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Reportaje

El último latido de la España olvidada: la escuela rural y su 'nana' que sostienen con vida el valle cántabro más despoblado

Colegio rural de Polaciones sobre el que versa el documental 'Nana'.

Rubén Alonso

Santander —

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En las profundidades de Cantabria, el Valle de Polaciones se erige como un bastión de resistencia contra el olvido. Con menos de 200 habitantes y una densidad poblacional que evoca a las desoladas 'laponias europeas', este enclave lucha por no extinguirse. Y en el corazón de esta resistencia se halla el CEIP Valle de Polaciones, una escuela rural que es mucho más que un centro de enseñanza: es el alma del valle. Con solo diez alumnos, la escuela es el eje alrededor del cual gira la vida comunitaria, manteniendo encendida la llama de la esperanza en una región marcada por el abandono.

El documental 'Nana', producido por Ilumina Films, ofrece “un viaje invernal” por las entrañas de este territorio y narra, a través de dos generaciones, la historia de Óscar y su familia, representantes de la cuarta generación de ganaderos, los cuales pueden ser “los últimos pobladores de este increíble lugar”. “Es el valle más alto y despoblado de Cantabria, un inmenso paraíso natural, que, sin embargo, en ocasiones, puede llegar a ser una cárcel sin barreras para ellos”, destaca la productora, puesto que el filme expone las realidades, a menudo invisibilizadas, de la vida rural.

Y es que cada mañana, la furgoneta que recoge a los niños de los pueblos cercanos rompe el silencio perpetuo que domina el paisaje, inyectando una dosis diaria de vida y alegría en las venas del valle. “Esa es la 'nana' de la que habla el título del reportaje”, explica Sara Fortuna, directora del documental, en conversación con elDiario.es. “Es la melodía que da ritmo al valle, una canción de cuna que calma, arropa y reconforta a toda la comunidad”, subraya.

Este ritual diario, el ir y venir de la furgoneta escolar, se convierte en una metáfora del ciclo vital de Polaciones. No es solo un medio de transporte; es el cordón umbilical que conecta a los niños con su educación, su comunidad y sus raíces. Como una 'nana', la furgoneta ofrece una cadencia, un ritmo que sostiene la vida en este territorio ubicado en la comarca de Saja-Nansa. La importancia de este servicio va más allá de lo práctico, simbolizando la lucha incansable de un valle por preservar su identidad y futuro frente a la amenaza de desaparecer en el olvido.

Y es que través de las voces de Óscar y sus dos hijos de tres y cinco años de edad, y de la comunidad escolar, 'Nana' teje un relato de resistencia y esperanza, incidiendo en la vitalidad que puede existir en los rincones más remotos de esa 'España vaciada'. La escuela y la furgoneta escolar, lejos de ser simples elementos de una rutina diaria, son los faros de luz que guían a Polaciones a través de la niebla de la despoblación.

“Muchas veces pensamos en lo idílica que es la zona rural, pero realmente existen problemas y dificultades, y los propios habitantes te lo cuentan”, remarca la directora del documental. En apenas dos horas se puede llegar desde la playa de El Sardinero en Santander a las montañas en Lombraña o Puente Pumar, dos de los enclaves donde se desarrolla la historia del filme. No obstante, estas mismas dos horas son las que deben invertir los vecinos del valle para visitar médicos, supermercados, bancos, tiendas de ropa o para acceder a opciones culturales y de ocio.

“A las distancias físicas, se le suman la dureza y soledad del campo y las dificultades económicas que debe afrontar el sector ganadero en los últimos años”, recalca la productora. “Pero, sin embargo, y pese a todas estas vicisitudes, ni los ancianos, ni las familias, ni los niños de este valle han perdido la sonrisa”, reconocen.

Fortuna también aborda el proceso de selección de Óscar y su familia como protagonistas: “Cuando visitamos el colegio y vimos a los niños supimos que queríamos contar una historia que reflejara la vida de los ganaderos de alta montaña. Óscar y su familia se mostraron increíblemente abiertos y dispuestos a compartir su día a día con nosotros”, relata.

“La llama de vida se apaga”

La descripción de la vida en Polaciones que recoge el documental es un claro testimonio del inexorable declive demográfico que afecta a muchas zonas rurales de España. “Son bastante pesimistas respecto al futuro, pero, al mismo tiempo, aman su valle y desean lo mejor para sus hijos”, expresa Fortuna, capturando la complejidad emocional de los habitantes de este valle que cuenta con una superficie de casi 90 kilómetros cuadrados y apenas 195 habitantes, es decir, una densidad inferior al 2,2%.

El documental no solo busca contar una historia, sino también inspirar un debate sobre la importancia de preservar estas comunidades rurales. “Cuando ves esa realidad piensas que esas familias están haciendo todo lo posible por vivir aquí, porque sus hijos sean iguales a los que están en la ciudad, pero realmente hay opciones que no tienen, lamenta Fortuna. ”Es una realidad que no se puede esconder“, expresa.

“Desde la ciudad no somos conscientes de que realmente esa llama de vida se está apagando”, sentencia la directora del filme. Así todo, y al menos de momento, el Valle de Polaciones, con su escuela, su 'nana', y sus últimos ganaderos, permanece como un símbolo resiliente de esa España que se resiste a desaparecer en el silencio.

Presentación

La presentación del cortometraje tendrá lugar esta primavera con un preestreno en el propio Valle de Polaciones. Desde Ilumina Films invitan a todos los protagonistas, vecinos y autoridades a este primer pase en exclusiva, que además se ofrecerá también vía streaming para que llegue a todos los municipios de la 'España vaciada'. Posteriormente, el filme se presentará a través de la red de la Filmoteca de Cantabria en sus diversas sedes.

El documental ya se ha traducido y subtitulado al inglés, porque la idea que tienen sus promotores es que pueda moverse y participar en certámenes y festivales de temáticas rurales y sociales, a nivel nacional e internacional. Este proyecto ha sido desarrollado y financiado en parte gracias a las ayudas de producción de cine y audiovisual para profesionales, convocadas desde la Dirección General de Acción Cultural, de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria, siendo uno de los seis proyectos seleccionados por el jurado para dichas ayudas.

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