Quinta parada (y última): Alicante

Dicen que Frías hace una gastronomía levantina renovada pero estas tres palabras quedan en corta definición cuando uno se sumerge en su culinaria depurada.

La Ereta no es un restaurante de arroces pero allí se come el que, probablemente, sea el mejor arroz de pelletes de bacalaopelletes de toda la provincia..., o el mejor arroz a secas. Servido en una curiosa paella monodosis, que bebe del invento de la paella cuadrada de Kiko Moya (L’Escaleta) cuya técnica permite incorporar a la alta cocina arroces populares, este es uno de los must del menú degustación (59 euros) del restaurante alicantino. Pero hay más: Frías se sale con el bocata de calamares (una especialidad muy venerada en la provincia, presente en otros restaurantes) o con el negre con pil-pil de ñora y mollitas de picada donde usa producto sencillo del Mare Nostrum lindante. Y si con estos platos no sorprende (que lo dudo) el éxtasis viene con los postres. ¿Os atreveríais con Coco, remolacha y verduritas? «Es un postre muy arriesgado, lo sé, pero cuando la gente lo prueba, le gusta», me dice Frías. La remolacha viene en helado y las verduritas son zanahorias y tirabeques. Plato, postre, presentación redonda. Sin duda, vale mucho la pena. Luego viene el Kojak (¿Recordáis el mítico caramelo de palo?), la sangría de sandía y la tarta de choco del cole (una clara regresión a la infancia).

Como otros muchos restaurantes gastronómicos (sí, es redundante definirlos así, pero, ¿cómo remarcar que son algo más que la mayoría de restaurantes que pueblan nuestras ciudades?) no tiene carta. El universo culinario de Dani Frías se transmite a través de tres menús: el degustación del que hablaba antes, el menú Ereta (39 euros), y el menú Grandes Éxitos (49 euros), un compendio de los platos que han marcado el decenio de La Ereta. Porque, ¿no lo he dicho antes? En 2014, La Ereta ha cumplido 10 años. Todos los menús coinciden en una cosa: las tapas, es decir, los aperitivos, de clara inspiración mexicana, al parecer la gastronomía de moda del momento. En el Grandes Éxitos destacan, por decir algo, el ajo blanco, quisquilla y polvo helado de almendra verde y el pepito de cabrito, aunque lo cierto es que la línea casi regular de Dani Frías hace difícil ensalzar unos platos en detrimento de otros, o por el contrario, que algunos desmerezcan. Solo a uno le pongo un pero: la gamba roja, jugo de albahaca y coco. La albahaca, tan intensa, no sólo no realza uno de los productos por excelencia de la zona, sino que consigue esconder esa maravilla de sabor fruto del Mediterráneo.

En el apartado vinos, la carta es completa y lo más importante, de precios razonables. Llama la atención la clasificación de los vinos, organizados según sus características principales y no por su denominación de origen.