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Entrevista Consejera de Economía y Hacienda de Cantabria

Ana Belén Álvarez (PSOE): “La receta de bajar impuestos, tener menos deuda y dar más servicios no existe”

Ana Belén Álvarez (PSOE), consejera de Economía y Hacienda de Cantabria.

Rubén Alonso

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Ana Belén Álvarez (Santander, 1963) pasó de dirigir la Consejería de Empleo y Políticas Sociales de Cantabria a Economía y Hacienda tras un movimiento de piezas en estos departamentos dependientes del PSOE producido tras la dimisión de su compañera María Sánchez el pasado mes de abril. En su primera entrevista a este medio desde que asumió su nuevo cargo y dos semanas después de que el Gobierno de Cantabria haya aprobado su cuarto y último presupuesto de la legislatura, la dirigente socialista pone en valor el modelo adoptado en España y en esta comunidad para salir de esta crisis económica en contraposición con las políticas de recortes y austeridad aplicadas por el PP entre 2011 y 2014. En este sentido, asegura que “la receta de bajar impuestos, tener menos deuda y dar más servicios no existe”. “Es fundamental que cale aquel eslogan de hace años de que Hacienda somos todos”, defiende la consejera, resaltando que “la recaudación sirve para fortalecer los servicios públicos”.

El Gobierno acaba de aprobar su cuarto presupuesto en una legislatura atípica marcada por la pandemia primero y por la guerra después. ¿Qué lectura hace de ello?

Tener aprobado el presupuesto en tiempo y forma es fundamental, era la clave y mi primer objetivo como consejera, y se ha cumplido. Además, es un buen presupuesto, que consolida la actividad económica y la dinamización de la economía, y con en el que el tejido productivo de Cantabria será más competitivo, tendrá más actividad y podrá consolidar el empleo que se ha ido creando. Al mismo tiempo, es un presupuesto que fortalece el Estado del Bienestar, tanto en sanidad, en educación, en dependencia, en vivienda y en todas las políticas sociales. 

Durante el último debate presupuestario se esforzó en comparar la situación durante la crisis anterior gestionada por el PP respecto al actual escenario. ¿Ha quedado patente que existe otro modelo para salir de un contexto económico complicado?

Evidentemente, yo creo que los datos lo avalan. El objetivo es poder comparar cómo dos situaciones de crisis se han afrontado de manera distinta y cómo Cantabria está saliendo de esta crisis totalmente reforzada. El escudo social que aprobó el Gobierno de España, reforzado por el Gobierno de Cantabria, ha hecho que haya más empleo y menos paro, a diferencia de la crisis anterior, entre los años 2011 y 2014, cuando lo que hubo fue destrucción de empleo y recortes sociales. Por lo tanto, fue otra manera de afrontarlo y de ahí esa comparativa. La propuesta y el planteamiento de este Gobierno ha sido fortalecer el tejido productivo, pero también fortalecer el Estado del Bienestar.

Pese a que los augurios casi apocalípticos de la oposición durante estos cuatro años no se han cumplido, ¿percibe que la gente es realmente consciente de esa recuperación económica de la que habla?

El día a día nos puede a todas las personas y no nos sentamos a reflexionar. Si solamente nos paráramos a pensar un poquito, veríamos todas las medidas sociales que se han ido adoptando. Puedo mencionar, por ejemplo, en el ámbito del empleo, el salario mínimo interprofesional o la reforma laboral, y en el ámbito de la protección por desempleo, que se han incrementado las prestaciones que se recortaron en la crisis anterior. Se ha recuperado el subsidio de mayores de 52 años que se quitó y pasó a ser de 55 años y se ha incrementado la renta social básica un 15% cuando en la pasada crisis se recortó. Todas esas medidas en el contexto de una pandemia que todavía no ha acabado y de una guerra en las puertas de Europa. En Cantabria todos tenemos dificultades, unos mucho más que otros, pero la situación no tiene absolutamente nada que ver con la de la crisis anterior.

¿Cuáles son las previsiones de crecimiento que manejan?

Tenemos que tener en cuenta, básicamente, el comportamiento de la economía de Cantabria en estos tres años con datos oficiales ya cerrados. En el año 2020 Cantabria fue una de las comunidades autónomas en las que menos cayó su economía y fue la quinta que más creció en el 2021, un 5,6%, por encima de la Unión Europea. La previsión de crecimiento para Cantabria, desde la cautela y teniendo en cuenta lo que se dijo en julio sobre un otoño e invierno negros que luego no ha sido así, es que cierre el año en torno a un 4%. Para el 2023 las previsiones de crecimiento, en ese escenario también de incertidumbre por una guerra, están entre el 1 y el 2 por ciento. Y tengo que decir con las mismas palabras que la propia Comisión Europea que como se afronte la guerra se podrá salir de la situación y habrá un mayor crecimiento. La mejor manera para seguir creciendo es que haya paz en Europa. 

Según sus previsiones, Cantabria terminará 2023 con una deuda pública inferior a la registrada antes de la pandemia. Si se cumplen, ¿terminaría de demostrar que las políticas de recortes y austeridad no son la receta contra el déficit?

Es una manera de verlo desde esa perspectiva. La receta de austeridad nos dio pie a mayor endeudamiento. Vivimos en un país en el que las políticas del Estado del Bienestar son esenciales. Tenemos una sanidad, una educación y unos servicios sociales que, aunque tienen que mejorar, hay que sostenerlos en base a lo que te demanda la ciudadanía: la igualdad de oportunidades en la educación, la tecnología más avanzada en la sanidad y que las políticas sociales lleguen a las personas que más lo necesitan. Eso desde una política de austeridad fue todo lo contrario y dio lugar a mayor endeudamiento. Ahora la perspectiva es reducir la deuda, avalado por la Airef en 2023. Esa lectura puede demostrar que las políticas de austeridad dan lugar a más recortes y mayor desprotección.

Bajo su punto de vista, ¿qué hubiera ocurrido si al frente en esta legislatura hubieran estado los mismos que en 2008?

Me lo he parado a pensar en alguna ocasión. Si se hubieran adoptado esas políticas de austeridad no estaríamos donde estamos en estos momentos. El mecanismo de los ERTE del año 2020 supuso que en Cantabria hubiera 35.000 personas acogidas a ese escudo social que se tejió y que evidentemente salió del dinero de todos. Eso ha supuesto que hoy tengamos 5.000 empleos más que en el año 2019 y 3.300 personas menos en situación de desempleo que entonces. Sin embargo, en diciembre de 2013, con más de 5.000 personas en ERTE teníamos 190.000 afiliados a la Seguridad Social, es decir, se destruía empleo y había más personas en situación de desempleo. Creo que las medidas que se han adoptado y se siguen adoptando, que son numerosísimas, algo habrán tenido que ver para que ahora tengamos estos datos. ¿Que pudieran haber sido mejores? Pues seguramente, pero otros las adoptaron en aquellos tiempos de otra manera y fue mucho peor. 

¿Hay motivos suficientes para ser “medianamente optimista” como dijo en su discurso durante el debate?

En el contexto en el que estamos tenemos que tener, por un lado, la cautela y la prudencia de que no podemos alardear de nada, pero sí tenemos que marcar una hoja de ruta desde el optimismo. ¿Y por qué digo desde el optimismo? Porque tenemos que tener en ese día a día, sin perder ese horizonte de prudencia y sin negar la adversidad en la que nos encontramos, el optimismo desde la realidad en la que estamos viviendo y adoptar medidas que nos permitan seguir avanzando. Si cayéramos en esa parte negativa de todo estaríamos en una sociedad sombría y eso es lo que no podemos ser. Hay que tener ese optimismo para afrontar el día a día con las dificultades que se nos presentan para tener la serenidad de adoptar aquellas medidas que se consideran necesarias para seguir avanzando. Y creo que a lo largo de estos tres años hemos podido ir demostrando, después de lo que hemos vivido, estamos viviendo y seguiremos viviendo, que las medidas que se han adoptado algo han tenido que ver para la situación positiva en la que nos encontramos.

Las rebajas fiscales y la fórmula para aplicarlas han sido objeto de debate durante estos meses. ¿Cree que cala en la sociedad el dogma de la derecha sobre las bajadas masivas o incluso supresión de impuestos para impulsar la economía?

Hablar de la fiscalidad siempre es la parte más fácil para ser lo más demagogos posible porque evidentemente las personas quieren pagar menos impuestos. Esa es la realidad en general, pero también tenemos que ser realistas. La oposición prometió durante aquella campaña electoral del año 2011 bajar los impuestos para crear miles de puestos de trabajo y no solo no lo hizo, sino que los subió y destruyó empleo. Por lo tanto, la demagogia no es buena. Cala en la sociedad, pero las personas tienen que saber que si tenemos una sanidad, mejorable pero muy buena, sale de nuestros impuestos. La educación que tenemos sale de nuestros impuestos, el transporte público, de nuestros impuestos, la red de carreteras comarcales que tenemos en Cantabria, que es de lo mejor que tiene este país, también de nuestros impuestos. Todo lo que hagamos sale de nuestros impuestos. Por lo tanto, la receta que dicen de bajar impuestos, tener menos deuda y dar más servicios creo que no existe. Es fundamental que cale aquel eslogan de hace tantos años de que Hacienda somos todos y volvamos otra vez a reconsiderar que los impuestos directos e indirectos son para sostener y mejorar los servicios públicos. Yo no entendí en ningún momento en el debate parlamentario que la oposición dijera que somos un Gobierno “glotón” o que nos quedábamos con el dinero. ¿En qué cabeza cabe que alguien que ha gobernado esté diciendo semejantes cosas? Eso no lo entiendo bajo ningún concepto ni en el cargo que estoy ahora ni como ciudadana de a pie.

Con la partida de Valdecilla se zanja una deuda del Estado que es histórica para Cantabria y que otros no cumplieron

Precisamente en ese debate el portavoz del PP aseguró que “nunca se ha pagado tanto como se está pagando ahora en impuestos”. ¿Cuánto hay de cierto en esta afirmación?

Cantabria no ha subido los impuestos. Serán los mismos impuestos que quizá aprobaron ellos. Pero tampoco es cierto, porque el Gobierno de España, refrendado por el de Cantabria, ha rebajado el IVA, y eso repercute en los ingresos de Cantabria, que no se nos olvide. Pero es que además, la recaudación de 2022 no se tiene en 2022, porque la recaudación del IVA y del IRPF no son el ingreso de 2022, sino los ingresos que tendrá Cantabria para llevar a cabo los presupuestos de 2024. Y lo que hoy recaudemos, en 2023, será para los presupuestos de 2025, porque así es el modelo de financiación autonómica. El portavoz del Partido Popular lo sabe perfectamente. Igual quien no ha gobernado lo puede desconocer, pero quien ha gobernado lo sabe. Ni los gobiernos son glotones, ni los gobiernos se quedan con lo que se recaude, sino que forma parte de la financiación de los servicios públicos y no se queda en el bolsillo de nadie. Esa es una de las mayores barbaridades, porque si eso fuera así sería un delito. La recaudación sirve para fortalecer los servicios públicos que se prestan a la ciudadanía, los de hoy, los de mañana y los de pasado mañana.

En este presupuesto se han destinado 3 de cada 4 euros a blindar el Estado de Bienestar. ¿Qué consecuencias tendrá en áreas que requieren de especial inversión como la sanidad, con largas listas de espera y problemas en Atención Primaria?

Permitirá fortalecer el sistema sanitario en todo su conjunto, en investigación, en salud mental o respecto a los acuerdos que se han alcanzado en el ámbito sindical para la Atención Primaria. El objetivo es la mejora en la calidad de la prestación de los servicios y la reducción de las listas de espera, que es en lo que está trabajando la Consejería de Sanidad.

¿Qué supone superar la barrera de los 500 millones en inversión en esas cuentas recién aprobadas?

Supone, evidentemente, fortalecer la actividad económica, la actividad productiva, es decir, trabajar en esa transformación de la economía de Cantabria hacia una mucho más sostenible, más innovadora y más digital. Fundamentalmente va a esas líneas. Y de ese marco forman parte todas las inversiones que provienen del Plan de Recuperación y Resiliencia de los fondos europeos. 

¿Qué valoración hace de la ejecución de los fondos europeos?

Sobre la ejecución, el propio plan de recuperación tiene un marco temporal, como todos los fondos europeos. Por lo tanto, la propia ejecución ha entrado en esa velocidad de crucero de ir iniciando, bien las convocatorias de subvenciones, que ya hay resueltas, bien las licitaciones en la contratación. Tenemos que tener en cuenta que no es fácil poner en marcha ni convocatorias de subvenciones nuevas ni licitaciones de contratación por muchos motivos. Primero, porque tenemos, como no puede ser de otra manera, una legislación garantista y de control de los mismos. Los fondos europeos tienen un fin concreto y ese fin tenemos que trasladarlo de la misma manera. Aunque se habla del plan de recuperación desde 2021, la llegada de fondos es de finales de 2021, y cuando se empieza a trabajar es fundamentalmente a lo largo de 2022. Ahí empieza la ejecución a rodar y a fluir. Lo que pasa a mi entender con los fondos europeos del plan de recuperación es que no van destinados a grandes inversiones que el ciudadano vea. Es una lluvia fina que va calando. Por ejemplo, para la digitalización de microempresas y autónomos, un total de mil personas, hay destinados cinco millones de euros. ¿Algún ciudadano de a pie ve que cinco millones de euros han llegado a mil personas? No se ve. El programa piloto de la soledad no deseada en la zona de Campoo es otro ejemplo, o los planes de sostenibilidad turística que se están iniciando en cinco comarcas, y que cuando se desarrollen es cuando se van a ir viendo. O la rehabilitación de viviendas, cuando a una comunidad de propietarios le llega una subvención para la rehabilitación de su edificio con eficiencia energética, eso solo lo ve la que lo percibe. O el caso de los jóvenes del programa 'Investigo' o 'Jóvenes con talento'… Por tanto, tenemos que valorar que los fondos europeos son transformadores desde la persona individual que los percibe hasta el conjunto de la sociedad. Por eso estoy satisfecha desde el momento en que esto ya está totalmente en marcha. Hay que trabajar, no hay que dar un paso atrás y hay que seguir insistiendo en su importancia porque es muy difícil que se vea y se perciba por la ciudadanía al no ser obras de infraestructura.

¿En qué se traduce para las arcas de Cantabria que se haya terminado de saldar la deuda de Valdecilla por parte del Estado?

Es un compromiso que tenía este Gobierno con el Gobierno de Cantabria. Viene a reforzar y a refrendar que Pedro Sánchez se compromete con el Gobierno de Cantabria a abordarlo y a pagarlo como así ha sido. Se zanja una deuda que es histórica para Cantabria y que otros la debieron de cumplir y no la cumplieron. Que no se nos olvide que ha sido el Gobierno de Pedro Sánchez el que realmente se ha comprometido a pagarla. Otros también lo pagaron, es verdad, y lo dejaron de pagar y se desconoce por qué. El Gobierno de Mariano Rajoy lo tenía en sus presupuestos y no lo quiso ejecutar. El compromiso con Cantabria se truncó con él y lo recuperó Pedro Sánchez, que se ha comprometido, lo ha pagado y en el último ejercicio va a seguir estando. 

Siguiendo con los compromisos, el MUPAC y La Pasiega son dos proyectos de los que llevamos oyendo hablar muchos años. ¿Con el pago de las anualidades consignadas por el Gobierno de Pedro Sánchez están más cerca de ser una realidad?

Es una realidad, entre otras cuestiones, porque el MUPAC ya está licitado y hay un adjudicatario. Y La pasiega exactamente lo mismo. Son dos proyectos tractores fundamentales para Cantabria y hay un compromiso con el Gobierno de España que lo ha reflejado tanto en los presupuestos de 2022 como en los de 2023. Y puedo decir que tanto los 22 millones de Valdecilla, los 11 del MUPAC y los 11 de La Pasiega del ejercicio 2022 los abonaron en el mes de diciembre. Por lo tanto son hechos y realidades, y el compromiso está porque en el propio presupuesto para 2023 figura como tal.

Esta semana hemos conocido que el TSJC ha condenado al Gobierno de Cantabria por seis despidos improcedentes en el Servicio de Empleo. ¿La Administración no debiera dar ejemplo evitando este tipo de prácticas?

Hay una serie de cuestiones que hay que tener en cuenta. El indefinido no fijo no puede ser fijo, tiene que salir su plaza a una oposición, como así fue. Las personas que recurrieron suspendieron después esa oposición y ahora mismo lo que está en el TSJC es el tipo de indemnización. Pero la cuestión es que la Administración pública no puede hacer fija a una persona si no es a través de un sistema de oposición. Esas plazas salieron a oposición y unos aprobaron y otros no. Y están en su legítimo derecho como trabajadores a defenderse, y eso es algo que siempre voy a decir de cualquier trabajador, sea quien sea su contratador, pero también tenemos que tener en cuenta que solo se puede acceder a ser funcionario fijo a través de una oposición.

Lleva al frente de Economía y Hacienda menos de un año. ¿Se ve aquí la próxima legislatura en caso de que se reedite el pacto PRC-PSOE?

A mí me gusta siempre tener los pies en la tierra. Estoy en el hoy, el mañana ya se verá. Solo sé que haga lo que haga después de mayo siempre va a ser en el servicio público. En Economía estoy bien, pero sea lo que tenga que ser siempre va a ser en el servicio público. Llevo así toda mi carrera profesional y me siento muy contenta y muy satisfecha de hacer mi trabajo lo mejor posible en este ámbito en la categoría profesional que sea. 

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