Casas okupas para los refugiados en el Pireo

Un niño refugiado que cojea se apoya en otro que hace de bastón para que pueda andar porque las autoridades no le han proporcionado al herido ni siquiera una muleta. Ocurrió hace unos días en El Pireo, el mayor puerto marítimo de Grecia y puerta por la que tratan de entrar muchos de los que huyen de la guerra y el hambre en Siria, Eritrea, Afganistán o Irak. Nos lo ha contado Mónica, miembro del colectivo No somos delito, que acaba de volver de allí y aún no puede creer lo que ha visto, el abandono en el que viven, sobreviven, los refugiados.

Nos contó también que grupos anarquistas y organizaciones sociales se han movilizado para dar un techo a los refugiados en centros sociales okupados, en colegios, donde sea, y ofrecerles la asistencia, los alimentos, las medicinas y la vida digna que Europa les niega. Se han organizado en escuadrones que se coordinan por todo el Pireo para atender a las necesidades que van surgiendo. Actúan al margen del Estado ausente y de la inclemente Unión Europea que incumple su obligación de tramitar su asilo y ha decretado la expulsión a Turquía de los que llegan y la prohibición de darles cobijo en suelo griego.

Cuando Europa pone la zancadilla o da la patada que quiebra las piernas de ese niño, ha tenido que ser la gente la que ofrezca su hombro para ser su apoyo, su muleta. Cuando Europa no hace nada por ayudarles o hace todo para que se vayan, hay gente haciendo cosas para darles una vida.

Recuerda que este programa es solo posible gracias a ti. Difúndelo y, si puedes, hazte Productor o Productora de #CarneCruda.