciones políticas para que el Ejecutivo que preside María José Sáenz de Buruaga (PP) consiga sortear cuatro años en los que deberá negociar cada ley. En este contexto, considera que los acuerdos que hicieron posible la investidura de Buruaga y su propio nombramiento como presidenta de la Mesa, -con el concurso del PRC en el primer caso y de Vox en el segundo-, pueden prolongarse los próximos años. Todos los partidos con representación parlamentaria son, a su juicio, igual de válidos a la hora de negociar y llegar a acuerdos.

La actual secretaria autonómica del PP cántabro irrumpió en la política como concejala de Santander en el año 2007, aunque cuatro años antes ya trabajaba en el engranaje administrativo del partido. Tras ese período ha ido afianzándose en el Partido Popular de Cantabria, tanto en el ámbito orgánico como institucional. Coincidiendo con la Presidencia de Ignacio Diego (2011-2015), fue gerente de la Fundación Cántabra para la Salud y el Bienestar Social, así como de la Fundación Valdecilla. En marzo de 2017 fue designada por María José Sáenz de Buruaga como número 2 del PP. Desde 2019 es diputada del Parlamento de Cantabria, donde ha desempeñado los cargos de vicepresidenta segunda (2019-2023) y actualmente preside la Cámara.

Usted fue concejala de Movilidad en la legislatura de 2007 en el Ayuntamiento de Santander, con Íñigo de la Serna como alcalde. ¿Cómo recuerda esa etapa?

Tengo un recuerdo muy bonito porque fue mi primera oportunidad real en política, porque yo empecé en 2004 con Ignacio Diego cuando entré en el Comité Ejecutivo y fui tesorera del partido. Movilidad Sostenible entonces era algo muy nuevo y había que explicar qué era. Todo era nuevo, con mucho trabajo, porque Íñigo era un jefe muy exigente, pero fue una etapa preciosa.

Entró a trabajar en la administración del partido, luego fue concejala, luego ha trabajado para el Gobierno de Cantabria, se situó como número 2 del partido como secretaria autonómica, ha sido diputada, vicepresidenta y ahora presidenta del Parlamento. ¿Dónde se siente más cómoda, dentro o fuera del partido?

He sido al tiempo gerente de la Fundación para la Salud y el Bienestar Social, en Pedrosa, y en la Fundación Valdecilla [dependientes del Gobierno de Cantabria]. Fue una época muy complicada, porque fue justo con la crisis y hubo que hacer muchos ajustes en las empresas públicas. Luego volví a la política más interna del partido. A mí me costó gestionar el Congreso de 2017, una etapa muy complicada en la que hubo que dar mucho cariño a todo el mundo. Fue un Congreso muy convulso. Esa etapa me permitió conocer todos los pueblos de Cantabria y conocer a fondo el partido. No sabría decir cuál me gustaba más: una es gestión, la otra es más política.

¿La aspiración a ser presidenta del Parlamento surgió de usted o fue señalada por el partido?

Tengo la suerte de tener una relación cercana con la presidenta del partido, María José Sáenz de Buruaga, porque hemos vivido las dos juntas etapas complicadas en las que nos hemos tenido que apoyar mutuamente. Ha surgido de manera espontánea, no fue que nadie me dijera que tuviera que estar aquí. Si hubiera querido estar en el Gobierno, hubiera estado en el Gobierno. Hablamos entre las dos dónde era mejor en esta etapa nueva y aquí creo que me voy a poder ocupar de propiciar acuerdos.

Citaba antes el Congreso del partido de 2017, que fue tumultuoso y dividió al Partido Popular en dos facciones. ¿En qué situación se encuentra ahora? ¿Hay cohesión en el Partido Popular de Cantabria tras estos años complicados a nivel interno?

En el 2017 hubo un Congreso en el que el partido estuvo dividido en dos partes. Se ganó por cuatro votos y hubo denuncias por muchas vías de gente de dentro. Fue una etapa muy dolorosa porque eran compañeros con los que había compartido muchos años y con los que tenía una relación personal muy intensa. Y tocó unir al partido y trabajé a fondo, dando cariño a todas esas personas que no votaron a María José. De esa mitad que no votó, la mitad dijo al día siguiente que María José era su presidenta. El otro 25% llevó más tiempo. La democracia consiste en que cada uno vota lo que quiera, pero luego se les va a tratar igual y con la misma dedicación que a los demás.

Luego llegó Pablo Casado a la dirección de Madrid y no es un secreto que Cantabria no era una de las preferencias del presidente del PP...

No fue un momento fácil porque desde el primer momento, sin saber por qué, se notó que no querían contar con nosotros e hicieron todo lo posible por que no continuásemos.

¿Y cómo consiguieron sobrevivir?

En el Partido Popular de Cantabria había una cohesión interna ya en ese momento. Con el cambio de Ruth Beitia [María José Sáenz de Buruaga fue postergada en la candidatura autonómica de 2019 a favor de la atleta], la gente se aferró más a la dirección del partido y a que nadie de fuera nos tuviera que imponer lo que queríamos para el futuro; y esa etapa tan dura en que no nos pudieron echar porque el partido estaba con la dirección regional terminó con la llegada de Alberto Núñez Feijóo, quien dio libertad a los territorios para que cada uno pudiera decidir su porvenir y sus candidatos. Ahora mismo, el Partido Popular está muy unido.

¿Y financieramente cómo se encuentra?

[Ríe] Esas etapas de los partidos en los que había fondos amplios... Había mucho más dinero entonces que ahora. Cuando tienes menos diputados como nos pasó a nosotros las arcas están escasas. Hemos tenido que hacer una campaña muy austera, ayudándonos con amigos que te echan una mano con ideas. Ha sido la campaña más austera que yo recuerde.

Realmente han sido dos: la autonómica y la de las elecciones generales.

Sí, pero la de las nacionales tiene fondos exclusivos de la dirección nacional; pero la regional ha sido la más austera.

¿Tiene un sabor agridulce por el resultado de las recientes elecciones generales?

Cuando tienes a un presidente dispuesto a todo por seguir gobernando da igual que gane las elecciones o no... En ese sentido, Feijóo está haciendo todo lo posible por gobernar. Ganó las elecciones y en este país siempre quien gana las elecciones gobierna. Y ahora está intentando alcanzar todos los acuerdos posibles. Tiene el apoyo de Coalición Canaria y UPN y, aunque el PNV ha dicho que no, se va a seguir intentando para conseguir esa mayoría que permita formar gobierno.

¿Y qué puede ocurrir?

No lo sé. Creo que Pedro Sánchez está dispuesto a todo: gobernar con prófugos de la justicia, con quien no condena los asesinatos de ETA, con el comunismo, porque es el único Gobierno de Europa que está sustentado por el Partido Comunista... Otra cosa es que los partidos nacionalistas o independentistas, con vistas a que tienen elecciones dentro de un año, decidan cambiar su estrategia, pero si no... Es bastante complicada la gobernabilidad de España en estos momentos.

El Gobierno de Cantabria está en minoría. ¿Es consciente de que su papel ahora es propiciar el diálogo, la negociación y la obtención de acuerdos?

Tengo bastante claro que los ciudadanos han decidido un escenario en el que no haya mayoría absoluta y que nos obligue a llegar a acuerdos. La política es el arte de llegar a acuerdos. ¿Mi papel? Evidentemente va a ser propiciar esos acuerdos. No se va a sacar adelante ninguna ley, como la de los Presupuestos, si no se llega a acuerdos. La presidenta ya dijo en el acto de investidura: el gobierno está abierto a llegar a acuerdos con todo el mundo y cualquiera de las fuerzas representadas en el Parlamento son igual de legítimas. Se comenzó con el acuerdo de investidura, luego con el de la Mesa del Parlamento y vamos a seguir así: intentando llegar a acuerdos puntuales en la legislatura.

¿Cómo vería un pacto que introdujera a Vox en el Gobierno de Cantabria?

Nosotros durante toda la campaña electoral dijimos que queríamos gobernar en solitario porque...

Pero la vida suele complicarlo todo...

Sí, desde luego, pero queremos llevar adelante el programa de un partido moderado, que no le gustan los extremos, y vamos a intentar cumplirlo. Así lo hemos hecho en la investidura y queremos que sea así hasta el final de legislatura. Los pactos con Vox no son ninguna cosa sorprendente, es un partido más, pero no es el Partido Popular y queremos gobernar en solitario. Podemos apoyarnos en los demás partidos.

Los pactos con Vox no son ninguna cosa sorprendente, es un partido más, pero no es el Partido Popular y queremos gobernar en solitario

¿Cómo asume su papel?

Una tarea que me corresponde como presidenta del Parlamento es intentar buscar el acuerdo, teniendo en cuenta que el presidente representa a todos los cántabros.

Aunque sea un Gobierno minoritario, los primeros acuerdos con el PRC permiten barruntar que no será tan difícil llegar a más acuerdos.

Cuando se negocia, siempre tiene que haber cesiones por todas partes. La actitud del Partido Regionalista ha sido coherente durante la investidura al no querer que Vox entrara a formar parte del gobierno. Nosotros siempre dijimos querer gobernar en solitario. Esa conjunción de voluntades por ambas partes ha permitido sacar adelante la investidura. El Partido Regionalista ha trasladado que está dispuesto a negociar, no para facilitar que al Partido Popular le salgan las cosas bien, sino por el bien de Cantabria. Esperemos que eso sea así. Cuando llegue el momento de negociar los presupuestos pondrá una serie de condiciones y habrá que ver si son posibles acuerdos en ese sentido.

¿Cómo realiza esa disociación entre ser número 2 del partido y presidenta de todos?

Tengo bastante claro lo que es ser presidenta del Parlamento y lo que es la parte del partido. De momento no he tenido ningún conflicto y espero que no haya una mezcla de papeles.

Los presupuestos del Parlamento también se incluyen en los de Cantabria. ¿Va a introducir muchos cambios? Me refiero a las asignaciones de grupos parlamentarios y diputados, cambios en la sede...

Cada presidente deja una impronta de su manera de comportarse. Al último presidente [por Joaquín Gómez, PSOE] le gusta mucho el arte, pero a mí me gustaría más favorecer las cosas nuestras, lo autóctono. En el sentido interno, las asignaciones de los diputados estuvieron prácticamente congeladas desde el año 2008, con unos 60 euros que se han actualizado. Esta legislatura también han estado congeladas las retribuciones y lo mismo con los grupos parlamentarios. Ahora hay un grupo menos y las asignaciones se pueden redistribuir para que estén más cómodos. Este es el Parlamento más austero de España, junto con el de La Rioja.

¿Se incrementará el presupuesto de la Cámara?

Habrá unas actualizaciones lógicas, acordes con los tiempos en los que estamos, y hay proyectos que quedaron de la otra etapa como la renovación de la cubierta del Parlamento. Han pasado muchos meses y en ese tiempo los precios habrá que actualizarlos para ver si lo terminamos. Esta 'casa' tiene goteras en el patio y se pasa mucho calor en verano y frío en invierno...

¿Habrá cambios en el reglamento interno?

Este reglamento fue muy trabajado por los anteriores diputados, en diferentes etapas y con un consenso total. Yo creo que si se cambiase habrá que buscar el mismo consenso. Tiene que ser un texto que ha de estar vivo, para adaptarlo. La pasada legislatura ya se habló de agilizar iniciativas desde que entran en la Mesa hasta que salen porque a veces los temas quedan caducos al pasar bastantes días. Seguiremos hablándolo y, si se llega a un acuerdo, vendrá bien para una mayor inmediatez de los debates.

¿Hay muchos diputados que han pedido la dedicación exclusiva?

Lo desconozco, porque las declaraciones se envían a los Servicios Jurídicos, pero en septiembre se constituye la Comisión del Diputado y ahí se valorará si cumplen los requisitos o no. Ahora mismo lo desconozco.

¿Va a haber cambios en la organización interna de los grupos parlamentarios?

El Parlamento de Cantabria es muy austero. Hay muy poco personal dedicado al asesoramiento de los grupos. Sí que hemos estado hablado de que haya alguien más que apoye a los portavoces de los grupos y se va a dar la posibilidad de que sea voluntario. Si alguien necesita más apoyo se le puede facilitar.

Me imagino que todos lo pidan, ¿no?

Depende de las necesidades de cada uno, pero a todos se les dará esa posibilidad.

El Partido Regionalista se quedó sin introducir un cambio como el de los decretos-ley en la última reforma del Estatuto de Autonomía de Cantabria. ¿Es partidaria de una nueva reforma estando la anterior tan cerca en el tiempo?

Con las competencias que tiene Cantabria, lo que hay que hacer es ejercerlas. Ha habido bastantes años en que se ha hecho dejación de funciones en cuanto a competencias. Por ejemplo, en nuestro programa electoral llevamos la asunción de competencias de la Confederación Hidrográfica, pero ahora mismo no es una urgencia para la ciudadanía.

La figura del Defensor del Pueblo contemplada en el Estatuto está sin desarrollar. ¿Cree que ha llegado el momento?

Ahora mismo no veo que sea una necesidad imperiosa. Hay mecanismos de transparencia para reclamar al Gobierno y a la Comisión de Peticiones del Parlamento.

No entiendo bien por qué el Parlamento abona a su cuenta ciertas prebendas como el pago de las cotizaciones de la Seguridad Social del diputado...

No deja de ser un trabajador como otro cualquiera.

Al resto no se lo paga nadie.

Bueno, como una empresa paga parte de la cotización del trabajador. Se ha visto al diputado como a alguien que tiene una serie de privilegios y yo no lo veo así, de ninguna manera. El sueldo del diputado es bueno, pero tampoco es ningún abuso. Desde el año 2008 se ha subido el sueldo de los diputados 60 euros, cuando la vida ha subido un 29%. El sueldo de los empleados públicos va en esa línea. El sueldo medio de un diputado son 2.400 euros.

¿Va a introducir mejoras en materia de Transparencia? Se lo comento porque, a diferencia de lo que ocurre en otros parlamentos, en Cantabria no se hace público el destino que da cada grupo parlamentario a las subvenciones que recibe, por ejemplo.

Es una de las cosas que se pueden hacer. Hay una normativa nacional sobre el gasto de los grupos y ahora mismo, internamente, lo controla la Intervención. A lo largo de la legislatura vamos a hacer un reglamento más claro para que nadie tenga duda en cómo se gasta ese dinero y luego intentar que todo el mundo lo pueda consultar.

¿Cómo cree que se ve el Parlamento desde la calle?

Es muy desconocido porque yo me encuentro por la calle a gente que me dice que estoy en el Gobierno. Mucha gente no lo distingue de un Parlamento. Una de las tareas que tenemos que hacer es darlo a conocer. No es fácil porque hay mucha desafección a la política y porque hay mucha gente a la que no interesan estos temas, pero tiene que ser un objetivo que la gente conozca lo que hacemos aquí y, aparte de darlo a conocer, que se valore.

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