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Algo ha pasado en el inicio de este curso académico en nuestra universidad regional, algo que ha sorprendido de distintas formas y reacciones sobre todo según desde el prisma que se mire. Este acontecimiento no ha sido ni más que menos que el anuncio del rector de un “plan de ajuste” que avisaba de recortes en todos los sectores de la universidad desde alumnos, trabajadores y profesores.
Este “plan de ajuste” se debía a la infrafinanciación a la que se ve sometida la Universidad de Castillas-La Mancha (UCLM) por parte del Gobierno regional. Para salvar esta situación la universidad regional le pide 20 millones de euros más de lo que ofrece la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha que son 140 millones de euros de nominativa anuales.
Para los que sufrimos y luchamos contra los recortes de Cospedal y presenciamos la obediencia ciega del rector Miguel Ángel Collado a los recortes impuestos por el PP y acatados por el Rectorado, nos sorprendió gratamente que Collado protestara y pusiera la universidad en pie (como exitosamente las organizaciones estudiantiles organizaron) como tantas veces le pedimos año tras año (por fin empezaba a defender mínima mente nuestra universidad).
Es cierto que durante los años más duros Collado estuvo callado y permitió el mayor ataque a nuestra universidad regional, además de una gestión más que dudosa. Pero no podemos obviar que el Gobierno regional del PSOE se comprometió a revertir los recortes y paradójicamente no lo está haciendo y además está aplicando nuevos , como la privatización de servicios de limpieza o como permitir la instalación de una universidad privada en nuestra región, y para colmo que reciba dinero público.
Debemos aprovechar este flujo del movimiento en la UCLM por una financiación digna, y aprovecharlo es comprender que tenemos que reconducir la situación para los intereses de los trabajadores y los estudiantes. No podemos caer en posiciones “puristas antitodo” cayendo en la trampa de hacerle “seguidismo” a la Junta. Pero tampoco el apoyo al Rectorado es una carta en blanco, éste debe darse mientras el rector exija la financiación que requiere la universidad, no nos vale algo a medio camino como ya hizo el año pasado collado, lo que sería una traición al movimiento. Las organizaciones estudiantiles y los sindicatos de clase deben ser consecuentes hasta el final y lo están siendo.
La posición del Colectivo Estudiantil de Ciudad Real (CECR) me parece una de las posiciones más acertadas en este conflicto y sobre todo se demuestra con la creación de un comité regional por la UCLM, con todo el tejido asociativo de la universidad destacando a las organizaciones sindicales. Merece la pena resaltar su propuesta de ser parte activa los estudiantes y los trabajadores en las negociaciones porque, a la par que se lucha por una educación de calidad y pública, también se profundiza en la democratización de la universidad donde la comunidad educativa tenga mucho más peso en la toma de decisiones. A la par que se convierten en la parte consciente y representante de los trabajadores y los estudiantes, creando un bloque propio que dirija este conflicto y que no sean dirigidos por gestores y privatizadores.
Si queremos que este conflicto sea favorable para los trabajadores y estudiantes la solución pasa por apostar y fortalecer la unidad sindical y estudiantil a través de este comité.