El mago Xuso y Asier Moon acaban de salir de su encierro solidario en la Plaza del Ayuntamiento de Santander. Yo he pasado por allí algunas de estas noches durante sus nueve días de encierro 24/7, y algunas mañanas, sin saber muy bien de qué iba aquello. Dos seres humanos encerrados en un contenedor acristalado, unas sillas a la espera de público y un coche nuevo en un pedestal a modo de exposición. A veces hablaban, pero no sé muy bien de qué. Aunque parecían disfrutar bastante de la situación y del encuentro con su público. Debí prestar más atención, no cabe duda, que esto de la solidaridad -y me consta que el objetivo era recaudar fondos- merece toda la atención.
En Novales, desde hace años, promocionan sus espectaculares limones mediante otro crowdfunding solidario no menos espectacular. Consiste en catar los limones sumergidos en tónica y ginebra. Vamos, un gin-tonic. Mea culpa no haber estado allí para apoyar la solidaridad practicada. No es excusa no probar el alcohol, pues una tónica con limón siempre es bienvenida.
Yo, que no corro ni para coger el autobús, me siento compungido cuando veo el derroche energético de los que corren, y corren bien, por las más variadas causas benéficas: el cáncer, la ELA, el autismo, la enésima guerra en un país cada vez menos lejano. Hay quien hasta corre por correr, lo que me hace preguntarme a qué tanta prisa y cómo volcarán su solidaridad, como no sea a través de los presupuestos de alguna institución.
El Gobierno de Cantabria se solidariza con la solidaridad de 'Supér@te', que es un reto por el cual una persona se sube a una tabla de paddle surf para completar la travesía de 100 kilómetros entre Bilbao y Santander. Me gustaría hacer lo propio con mi tabla de planchar, pero no creo que llegue muy lejos.
También se puede ser solidario sin levantarse de la silla: se puede comprar un libro cuya recaudación vaya toda o en parte a X o Y; asistir a un baile benéfico de bellezas locales o disfrutar de una proyección, un concierto, un baile o una romería por el motivo que sea, que por desgracia no falta.
Hay otros retos que son estrictamente solidarios y no necesitan del beber, del comer, ni del correr. Cabe hacer hincapié, por lo demás, que son deducibles fiscalmente, cosa que no está de más saber.
Está bien ser solidarios haciendo cosas que nos gustan. Así, se consiguen dos objetivos meritorios: hacer lo que nos gusta, como queda dicho, y encima quedar de solidarios, un ejercicio de buenismo que da prestigio y palmadas en la espalda, aunque la criptobro te ponga pingando en redes.
Yo propongo una serie de actividades que suelen darse a menudo, gratifican a sus protagonistas y, de rondón, contribuyen al bien social:
-Tirón de bolso a señora/señor (parte de la recaudación tendría un fin benéfico. La actividad puede ser controlada por alguna policía local).
-Olimpiada de la siesta (Medalla Oblómov), cuya contemplación por la ardorosa afición puede hacerse realidad previo depósito de un donativo obligatorio.
-Maratón de insultos y desplantes, para lo cual se habilitará un insultódromo y dispondrá de insoltómetros homologados.
-Atragantón hamburgueseril (el superviviente dedicará parte del premio a la hambruna en Sudán; luego puede dar una charla en un centro funerario).
-Baile de salón con traje de época (abstenerse hippies).
-Maratón de reproducción no asistida (sin comentarios).
Sobre este blog
Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
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