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Entrevista Paulu Lobete, secretario general de Cantabristas

“En la izquierda cántabra hay una crisis de confianza que se puede solucionar con un proyecto creíble y serio”

Paulu Lobete, secretario general de Cantabristas.

Blanca Sáinz

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A poco más de un año de que se celebren las elecciones autonómicas y municipales, en Cantabristas ya han elegido, o mejor dicho, reelegido, al que será su secretario general. El encargado de pelear por introducir a este joven partido en el Parlamento autonómico será Paulu Lobete (Torrelavega, 1991), algo que, afirma, harán “desde las propuestas, las iniciativas y las alternativas”, pero sobre todo, “desde el rigor”. Y es que, pese a ser conocedores de las dificultades que se encontrarán por el lugar en el que está la izquierda en la comunidad, sin representación más allá del PSOE, desde Cantabristas confían en que la gente sepa valorar su trabajo y el modelo que les gustaría aplicar en Cantabria más allá del turismo y del “seguir con lo que hay”. El líder de esta fuerza política opina sin tapujos sobre el presidente del Gobierno o la coalición PRC-PSOE, haciendo a su vez un repaso a las problemáticas de la comunidad y a la “anomalía de Cantabria” al no defender el cántabru.

Ha sido reelegido como secretario general. ¿Qué balance hace de este tiempo al frente de una formación como Cantabristas?

Bastante positivo. Creo que hemos puesto en marcha la organización, y era una tarea que no era fácil porque teníamos que crear un partido desde cero, sin financiación pública y con la única financiación de los afiliados. Además, ha sido difícil porque tampoco tenemos ninguna marca que nos sirva de paraguas para empezar a sentar las bases de todo. Han sido unos años donde hemos empezado a poner en marcha Cantabristas y donde hemos empezado a crecer y a continuar con un trabajo político que creo que ha sido muy bueno porque lo hemos basado en hacer propuestas y en plantear alternativas. Y nos gustaría crecer aún más rápido, pero el balance es muy positivo.

El próximo año hay elecciones. ¿Cómo espera Cantabristas adentrarse en el nuevo tablero de la política cántabra? 

La situación en Cantabria es bastante compleja en el plano político, y más aún con la aparición de otras fuerzas. Ahora mismo la preocupación que tenemos es intentar plantear una alternativa lo más seria, creíble e ilusionante posible. También queremos responder a las demandas de la gente de Cantabria e intentar plantear un proyecto capaz de ir a las próximas elecciones con ciertas posibilidades. Creo que es una tarea muy complicada y somos conscientes de ello porque estamos en un momento político complejo y porque la tarea que nos hemos marcado no es fácil. Pero lo que queremos es intentar generar un proyecto político cántabro y que esto tenga relevancia electoral. Sabemos que habrá dificultades en el camino porque evidentemente estamos atravesados por un panorama mediático estatal que hace que sea más difícil generar proyectos desde aquí, pero hemos hecho propuestas, hemos lanzado iniciativas, estamos planteando alternativas de una forma rigurosa y confío en que la gente lo sepa valorar.

La izquierda, sin contar al PSOE, finalmente no tuvo representación en las elecciones autonómicas de 2019. ¿Aué ocurre con los partidos progresistas en Cantabria?

El diagnóstico que hacemos desde Cantabristas es que en este espacio político de la izquierda hay una crisis de legitimidad y confianza donde la gente ha penalizado algunas de las cosas que han sucedido en los últimos años, y por eso mismo pensamos que la solución a esta situación, más allá de las marcas o las siglas, es intentar plantear un proyecto que sea creíble, serio y en el que se pueda confiar. También que piense a largo plazo y que la gente sepa que en el momento de entrar en las instituciones se va a hacer un buen papel más allá de salvar los muebles electoralmente, y eso es en lo que estamos y en lo que intentamos trabajar día a día. Nosotros como fuerza cantabrista estamos en la izquierda, aunque el cantabrismo por definición tiene un componente transversal, pero en nuestro caso nos sentimos identificados con el espacio político de la izquierda. Además, y al ser una fuerza política cántabra, nos debemos a lo que se decide en Cantabria y siempre pensamos en clave de los intereses de la sociedad cántabra, de lo que se necesita aquí y de los problemas que tenemos aquí... Y creemos que esa es la manera además de construir ese proyecto: hacerlo desde Cantabria. Es difícil hacerlo dependiendo de las decisiones, de las iniciativas y de la ilusión que se genere desde Madrid porque eso después se convierte en algo muy volátil, y ya nos lo ha enseñado la experiencia.

¿Se valora una posible coalición de izquierdas a nivel autonómico o municipal? 

Ahora mismo no estamos trabajando en eso. Estamos trabajando en la idea de generar un proyecto político propio y pensamos que a medio y largo plazo esta es la línea en la que tenemos que seguir.

En Cantabria se ha demostrado que seguir con la inercia nos lleva a un modelo económico con problemas muy graves de precariedad y emigración

Miguel Ángel Revilla se presentará, casi con toda seguridad, a la reelección. ¿Existe una hegemonía del PRC, o es el efecto Revilla?

El PRC desde luego tiene un papel muy, muy, relevante en la política de Cantabria con un crecimiento realmente notable, y creo que hay que tomar nota de algunos de los motivos por los que esto ha sido así. Además, Revilla es una figura política muy relevante sin la que sería imposible explicar la política de Cantabria de las ultimas décadas. Es una persona inteligente y muy capaz de leer la sensación política y también de leer qué es lo que se debe decir en cada momento en función de lo que la gente quiere oír. Y la cuestión es que parte de la ventaja de no tener que defender ningún proyecto, porque, básicamente, el proyecto, lo que defiende Revilla, es lo que hay. Esto supone una ventaja añadida para poder ser más flexible y más maleable a la situación de la opinión pública, y eso se ve cuando la situación política es progresista y Revilla se vuelve progresista. Por el contrario, cuando la situación es más conservadora, Revilla se vuelve conservador... Tiene esa flexibilidad que le ha permitido ser un partido 'atrápalotodo' en una definición política, que es capaz de aglutinar a personas y sensibilidades muy diferentes, y hay que decir que esto último también es una virtud de la que hay que aprender... 

¿Algo así es lo que ha ocurrido con la irrupción de los eólicos en los Valles Pasiegos?

Sí, ahí se les ha visto un poco la veleta. Resulta que el PRC está a favor de los eólicos hasta que ve que hay oposición de la gente, y entonces Revilla ya no está a favor de los eólicos. Y luego, además, resulta que a veces dice que no o sí dependiendo del sitio. Esa es la ventaja de no defender ninguna posición concreta, que te puedes adaptar a lo que haya. Pero claro, la política desde nuestro punto de vista es intentar transformar la realidad y llevarla a algún lugar... Pensamos que lo importante es defender un proyecto, sobre todo porque aquí se ha demostrado que seguir con la inercia y con lo que hay nos lleva a una situación de fragilidad y de un modelo económico con problemas muy graves de precariedad y emigración. Y se ha demostrado porque es justo la situación que tenemos por no querer mover nada... Sin duda, es el momento de plantear proyectos más allá del carisma que puede tener un líder, que también es muy importante, pero en este momento pensamos que hay que ir en otra línea.

El PRC está determinando algunos de los asuntos principales para el desarrollo de Cantabria como la Ley del Suelo mientras gran parte del PSOE no comparte su modelo territorial

Y sobre esto, si en Cantabria ya existe un partido puramente autonómico, ¿cuál es el papel de Cantabristas si ya existe el PRC?

Con el PRC coincidimos en el planteamiento de que creemos que es importante hacer política desde Cantabria y que las decisiones de partidos que tienen relevancia en la política de Cantabria se tomen desde aquí. Pero no coincidimos en muchos otros como el modelo de desarrollo, en la apuesta por el turismo masivo o en la apuesta por el sector de la construcción. Pensamos que el modelo de desarrollo ha sido un error y estamos pagando las consecuencias a largo plazo. Además, tampoco coincidimos en la política cultural, porque para Cantabristas hay que hacer una apuesta decidida por el patrimonio y la cultura de Cantabria, algo que, desde el PRC, desgraciadamente no se ha hecho durante este tiempo a pesar de que tiene tanto peso en el Gobierno de Cantabria. Así que lo que nos diferencia principalmente es el modelo de desarrollo que defendemos unos y otros. Nosotros apostamos por un modelo económico diversificado donde tenga mayor peso la industria agroalimentaria y el sector primario, y el PRC lleva desde hace muchos años una apuesta decidida por aumentar el peso del sector turístico y apostar todas las cartas a eso. Por último, en Cantabristas estamos a favor de avanzar en el autogobierno porque en los lugares donde hay más autogobierno tienen mayor nivel de desarrollo, de bienestar y también de justicia social, y en este sentido el PRC, por ahora, no ha movido un dedo por avanzar en una reforma estatutaria para aumentar las competencias. Entiendo que sí que están a favor, pero no han hecho nada... En cambio, nosotros pensamos que el progreso de Cantabria está unido al avance en el autogobierno.

¿Cómo ve Cantabristas la coalición PRC-PSOE?

Bueno... Vemos al PRC fuerte y al PSOE quizá mas entregado y con menos capacidad para incidir en algunas de las decisiones más importantes del Gobierno. Y aunque vemos al PSOE moverse en algunos ámbitos, en otro vemos que no puede mostrar una postura discordante con la postura mayoritaria del PRC, que al final son quienes están determinando algunos de los asuntos principales para el desarrollo de Cantabria. Un buen ejemplo es la Ley del Suelo. Ahí pensamos que una gran parte del PSOE seguramente no comparte el modelo de desarrollo territorial que está imponiendo el PRC pero, sin embargo, no dicen nada y parece que no lo van a decir por no enfadar a sus socios. Por lo que creemos que es una coalición donde uno tiene la sartén por el mango, y ese uno no son los socialistas. Más bien, parece que el PSOE está en una situación incómoda e intentando buscar su lugar, pero que no termina de ser capaz de determinar los principales asuntos.

Se está apostando por el turismo de una manera descontrolada y eso nos hace más frágiles ante las crisis económicas que las comunidades vecinas

¿Cuáles diría que son los principales problemas que tiene Cantabria?

La falta total de orientación y de planificación de hacia dónde vamos. Ese es seguramente el problema principal, aunque hay muchos, evidentemente. Pero este engloba varias cosas: la falta de planificación en el ámbito industrial, la falta de alguna apuesta concreta en el sector primario, que lo hemos visto con estos recientes debates sobre las macrogranjas, la falta de planificación territorial, donde tenemos el ejemplo de la Ley del Suelo y el Plan Regional de Ordenación del Territorio, que sigue en un cajón y que no sabemos si se aprobará o si va a regular o va a contribuir a desregular… En Cantabria parece que existe la concepción de que la regulación es un impedimento para el desarrollo, y creo que es un error garrafal porque la regulación y la planificación sirven para establecer mecanismos y herramientas para poder avanzar. En cambio, aquí siempre se percibe que cualquier normativa puede servir como una especie de impedimento para realizar los proyectos. Además, se está apostando por el turismo de una manera descontrolada y masiva, algo que es un error a largo plazo. La gente de Cantabria se está dando cuenta de que este trae beneficios, pero también graves perjuicios, y estos no se están compensando y lo estamos pagando ya en el largo plazo. De hecho, solo hay que verlo en comunidades vecinas que tienen una capacidad mucho mayor de resistir a las crisis económicas que nosotros, que somos más frágiles por unas decisiones que se llevan tomando desde hace muchos años. Esto no es algo exclusivo de este Gobierno, esto es algo compartido por el PP cuando ha estado en el Ejecutivo.

Estamos solos en defender el cántabru porque otros partidos como el PRC y el PSOE no quieren entrar en esta cuestión porque es un tema polémico

En noviembre este periódico publicó un reportaje sobre el cántabru que generó mucha controversia... Ustedes son el único partido que reivindica su utilización, ¿por qué?

Nosotros hacemos una apuesta por esto, y yo creo que la mayoría de la gente entiende perfectamente que tenemos una realidad lingüística que ha existido y sigue existiendo, que el cántabru es una modalidad lingüística con una gramática y un vocabulario propio que tenemos que defender. Cantabria es un lugar anómalo en ese sentido porque en otras comunidades como Asturias, Extremadura o Castilla y León se está defendiendo y protegiendo sus lenguas, así que realmente defendemos algo que ya se está defendiendo en muchos lugares y que, a nuestro parecer, es de sentido común. El cántabru se ha desprestigiado durante muchos años y se ha intentado hacer de menos cuando en realidad es algo que nos pertenece a todos, y lo que queremos es proteger esta realidad cultural y patrimonial, y que se pongan medidas para estudiarla, promoverla y dotarla de prestigio. Para ello, nosotros propusimos la creación de un Instituto Cántabro de Cultura y Patrimonio que entre sus fines tuviera la divulgación y la investigación en este ámbito, y también somos partidarios de la creación de una ley de protección de esta modalidad lingüística. Pero, efectivamente, me da la sensación de que en esto estamos solos en la política de Cantabria. Otros partidos no lo defienden porque todavía se siguen orientando por los viejos prejuicios que afortunadamente están quedando atrás. Cabe recordar que se llegó a decir que el cántabru era “castellano mal hablado” o que era un síntoma de ignorancia… Son ejemplos de simplificaciones que el tiempo ha llevado donde merece. Además, no se apoya desde más partidos porque siguen teniendo peso los cálculos electoralistas donde pienso, por cierto, que se equivocan porque cada vez más gente defiende el cántabru. Pero partidos como el PRC y el PSOE no quieren entrar en esta cuestión porque es un tema polémico y no da rédito. En política hay que ser valiente también y defender lo que uno piensa, y en esta cuestión tenemos que ser claros: a nosotros nos gustaría que otros partidos también apostaran por esto e intentaran alcanzar un acuerdo sobre un patrimonio que nos atañe a todos y todas. Es más, considero que no se puede hacer una apuesta por el patrimonio y la cultura que obvie esta cuestión. Esto es algo importante y hay que tener un poco de amor propio hacia lo que tenemos en Cantabria. Empezar a valorarlo y olvidar estos prejuicios que vienen del franquismo y que vienen a decir que todo lo que no sea castellano puro no vale para nada.

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