“El trabajo de músico no está valorado a nivel social como algo realmente serio”
Viven en Alemania pero España siempre será el próximo destino para Tribubu. Esta banda formada por Lucas Bárcena, Brahima Diabate y Daniel Torres lleva mas de cinco años en el mundo de la música, aunque no fue hasta hace tres cuando decidieron 'profesionalizarse' y comenzar a apostar al 100% por su sueño. No se enmarcan en ningún estilo y prefieren seguir fluyendo, algo que, por el momento les ha hecho lanzar al mercado su primer disco, llamado 'Tagama', que ha sido producido junto a Juanito Makandé, quien, además, ha colaborado en algunas de las canciones del grupo cántabro. Con un amor por su tierra que se palpa desde que descuelga el teléfono, Lucas Bárcena (Ruiloba, 1990) mantiene la ilusión intacta a pesar del parón que les ha supuesto la pandemia “porque también ha habido cosas buenas en este tiempo”. Una de ellas es el concierto que darán el próximo 8 de abril en el Palacio de Festivales, donde demostrarán a sus paisanos que la música con sabor a verano y puestas de sol puede transformar sus días.
¿Qué significa Tribubu?
Es una mezcla de palabras. Queríamos mezclar nuestros mundos porque Dani y yo somos de Cantabria, pero Brahima es de Costa de Marfil, aunque lleva aquí muchos años. Y las palabras que elegimos fueron 'tribu', que es un poco como nos sentimos nosotros montando nuestro propio clan en Alemania, y 'sabubu', que es una palabra bámbara -el idioma materno de Brahima-, que significa “es por ti que estoy aquí”. Hemos mezclado esas dos palabras y cuando salió 'tribubu' nos gustó porque además nos recordó a una canción de nuestra infancia de 'Los Delinqüentes' que hablaba sobre unos personajes que se llamaban los trabubus. Nos hizo gracia, nos sentimos identificados y nos quedamos con el nombre.
El grupo aúna varios estilos. ¿Por qué cree que existe esa necesidad de encasillar en un estilo u otro en el mundo de la música?
Creo que el tema de los estilos viene del mundo del negocio de la música, y que más que decidirlo los músicos, lo deciden las discográficas, las productoras, los managers... Porque así pueden encajar la música de alguna manera que les permita saber a quién se la pueden vender. Ahora, bandas como Tribubu están rompiendo un poco esa manera de ver la música, y cuando nos preguntan qué estilo tocamos, tenemos verdaderos problemas para explicarlo porque ya no podemos hacerlo con una palabra o dos. Aún así, muchos grupos hoy en día están utilizando fusiones y abriendo nuevos caminos para la música. Ya parece que no hay límites.
No sé si me permite afirmar que tienen un grupo ‘indie’ en el sentido estricto de la palabra…
Sí, en el sentido estricto de la palabra sí, pero en el coloquial, no. La gente entiende el indie como una especie de rock alternativo y que siempre tiene una guitarra eléctrica y efectos de sonido... Y de lo que es la palabra a lo que la gente interpreta hay diferencias, así que yo nunca digo que somos un grupo indie, pero siempre digo que somos una banda independiente.
Ahora, bandas como Tribubu están rompiendo un poco esa manera de ver la música, y cuando nos preguntan qué estilo tocamos, tenemos verdaderos problemas para explicarlo
¿Está de moda ser diferente?
Me gustaría pensar que sí, y en los círculos en los que me muevo yo, desde luego que sí, pero a nivel de masas sigue dando un poco la sensación de que gana lo comercial. A mí me da un poco esa sensación, aunque sí que creo que está ganando fuerza gracias a la nueva manera de funcionar de la música con plataformas como Spotify o YouTube, que han dado muchísima libertad a todo el mundo para expresarse, lo que ha ayudado a que cada músico pueda encontrar a su oyente.
¿Cómo ha sido para ustedes formar el grupo y que dos años más tarde ocurra algo así?
El proyecto lo formamos por muchísimas razones, pero ante todo porque somos amigos. Si quieres construir una banda con todo lo que conlleva establecerte en un mercado tan complicado, más te vale hacerlo con la gente que sabes que te cubre las espaldas y que tiene un objetivo a largo plazo, e ideas parecidas para el futuro. Y es que ya tenemos tan claro que esto es lo que queremos hacer, que no nos va a parar ni la pandemia… Así todo, sí. Ha sido muy duro. Tuvimos más de 100 cancelaciones en ocho países, e iba a ser un año muy fuerte para nosotros. Acabábamos de producir nuestro disco con Juanito Makandé, teníamos unos festivales increíbles para presentarlo y todo se canceló, así que nos hemos ido adaptando y también tengo que decir que a la vez que han pasado todas esas cosas malas, también han pasado muchas cosas buenas como pasar más tiempo de calidad juntos o componer nuevas canciones. Ahora el concierto del Palacio de Festivales nos ha dado una buena razón para juntarnos con nuestra rutina de ensayos, ya que la habíamos perdido un poco por no tener conciertos a la vista. Y la verdad es que en 2019 dimos más de 150 conciertos, y eso también tiene su peso... Ahora tenemos más claro a dónde queremos ir y nos da tiempo a planear más. A partir de este año queremos llegar a unos escenarios un poco diferentes y nos lo estamos currando para ir cumpliendo nuestros sueños.
Tuvimos más de 100 cancelaciones en ocho países, pero tenemos tan claro lo que queremos hacer, que no nos va a parar ni la pandemia
Tienen canciones en inglés y en español pero, ¿terminarán por decidirse por un idioma?
Ahora estamos intentando ver si podemos escribir algo en francés, y queremos involucrar también un poco más el idioma de Brahima, el bámbara. O sea, que nosotros vamos a lo contrario, en todo caso abrirnos a más idiomas, no a menos. Para mí no es solo una cuestión de gusto o del exotismo, sino de conectar con el público y de que te entiendan, pero vamos, que me siento muy cómodo cantando en los dos idiomas porque es con lo que he crecido y siento que siempre escribiré las canciones así.
El 8 de abril presentan 'Tagama', su primer disco, en el Palacio de Festivales. ¿Qué supone para ustedes que su comunidad autónoma apueste tanto por su música y tan rápido?
Es fantástico, la verdad. He ido al Palacio de Festivales toda mi vida a ver muchas bandas y, de hecho, también se grabó allí uno de los discos de 'Atlántica', la banda de mis padres. El otro día cuando fuimos a ver la sala pensé que llevaba toda la vida viendo a artistas actuar allí y que ahora íbamos a ser nosotros los que estuviésemos en el escenario. Nunca pensé que pudiera pasar, y menos tan rápido... Pero tenemos una ganas brutales. Son muchos meses a la sombra y tenemos muchísimas ganas de dar caña sobre el escenario.
¿Cree que el hecho de ser un grupo que ha nacido en Alemania les ha abierto más puertas?
Desde luego que sí. Al menos en cantidad y diferencia entre puertas. Cantabria es una comunidad pequeña y en Alemania estamos en una situación privilegiada porque estamos en un lugar estratégico a nivel geográfico porque estamos a cuatro horas de muchas capitales, lo que es un punto muy positivo para estar viajando y poder tocar en muchos países. Además, yo llevaba muchos años haciendo muchísimos contactos y preparándome un poco para esto, y cuando empezamos Tribubu ya tenía varios amigos que eran agentes musicales y que sabían que éramos gente de confianza en la que podían apostar.
¿Qué tipo de oyente tiene Tribubu?
Hace poco lo pensamos a raíz de un ejercicio que nos mandó hacer uno de nuestros agentes y caímos en que sería una chica de entre 26 y 40 años con una mentalidad muy abierta y a la que le gusta mucho bailar. También creímos que sería un poco hippie [se ríe], que llevaría siempre la sonrisa por delante y que sería de esas personas a las que les gusta estar al frente de un concierto, no al final. Eso fue lo que concluimos y lo que, además, es verdad porque siempre que tocamos acaba el mismo perfil de gente bailando en la primera fila.
El éxito para nosotros está claro: poder seguir haciendo lo que hacemos muchos años más, consiguiendo poco a poco más seguidores, más gente que apoye lo que hacemos y que nos den más razones todavía para seguir componiendo
Viviendo en Alemania, ¿diría que en España se apoya la cultura?
Hay personas que quieren y que a su manera lo hacen, como puede ser en este caso el Palacio de Festivales, que está apostando por un grupo de gente joven de Cantabria, y nos está dando esta oportunidad. Pero como el Palacio hay ayuntamientos, concejales... Siempre he sentido mucho apoyo, pero de personas. En general no creo que lo que se hace en España sea suficiente porque resulta casi imposible vivir de la cultura, a pesar de que seas un músico espectacular y superestudiado. Nosotros, por ejemplo, queremos vivir en España, pero veo muy difícil mantener nuestro nivel de vida haciendo lo que hacemos. Aquí da un poco la sensación de que el trabajo de músico no es valorado a nivel social como algo realmente serio y algo con lo que puedes hacer una carrera profesional de verdad. Y se ve en que ahora que no hay conciertos y la gente no puede disfrutar de la música, como que se han quedado un poco abandonados… Eso no pasa en Alemania, siendo músico autónomo no lo he visto, y ahora en la pandemia en España ha sido terrible, los músicos están abandonados porque un par de ayudas no dan para pagarte una vida entera.
¿Qué es el éxito para Tribubu?
El éxito es que podamos vivir de esto, que podamos tener una vida bonita, digna, que podamos tener nuestra familia y hacer nuestra casita. Nosotros pensamos que nuestra labor es importante, y creo que este año incluso la gente lo va a valorar más, pero el éxito para nosotros está claro: poder seguir haciendo lo que hacemos muchos años más, consiguiendo poco a poco más seguidores, más gente que apoye lo que hacemos y que nos den más razones todavía para seguir componiendo. Y vivir de la música, de los viajes, de las creaciones, de las composiciones, y de las colaboraciones con otras bandas, que nos encanta. Ahora tenemos 30 años y estamos ya con la idea de que esta es nuestra decisión, nuestro trabajo y vamos a hacer lo que sea para hacerlo funcionar.
0