Una vidriera rota y la inundación del sótano agravaron los problemas de humedad de los volúmenes más preciados de la Menéndez Pelayo

La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santander no va a pedir a la empresa TSA que rectifique su informe sobre el estado de los fondos documentales de la Biblioteca Menéndez Pelayo, al considerar que esta atribuye correctamente las causas de la humedad de los volúmenes a razones históricas, más que por la actuación puntual de los bomberos municipales cuando intervinieron en la extinción del incendio que asoló en 2017 el colindante Museo de Arte de Santander (MAS).

La decisión del departamento que dirige Ciudadanos supone una nueva discrepancia entre los socios de gobierno de Santander, ya que los populares, que dirigían la Concejalía cuando se quemó el museo, quieren que TSA quite las referencias a la supuesta responsabilidad de los Bomberos en los daños a los libros. Si no lo hace el concejal actual, lo hará el Grupo Popular por su cuenta, ha asegurado el PP este lunes en El Diario Montañés.

El concejal de Cultura, Javier Ceruti (Cs) ha indicado que si el incendio del MAS afectó a los volúmenes fue muy posiblemente por la combinación de dos hechos: la rotura de una vidriera, por la que podría haber entrado agua, sea cual fuera su procedencia, y la anegación de una galería subterránea que comparten ambos edificios. Dicha galería está justamente debajo de la habitación en la que se custodiaban los volúmenes más preciados. En esta estancia, el despacho del director de la Biblioteca, los volúmenes se encontraban apenas a dos metros de las paredes del MAS, apoyados directamente contra una ventana aislada del exterior por una simple capa de poliespán.

La postura del concejal de Ciudadanos es salomónica: por un lado respaldar plenamente al Cuerpo de Bomberos y el trabajo que realizó en la extinción del incendio del MAS en 2017, negando que vertieran agua en las fachadas de la Biblioteca; pero también a la empresa TSA, que elaboró en 2019 un informe del estado de los fondos de la Biblioteca, garantizando su profesionalidad, dado que, según dijo, es una de las empresas especializadas más importantes del país.

Ceruti ha cuestionado si el problema es que “apareciera agua en la extinción del incendio” o que “no se adoptaran medidas inmediatamente en caso de haberse mojado algún libro o humedecido extraordinariamente el ambiente”. Porque, en su opinión, “está claro dónde hay que apuntar si hay que exigir responsabilidades”.

En cuanto a si TSA va a rectificar su informe, como pide el PP, Ceruti ha explicado que la directora general ha hablado con la empresa, que está “enormemente disgustada” porque se ha “desviado artificialmente el foco de atención hacia una línea del informe que es tajante sobre que el problema es de humedad persistente, que falta mantenimiento, que no se ha tenido en cuenta el problema de la luz, no se han controlado las temperaturas ni la invasión de insectos que se comían la colección”.

En este sentido, el concejal ha subrayado que en Cultura “no le vamos a restar ni la más mínima credibilidad al informe de TSA, como creo que no lo hace la anterior concejala (Miriam Díaz, actual edil de Turismo), que solo quiere que se rectifique lo referido a los bomberos”.

Respecto a lo que sucedió en el incendio, Ceruti ha subrayado que TSA fue contratada en 2019, dos años después, en un procedimiento que inició Miriam Díaz (PP), su antecesora, por lo que su informe parte de hechos que “le cuentan” y de los informes.

Unos informes que indican que se rompió la vidriera de la biblioteca; que la colección con los libros más valiosos, que está a dos metros de la fachada del edificio que ardió, no tiene una pared detrás sino una ventana “con una lámina de poliespán o similar” y que éstos se mojaron; y que en los sótanos -que comparten biblioteca y MAS- estaba cayendo “abundante agua por los techos de la que han utilizado los bomberos”.

Los libros más valiosos de la biblioteca, que tenían detrás una ventana, se mojaron como consecuencia de la extinción del incendio

Igualmente apuntan que se había acumulado agua en dicha galería del sótano, con la consiguiente humedad para la colección, y que al día siguiente del incendio se pidieron máquinas de secado.

También indican que “en ningún caso se ha producido un vertido directo, no se ha producido entrada de agua directamente a través de los muros, sino que el problema es la falta de estanqueidad de los muros, que acaba haciendo que penetre el agua, por la intervención de los bomberos, por la lluvia, por lo que sea”.

“Está claro que no ha habido un refrescado pero en los informes de técnicos que estaban en el momento del incendio hablan de volúmenes afectados por el agua empleada por los bomberos para la extinción del incendio del MAS”, sin decir “cómo”, ha señalado Ceruti.

Ha destacado que el informe de TSA detecta los problemas de falta de mantenimiento de la colección y el hecho de que entraba agua de manera constante en el edificio, no solo a raíz de la extinción del incendio. Y ha remarcado que desde que esta empresa está encargada de la custodia de los fondos, la colección está en mejores condiciones; una colección que “lleva 80 años en estado crítico” y que solo volverá a la biblioteca cuando ésta esté “en condiciones adecuadas”.

Un proceso que será “largo”, ha advertido Ceruti, que ha recordado que las obras de restauración previstas con el Ministerio son “insuficientes” y deben modificarse con el fin de salvaguardar correctamente un patrimonio que supera los 70 millones de euros.