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Vecinos de Santander muestran su “no rotundo” a la ampliación de terrazas de hostelería para compensar la reducción de aforos por la COVID

Clientes en terrazas en Cañadío. Archivo

elDiario.es Cantabria

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La Asociación de Vecinos Pombo-Cañadío-Ensanche ha mostrado su “no rotundo” ante los “planes” del Ayuntamiento de Santander y la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC) de ampliar las terrazas de los establecimientos ocupando más espacio público, para compensar la reducción de aforo a la que se les obliga como medida frente a la COVID-19

En un comunicado, la asociación destaca que el Gobierno, al anunciar el nuevo estado de alarma, hizo hincapié en la recomendación de relacionarse y salir de casa solo para lo imprescindible, por lo que no entiende que con esta medida se “aliente a lo contrario”, “a vivir la calle”.

Además, argumenta que hablar alto contribuye a “multiplicar la expulsión de aerosoles y las gotículas”, lo que se suma a “congregar a gente mucho tiempo en un lugar y no eliminar ruido de tráfico”.

Asimismo, indica que los locales y las terrazas de hostelería son los únicos negocios que reúnen las cuatro características de que “se puede estar sin mascarilla, se habla mucho, se permanece largo rato y se puede fumar”, por lo que insiste en que son “lugares de riesgo”

Los vecinos recalcan que el número de afectados por el Covid-19 está aumentando de forma “alarmante”, por lo que pide que lo primordial en cualquier actuación sea siempre preservar la salud y los servicios sanitarios “en condiciones óptimas”.

A estas quejas añaden la de que se plantee realizar una “inversión en estufas” que, advierte, “si son de gas liberan CO2”, por lo que en varias ciudades europeas ya las han prohibido o van a hacerlo. Así, y dado que señalan que el Ayuntamiento va a “trabajar con la AEHC en un estudio de creación de zonas de consumo al aire libre”, le instan a trabajar con los vecinos en un estudio de reducción de contaminación ambiental y acústica.

Por último, sugieren que, si las administraciones quieren facilitar el consumo, “podrían expandirlo a otras zonas de la ciudad hasta ahora más tranquilas y ayunas de este tipo de actividades”. “En el Ensanche llevamos años saturados”, sentencian, detallando que esta zona cuenta con un bar por cada 26 habitantes, siendo la media española de uno cada 186,6.

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