“Hace más de un siglo parecía que el txacoli tenía los días contados”, explica la organización de la Feria Nacional del Vino que este año acoge a una decena de bodegas en su próxima edición, que se celebrará del 9 al 11 de mayo en Ciudad Real. Las tres Denominaciones de Origen de la variedad produjeron 6.750.000 de litros en 2016, repartidos por orden volumen decreciente de producción por las demarcaciones de Getaria, Vizcaya y Álava.
Cerca del 80% del vino comercializado por estas Denominaciones de Origen se consume directamente en las zonas productoras, mientras que el 20% restante se dedica a la exportación y un porcentaje “simbólico” a la venta en las grandes ciudades y la restauración. “Mucho ha cambiado la percepción del txacoli desde aquella disputa de 1910”, explican, haciendo referencia a un debate entre nacionalistas vascos, que entre txacoli y un Rioja, se decidieron por el último, anécdota publicada por el diario Imparcial.
El txacoli se enfrenta a la “dura” competencia del vino de Rioja, además del consumo de sidra, muy arraigado en la zona. Sin embargo, desde el Consejo Regulador del Bizkaiko txakolina afirman que, como ocurre en muchas otras regiones, el txacoli que se produce hoy “no tiene nada que ver con el de hace medio siglo”, ya que las técnicas y los procesos han mejorado la calidad del vino.
De este modo, aseguran que el vino ahora es de calidad, “sin perder las características propias” que ofrecen las variedades hondarrabi zuri (blanca) y beltza (tinta), que sólo se cultivan en ese territorio. Elisabeth Salegi de la bodega Agerre de Getaria es más contundente: “Hace 20 años el txacoli era un vino muy basto, casi imbebible, pero entre la mejoras productivas y la creación de la Denominación de Origen ha mejorado muchísimo”.
Para Salegi, el txacoli es un vino único por su acidez, por el carbónico natural y su frescura, pero tiene muy difícil abrirse hueco en el mercado nacional por la saturación de oferta. “Por eso nosotros miramos al extranjero, y en FENAVIN vamos en busca sobre todo de importadores”, indica. La bodega ya participó en la feria en 2015, y quedaron “encantados” con el evento.
José María Gotxe, propietario de la joven bodega alavesa Txacoli explica que también acudirá a FENAVIN en busca de importadores: “Nos es más fácil abrir hueco en el extranjero, especialmente en algunas zonas del Mediterráneo o del mundo anglosajón porque hay otra cultura del vino y el blanco está mejor aceptado. En Euskadi tenemos la competencia del Rioja y los vinos blancos Rueda y Verdejo son muy potentes”, asegura.
Su bodega, creada en 2012 en Amurrio, apuesta por un txacoli distinto porque según su opinión se pueden hacer cosas interesantes para mejorar aun más la imagen del txacoli. Entre sus productos destacan un txacoli dulce, otro envejecido en lía e incluso en hormigón. Su última cosecha ha obtenido 90 y 92 puntos en las notas de cata.