Más de 15.000 personas se podrán beneficiar del primer proyecto de transporte público a demanda en la Serranía de Cuenca

Este jueves 3 de marzo comienza el modelo de transporte sensible a la demanda en la Serranía de Cuenca, que no será el único que exista en Castilla-La Mancha. El presidente de la Junta, Emiliano García-Page, ha señalado que se hará “lo propio” en Guadalajara y en el Valle de Alcudia. La actuación se enmarca dentro de la Ley de Medidas Económicas, Sociales y Tributarias frente a la Despoblación y para el Desarrollo del Medio Rural en Castilla-La Mancha, una norma pionera en Europa.

El Transporte Sensible a la Demanda de la Serranía Alta-Alcarria de la provincia de Cuenca beneficiará a 15.585 habitantes de 72 municipios y 124 núcleos poblacionales, abarcando una extensión de 4.917 km2. Es una manera de reivindicar el transporte como uno “fundamental, junto al derecho a internet y las comunicaciones”.

La iniciativa se aprobó en diciembre de 2021. El consejero de Fomento, Nacho Hernando, aseguraba que supone “ponernos a la vanguardia en el transporte” ya que “en estas zonas el modelo de transporte tradicional no funciona y el transporte sensible a la demanda lo que viene es a corregir esa falta de igualdad de oportunidades en nuestro medio rural”.

Hernando señalaba entonces que el “transporte sensible a la demanda es un transporte flexible y dinámico, sin horarios ni itinerarios fijos, que cubre las necesidades de desplazamiento en las horas que no son cubiertas por las líneas regulares, todo ello, a través de un vehículo compartido cuya capacidad se adapta a la demanda”. Las tarifas, recalcaba, se mantendrían en la media de 1,30 euros en desplazamientos de menos de 16 kilómetros y se pagará 0,08 euros por kilómetro adicional.

El horario e itinerario de las rutas se crea con escasas horas de antelación en función de la demanda de las usuarias y usuarios mediante una aplicación digital gobernada por un algoritmo de diseño y optimización de rutas, acompañado de un call center de apoyo. Hernando recalcaba que este nuevo modelo “contribuye a un uso proporcionado y racional de los recursos siendo más sostenibles desde un punto de vista medioambiental”.