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Jornada ecologista en Guadalajara para exigir una mayor protección del lobo

Ecologistas en Acción

Raquel Gamo

“Una jornada para encontrar soluciones que permitan la protección del lobo y su convivencia con el ganado”. Así define Miguel Ángel Hernández, portavoz de Ecologistas en Acción en Castilla-La Mancha, el objetivo principal de la jornada que se celebra este sábado en el Campus Universitario de Guadalajara, bajo el título de ‘Jornada de Conservación del lobo ibérico’. La organización del acto corre a cargo de esta organización ecologista, además del Proyecto de voluntariado para el censo y evaluación del estado de conservación del lobo ibérico.

Se trata de un proyecto de investigación ciudadano dirigido por Fernando Palacios, director del censo del lobo ibérico y científico del CSIC. El estudio que capitanea se concentra en analizar la situación de esta especie amenazada y tiene como objetivo principal respaldar su conservación, entre otros motivos, por la contribución del lobo ibérico al ecosistema en nuestro país.

Durante la jornada, enmarcada en un ciclo itinerante de conferencias que anteriormente ha pasado por Salamanca y Segovia, se abordarán cuestiones controvertidas como la problemática que existe entre la ganadería y el lobo en la Sierra Norte de Guadalajara, en un momento álgido en el que la cacería contra esta especie se ha recrudecido en los últimos tiempos. “Hemos detectado una mayor incidencia de los ataques furtivos sobre el lobo por intereses ganaderos y cinegéticos”, denuncia Hernández.

Con este tipo de eventos, las organizaciones ecologistas tratan de concienciar a la sociedad, mediante la educación ambiental, sobre la necesidad de conservar esta especie tan emblemática de nuestra fauna. De ahí que la jornada organizada en la capital alcarreña cuente con una panoplia de especialistas con una larga trayectoria en esta materia.

Tras la introducción de la jornada, de la que se encargará el propio Hernández en nombre de Ecologistas en Acción en Castilla-La Mancha, la primera intervención girará alrededor del proyecto de voluntariado para el censo y evaluación del estado de conservación del lobo, a cargo de Ángel Manuel Sánchez, biólogo conservacionista y coordinador del censo; y de Fernando Palacios.

A continuación, Abraham Prieto, Clara Flores, Cristina Sanz, Sara Siles, Javier Ramón y Jus Pérez, entre otros, miembros del mencionado proyecto de voluntariado, abordarán un asunto espinoso: la depredación de grupos de lobo ibérico desestructurados sobre presas silvestres y domésticas. Por su parte, Fernando Palacios repasará la normativa sobre protección del lobo y sobre el mantenimiento y restauración de su hábitat, lo que incluirá también un análisis de las distintas medidas preventivas y ayudas que cabe aplicar.

La convivencia entre la ganadería extensiva y el lobo, un reto de plena actualidad en Guadalajara por las protestas contra el lobo de las organizaciones ganaderas –especialmente de la Agrupación de Ganaderos de la Sierra Norte-, será el tema de la conferencia de Carolina Martín, miembro de Ecologistas en Acción, licenciada en Biología y técnico superior en gestión de espacios naturales protegidos.

Por otro parte, José Antonio de la Fuente, coordinador de campo del censo del lobo y responsable del canal de Youtube ‘Blasmania’, orientará su charla sobre la elección de raza para la protección del ganado. Raúl Ablanque, que forma parte del mencionado proyecto de voluntariado, versará su intervención acerca de la introducción al empleo de venenos y métodos de captura de predadores. Y, finalmente, Antonio Luego, educador ambiental, focalizará su ponencia sobre las asignaturas pendientes que quedan con relación a la educación ambiental y la divulgación.

Pocos lobos en Guadalajara

La población del lobo ibérico en España no ha parado de crecer, especialmente, desde 2009. Según el censo nacional de esta especie, en 2014 se contabilizaban 297 manadas y cerca de 2.000 ejemplares en todo el país, un 18,8% más que en 2007.

En Guadalajara, la reaparición de esta especie se materializó a comienzos del 2000, procedente de la margen sur del Duero y tras más de seis décadas de ausencia. Sin embargo, su asentamiento ha sido minoritario y su población no acaba de estabilizarse, tal como sí ha ocurrido en otras zonas, como Sierra Culebra, en Zamora. “La población de lobos en Guadalajara se encuentra bajo mínimos. No supera la decena de ejemplares, debido a la gran presión a la que está sometida por parte de cazadores y de políticas que favorecen más su eliminación que su conservación”, explica Miguel Ángel Hernández.

La opinión extendida entre los movimientos conservacionistas es que los lobbies contrarios a este animal han transmitido una imagen demonizada del lobo como depredador. En este contexto, la preservación de esta especie, en peligro de extinción desde hace 20 años, se alza como la prioridad del ecologismo desde hace años. “Se echa en falta una mayor inversión de las administraciones en la prevención de ataques al lobo. No hay un plan para su recuperación y se necesita una mayor vigilancia directa sobre el terreno con mejores medios humanos”, asevera el portavoz regional de Ecologistas en Acción.

Sin embargo, esta especie tan característica de la fauna ibérica no sólo ha concitado reacciones de oposición. En torno a la conservación del lobo ha surgido una corriente de sensibilización animalista que aboga por que se cuide, se proteja por ley y se recupere su hábitat. Este apoyo se dejó sentir recientemente en la multitudinaria manifestación celebrada en Madrid el pasado 12 de marzo. Bajo el lema ‘Lobo vivo, lobo protegido’, cientos de ciudadanos reclamaron al Gobierno la protección del lobo en todo el territorio estatal -tal como ocurre desde hace décadas en Portugal-, y que adopte medidas para frenar “la constante matanza de lobos” que se está dando en algunas regiones españolas.

Difícil convivencia con el ganado

La percepción del lobo ibérico como una amenaza para la cabaña ganadera en la comarca de la zona norte de Guadalajara centra la controversia con este animal entre los ganaderos de la Agrupación de Ganaderos de la Sierra Norte. En la actualidad, esta zona cuenta con 5.000 cabezas de ganado bovino, aproximadamente, gestionadas a través de explotaciones familiares. La insuficiente rentabilidad de estos negocios hace que el ganado paste libremente por el campo sin la vigilancia de un pastor que lo cuide durante el día y lo encierre en naves por la noche, algo que sí ocurría antaño en la mayoría de pueblos de la Sierra de Guadalajara. Esta falta de protección expone a las reses al albur de los ataques de especies depredadoras. “Es imposible controlar el ganado extensivo en una zona como ésta de más de 17.000 hectáreas de pastos. La producción que se saca de la ganadería se va en mantenerla y no alcanza para contratar pastores”, explica Juan Arenas, portavoz de la Agrupación de Ganaderos de la Sierra Norte y propietario de una explotación de 300 vacas en Cantalojas, municipio enclavado en las estribaciones del Macizo de Ayllón.

A la escasez de recursos se añade otra circunstancia fundamental: el retraso en el pago de indemnizaciones con que el Gobierno de Castilla-La Mancha trata de compensar a los ganaderos cada vez que mueren ejemplares por ataques de lobos y buitres. Miguel Esteban, ganadero de la localidad de Galve de Sorbe, sostiene: “En mi caso no he cobrado aún las indemnizaciones que me tocan por la muerte de 50 reses en los últimos años. Tratan de compensar con las subvenciones, pero no es suficiente. Además, el precio que se está pagando por los terneros es el mismo que hace 20 años. Estamos muy quemados”.

En este clima de desasosiego, el Gobierno regional aporta dos tipos de ayudas a los ganaderos, que suponen una inversión anual de unos 60.000 euros sólo en la provincia de Guadalajara. Por un lado, las ayudas preventivas, con las que se les facilitan medios como pastores eléctricos, apriscos, mastines o vallas eléctricas para evitar los ataques al ganado. Y, por otro lado, las paliativas, que compensan el perjuicio que sufre este sector mediante indemnizaciones. El objetivo es hacer viable que el lobo y el ganado puedan convivir pacíficamente en el mismo ecosistema. Una meta que no rechazan de pleno desde el sector ganadero: “Convivir está claro que tenemos que convivir todos. Vacas y lobos. Pero si la Administración facilitara las cosas, todo sería más sencillo”, esgrime Arenas.

Por su parte, desde Ecologistas en Acción se manifiestan en la misma línea de prevención para solucionar este conflicto: “Abogamos por que se recuperen prácticas de ganadería tradicional, como el pastoreo, que se han perdido en nuestro país. Pero algunos ganaderos son muy refractarios a estas prácticas y su trabajo se ha relajado. El enemigo de la ganadería no es el lobo, sino los bajos precios a los que se paga la carne en el mercado y la retirada de ayudas para pastos de la APAG”, asegura Hernández, en referencia a la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos de Guadalajara

Lo que sí parece probado, al margen de las posiciones enconadas en este asunto, es que la coexistencia entre el lobo y el ganado no es una quimera. Así lo demuestran algunas experiencias dirigidas a proteger el ganado usando mastines en varias explotaciones ganaderas de Castilla y León, específicamente, en Zamora, donde se concentra la mayor población de lobos en España. Estas técnicas, por ahora, no se han aplicado en la provincia de Guadalajara.

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