Castilla-La Mancha se perfila como región líder en producción mundial de vino
Las cosas han cambiado en Castilla-La Mancha, en especial para el vino. Las innovaciones por las que ha pasado el sector, le han otorgado también sus principales fortalezas, pero también elementos que debe seguir trabajando. Así lo señalaba José Luis Amores González, del Grupo Cooperativo Montes Norte en su ponencia “El sector vitivinícola en Castilla-La Mancha”. Amores señalaba grandes avances, como pasar de producir sólo dos variedades, Airén y Cencibel, a tener más de una decena disponible en la región.
Las técnicas de cultivo también han evolucionado, pasando de ser sistemas de cultivo en vaso, con parcelas de tamaño pequeño y poca fertilización, a un sistema basado en la espaldera, el regadío y con parcelas de mayor tamaño. Los agricultores trabajan ahora también con abonos de calidad y numerosos tratamientos, elementos que han llevado a la región a superar los treinta millones de hectolitros en producción. Además, señalaba Amores, la producción que se prevé para los próximos años llegará a superar incluso los 40 millones de hectolitros.
Como consecuencia de la producción castellanomanchega, España se situaría como el primer productor a nivel mundial hasta llegar a superar los 60 millones de hectolitros. La situación global ha cambiado, ya que antes países como Francia o Italia cuadriplicaban la producción regional. Amores alertaba, sin embargo, también de la producción china, que se introduce de a poco pero que “probablemente” se situará tras las española en volumen. De este modo, el sector francés o italiano podría no querer invertir en una reestructuración, señalaba el cooperativista, pero sí usar a Castilla-La Mancha como una “despensa”. Por tanto, la decisión de subir los precios en la región determinaría también la reacción en otros países.
Las formas de recolección también han cambiado, pasando de recogerse sólo 1.500 kilos por persona al día a los hasta 200.000 que permiten las automatizaciones técnicas. Con estos datos, las bodegas podrían programarse para trabajar 24 horas seguidas, afirmaba Amores, llegando a un ritmo de trabajo “más uniforme”. El cooperativista llamaba a los asistentes a la charla a ser conscientes de la necesidad de adaptarse a estas innovaciones. Además, los cambios han llegado también a los procesos de elaboración, que ya no son simples, sino que son complejos. “La enología ha cambiado, ahora debemos preparar hasta espumoso y para esto hay que estar con el cliente”, apuntaba Amores.
En cuanto a las perspectivas internacionales, el cooperativista advertía al público de que se deben tomar en cuenta factores como la estabilización de la superficie mundial del viñedo y que la producción en los principales países productores va cayendo, inevitablemente, con la excepción de España. La producción de mosto y de alcohol en boca ayuda también a ir eliminando los excedentes estructurales, a lo que se une también el aumento de consumo en países sin la tradición, como los del este de Europa. El desafío de Castilla-La Mancha es no ser la región en el mundo que se quede con excedente, y ante esto Amores hizo un llamado a los mosteros y alcoholeros a trabajar en conjunto, para evitar los excedentes y sus problemas.